El Prohibido Amor de un CEO romance Capítulo 151

Tan solo dos horas después, la ambulancia especializada recorre las calles casi vacías a primera hora de la mañana, lo cual es una fortuna, pues los ocupantes de la misma tienen que abordar un avión lo antes posible.

Se atrasaron a la hora del despegue, pues el piloto encargado tuvo un problema familiar y se encontraba en otra ciudad, por lo que la abuela Situ tuvo que esperarlo para movilizar la camilla donde Lorelay descansaba.

Su herida afortunadamente esta mejorado y la mancha negra se mantiene solo en su costado izquierdo.

Lo cual es una buena señal pues ya no se está extendiendo por todo el cuerpo magullado de la chica.

Más heridas aparecieron en todo su cuerpo a medida que la mancha fue retrocediendo.

Pero estas heridas solo las vieron la abuela y las enfermeras.

Si alguno de los chicos hubieran visto el estado del cuerpo de Lorelay, se habrían sentido increíblemente mal.

Acariciando su cabeza y cabello, la abuela Situ reza a todos los santos que conoce para que el viaje en avión no se demorara por alguna inclemencia.

Ella siente que a cada hora que pasa, su hermosa y herida nieta se aleja más de la vida a la que tanto se había aferrado.

"Llegaremos muy pronto mi niña."

"Thomas, Edward ya está listo?"

Thomas trata por todos los medios de localizar a Edward, pero por más llamadas que le realiza tanto a su casa como a su celular, el nieto de la abuela Situ no contesta.

Lo cual es muy raro...

"No abuela, discúlpeme, pero no me contesta el teléfono."

"De hecho no me contesta ninguno de sus teléfonos."

"Considero más factible que vaya en persona a su casa y transportarlo en otro jet privado."

La abuela asiente, pide que la ambulancia de orille para que se detenga.

El taxi ejecutivo que había ordenado hacia unos diez minutos, ya espera a Thomas en la intersección donde se encuentra.

"Veanos en el castillo."

"Que Tim lleve mis encargos y por favor, que lleguen a salvo."

"Es de vital importancia, me escuchaste Thomas?"

Thomas desciende de la ambulancia,  cierra la puerta antes de despedirse de la abuela quien lo observa desde la pequeña ventana.

Cuando la ambulancia se aleja, Thomas corre al asiento del pasajero del taxi y el auto pronto se encuentra en movimiento.

La ambulancia llega sin problemas a la pista de despegue.

Se prepara todo, las enfermeras además de un médico amigo de la abuela ayudan a transportar y asegurar la camilla de la hermosa niña, sus intravenosas y los demás aparatos a la que la tienen conectada.

Su semblante parece esculpido en mármol por lo blanca y fría que es su piel.

La abuela no habla, ella observa a todo el personal cuando se cierra la puerta especial y el avión por fin se pone en marcha, por lo cual ella, sentada en su lugar, sigue elevando oraciones para que alguien de su familia le ayude o de la familia Baek.

Lorelay no sueña nada esta vez, como si su inconsciencia también estuviera dormida.

Solo el silencio y la oscuridad la acompañan, pero esta vez no es nada aterrador, frío ni húmedo.

Sino más bien es una oscuridad que la envuelve delicadamente, le da paz y alivio a su incesante dolor físico y mental.

El timbre de su casa suena insistentemente, por lo que Edward, algo molesto y contrariado sale de su habitación en pantalón de pijama para averiguar quien carajos llama con tanta insistencia.

"Joven Edward, lamento molestarlo a esta hora de la mañana, pero es de vital importancia, casi de vida o muerte que me acompañe a Dinamarca ahora."

"La abuela expresamente ha pedido que vaya junto con ella."

"Por más que intenté comunicarme desde ayer con usted no lo logré,."

"Por ese motivo estoy aquí."

Thomas, quien siempre está vestido impecablemente con su traje gris claro y camisa blanca, sin corbata, lo mira con cierta preocupación y apremio.

Edward lo deja pasar y comienza en silencio a prepararse.

Revisa su celular y lo encuentra sin batería, lo cual es muy extraño de su parte, pues recuerda haberlo conectado por la noche...

O no lo había conectado?

"Estaré listo en solo unos minutos Thomas."

"De verdad es un asunto de vida o muerte?"

Thomas habla con Tim, quien también está llegando al hangar de los Situ.

Él hombre está terminando de arreglar los últimos detalles para poder despegar.

"Si joven Edward, en esta ocasión si es de vida o muerte de alguien joven."

"Alguien que usted conoce bien, pero no tengo permitido decirle más, pues es su abuela misma quien lo instruir."

"Si ya está listo, déjeme llevar su maleta por usted, el auto nos está esperando ya."

Ambos hombres suben de nuevo al taxi ejecutivo, el cual rápidamente se pone en marcha.

Edward aún tiene en su mente la hermosa risa de la pequeña niña que escuchó, como si ya la hubiera escuchado en otro lado...

Algo en esa pequeña risa hace que su corazón se alegre, pero lamentó no haber visto a la pequeña niña misma en ese sueño.

Desde que Emily desapareció, hacia ya casi cuatro años atrás, Edward  solo pensó en ella.

La mente de Edward se desvive pensando en que Emily volvería a él.

Y tal vez, solo tal vez podría tener familia.

Edward quiere tener una niña.

Una Emily en versión pequeña sería su más grande amor.

Su boca dibuja una enorme sonrisa, los ojos de Edward miran por primera vez la ciudad con otros ojos.

La vió con ojos de esperanza.

En Dinamarca, la abuela Freda no durmió nada pues mantuvo una meditación tan fuerte para tratar de encontrar el alma perdida de su nieta.

La abuela Freda quiere alcanzar su alma antes de que este demasiado lejos de su alcance.

De pronto la abuela sintió el toque de su hija Leila.

"No dejes que vaya más allá de mis limites, ya no soy tan joven y mi energía mengua..."

"Por favor no dejes que se aleje más."

Ruega en su mente la abuela Freda a su hija.

La hermosa y pura energía se desvanece gradualmente de su lado.

Elizabeth puso un extracto de sueño profundo en el té que le preparó a su amado Bruce para que durmiera.

Ella salió de la casa sin hacer el menor ruido para ir a una farmacia cercana abierta las veinticuatro horas.

La chica tiene una duda que la carcome y quiere disiparla en ese día.

Comprando lo necesario, Elizabeth pagó y regresó rápidamente a la casa, a la cual también entró lo más sigilosamente posible.

Subiendo preocupada a su habitación, Elizabeth pudo corroborar que Bruce aún seguía dormido, lo cual fue un alivio para ella.

Cerrando la puerta dejando a su amado dormido, una nerviosa Elizabeth bajó a la cocina para tomarse un té tranquilizante

Sin que ella pudiera controlarse sus manos temblaban de solo pensar y recordar el contenido de la bolsa negra sobre la mesa.

"No había necesidad de que salieras niña."

"Yo puedo confirmarte lo que sospechas."

La abuela Freda habla mientras sale de uno de los grandes armarios llevando diversas plantas medicinales y materias primas para las infusiones.

A la pobre Elizabeth casi le da un paro al corazón cuando escuchó y vió a la abuela.

"Abuela!"

"Me asustaste!"

La niña tuvo que hacer acopio de toda su entereza para no volcar el contenido de su taza en el suelo, pues la abuela le había dado el mayor susto de su vida al salir como si fuera un fantasma de ese armario en la cocina.

"Ven aca mi niña, déjame examinarte."

La abuela toma la taza de las temblorosas manos de la niña para dejarla sobre la mesa, después le examina los ojos, su tez y por último su vientre.

Sonríe al pasar su mano por el aún plano vientre de la nila.

La abuela Freda se emociona al sentir perfectamente la vida creciendo dentro ella, por lo que la abraza dejando caer unas lágrimas de felicidad.

"Llevas apenas un mes, mi nieta."

"Puedo asegurarte que todo va bien."

"Debes esperar al menos otros dos meses para decírselo a Bruce, me oíste?"

"Debemos de esperar ese periodo de tiempo crucial."

Elizabeth asiente varias veces a la petición de la abuela.

Ella devuelve el abrazo mas fuerte, pues ahora está segura.

Ella apenas tiene un mes de feliz embarazo!

"Disminuiré tus horas de entrenamiento y vendrás conmigo a meditar."

"Me parece que necesitaremos la energia preciosa y pequeña que está creciendo amorosamente en tu vientre."

La abuela saca varias cosas del armario, pone varias ollas de diferente tamaño al fuego de la gran estufa que tiene mientras silba una alegre melodía de su juventud.

Sintiendose renovada la abuela Freda cuenta los minutos para poder decirle las buenas nuevas a su amiga Aline.

Bruce sin sospechar nada, despierta en su habitación justo cuando escucha el correr del agua en la dicha.

Elizabeth quiere darse un baño rápido antes de bajar a ayudarle a la abuela.

"Buenos días mi amor!"

Saluda Bruce entrando en el baño, justo antes de que Elizabeth se despoje de su bata de baño.

"Buenos días mi amado..."

"Bruce puedo preguntarte algo?"

Bruce quien sostiene su cepillo de dientes la mira, por lo que Elizabeth prosigue.

"Se que puede parecer un poco raro de mi parte, pero he estado pensando mucho en que me gustaría celebrar nuestra boda en este lugar."

"La abuela Situ viene a Dinamarca junto con tu hermana y mi hermano, pues yo pensé que..."

Bruce sonríe al ver a su hermosa Elizabeth algo sonrojada ante la idea de casarse en ese lugar y que le cueste trabajo pedírselo.

De hecho, desde que ella había salido del hospital, Bruce había planeado la boda y un anillo especial para que ambos llevaran.

Pero debido a todo lo que había pasado y ahora su entrenamiento, él había aplazado la boda.

"Si eso es lo que quieres la celebraremos apenas mi hermana se recupere."

"Deja que me encargue de todo nena."

"Tu no te preocupes por nada."

Elizabeth, emocionada al oír sus palabras se lanza a sus brazos.

Bruce la atrapa para besarla.

"Te amo tanto."

Dicen a coro para después reir alegremente.

Ese viaje a Dinamarca los ha unido más de lo que habían estado antes.

El beso feliz evoluciona despacio a un beso profundo...

El beso profundo se convierte en un beso candente...

Con los primeros rayos de sol acariciando toda superficie sobre la tierra, los dos amantes disfrutan de una ducha juntos.

Sus cuerpos se unen una vez bajo el chorro de agua caliente, provocando que las ventanas del baño se empañen...

Pero no solamente por el vapor de agua caliente, sino por la pasión de los dos amantes al hacer el amor.

Los gemidos y jadeos excitantes exhalados en la boca de ambos se desbordan cuando ambos llegan juntos al orgasmo mientras se abrazan extasiados.

"Esta si es una deliciosa forma de despertar todos los días."

Bruce asegura antes de besar a su hermosa prometida.

Elizabeth suspira enamorada, pues Bruce produce muchos sentimientos hermosos en ella.

La chica está convencida de que él será un buen padre para el bebé en su vientre.

"Tendremos unos hermosos gemelos en camino, Aline!"

"Los primeros Baek y Situ libres de ataduras pasadas."

La abuela Freda se relaja mientras habla para si misma mientras está sentada en una silla frente a su extenso jardín que florece.

Ella deja que sus palabras se los lleve el viento a donde tengan que ir...

"Dense prisa, ya estamos retrasados, tengan cuidado con todo."

La abuela Situ da ordenes al personal hospitalario.

Todos bajan con extremo cuidado la camilla del avión por la rampa de seguridad para llevarla a la ambulancia especial que ya los espera.

Y de esa forma trasladar a Lorelay a casa de su abuela.

"Ya llegamos mi niña, ahora solo resiste, no debes irte aún."

"Tienes mucho por hacer todavía."

Todos suben al vehículo.

La sirena de la ambulancia inunda las calles haciendo que los autos civilizadamente, le ceden el paso al vehículo de emergencias.

Para las ocho de la mañana, la abuela Situ abraza a su amiga Freda en su casa, mientras que el personal baja con cuidado a la hermosa chica que deja sumido en una extrema preocupación a Bruce cuando ve su semblante.

"Abuela que demonios le pasó?"

"Porque mi hermana está tan ausente?"

"Nunca debí haberme ido y dejarla!"

"Mira el estado en el que se encuentra!"

"Quien le hizo esto para matarlo?"

Bruce aprieta los puños y la mandíbula rechinando los dientes tan fuerte por su evidente enfado al ver a su hermanita en coma autoinducido.

Elizabeth también observa a Lorelay detenidamente...

Como Bruce dice, el alma de Lorelay está muy lejos de ese cuerpo vacío.

"No es el momento de que te enfades muchacho."

"Es momento de que todos hagamos algo por tu hermana."

Responde la abuela Freda.

"Aline y yo nos encargaremos, tu debes ir a seguir entrenando sin excusas, pues el instructor de defensa ya esta aquí."

"Elizabeth se quedará conmigo, necesito que perfeccione sus infusiones."

"Obedece."

La abuela Freda ordena.

Bruce, después de darle un beso en los labios a su prometida, se dirige a donde Saul, el instructor de artes y defensa mística y física se encuentra.

Esta será una buena forma de dejar salir su ira.

"Lleven a mi nieta a la primera habitación al fondo del pasillo."

"Ahí estará más comoda y además tiene algo especial dentro para ella."

La abuela Freda camina junto a la camilla mientras el médico y las enfermeras revisan todo el equipo cuando se mueven despacio por el amplio pasillo de la antigua y hermosa casa de la abuela Freda.

Al llegar a la habitación se sorprenden de lo amplia, ordenada, luminosa y calida que es la habitación.

La abuela Situ entra también seguida de Elizabeth, quien no ha soltado la mano de su abuela.

Después de verla y darle un abrazo fuerte y un beso ya que han permanecido tanto tiempo separadas, Elizabeth ahora se siente feliz de tenerla a su lado.

Las tres mujeres sonríen al ver que Lorelay ha quedado acomodada tal como la abuela Freda les ha pedido.

Despiden a los médicos y enfermeras, quienes volarán de regreso en ese avión privado en solo unas horas.

"Pueden sentirla?"

La abuela Freda cuestiona a las dos mujeres cuando por fin quedaron solas en la habitación para examinar a lorelay más a fondo.

Todas asintieron.

"Leila."

Respondieron a coro la abuela Situ y Elizabeth.

La energía de la madre de Lorelay se hace presente en esa habitación.

"Ahora revisemos las cuatro a mi nieta."

"Leila no te apartes de su espíritu, aún necesitamos traerla de vuelta."

Pronto las tres mujeres le quitan con cuidado las vendas del costado izquierdo.

Para su asombro, la grave herida va mejorando, pero aún parece intentar expandirse por todo su cuerpo, por lo que la abuela Freda acerca todas las infusiones y pomadas que preparó por la noche y madrugada.

Lorelay tiene heridas en los pies, cortadas en el vientre y a todo lo largo de ambas piernas.

Dos costillas fisuradas, moretones y hematomas en todas partes.

Su espalda esta demasiado golpeada como si le hubieran dado varios golpes con un látigo.

Su piel esta demasiado pálida, fría, tirante y seca.

Después de dar instrucciones, las tres mujeres aplican de cierta forma muchas infusiones concentradas y ungüentos en el cuerpo maltrecho de Lorelay.

Las tres trabajan diligentemente y en silencio, pero parece que una ligera melodía del pasado se cuela por algún lado.

"Es la canción favorita de Leila, ella está cantando."

La abuela Freda reconoce la tonada y las tres mujeres sienten como una onda calida y maternal las envuelve mientras que Leila camina por un sendero oscuro que se ilumina bajo sus pies mientras trata de seguirle la pista a su hija.

Cuando terminaron de untar y vendar a Lorelay con todo lo necesario para su recuperación, pusieron unas hierbas aromáticas calmantes cerca de la camilla de la chica dormida.

Ellas se sentaron por unos momentos a descansar.

"Aline, ahora que estoy tranquila porque ya estoy atendiendo a mi nieta personalmente, tengo una noticia increíble que darte."

Comenta la abuela Freda.

"Pero antes, tengo que decirles que Leila ya está cerca de mi nieta y también ella está feliz y asombrada por lo que ve."

La abuela Situ, quien está sentada en un sillón, con la mangas de su blusa rosa pálido dobaldas casi hasta el codo, mira a su amiga intrigada.

"Creo saberlo pero solo quería tu confirmación."

Responde la abuela Situ.

La abuela Freda sonríe.

"No puedo ocultarte nada!"

"De acuerdo, ya tendremos nueva sangre Baek-Situ en esta familia."

Asevera la abuela Freda.

La abuela situ ríe encantada, pero Elizabeth esta algo consternada por esa oración.

"No soy Situ de sangre, solo de apellido."

Se apresura a decir, pero ambas abuelas le acarician sus manos.

Después cada una baja su mano a su vientre para después mirarse agradecidas.

"Lorna te ha bendecido con su herencia, no necesitas llevar sangre Situ en la venas para formar parte de ella."

"Además, nos ha bendecido a las tres con estas hermosas bendiciones."

"Niña, tienes la fortuna de ser la primera mujer Baek por matrimonio en concebir gemelos, por lo cual pasarás a formar parte fundamental e histórica de la historia de nuestra antigua familia."

La abuela nota sus lágrimas en los ojos de Elizabeth, quien no puede creer las palabras de la abuela Freda.

"Tendré... tendré..."

"Gemelos?"

Solloza de alegría, pues en sus más locos sueños de juventud siempre se imaginó tener gemelos.

Pero en sus sueños, Elizabeth siempre deseó casarse con James.

"Asi es niña."

"Debes saber que será el primer nacimiento de gemelos en esta familia desde que inició hace varios siglos atrás y no solo eso."

"Serán los primeros niños libres de ataduras de vidas pasadas."

La abuela Situ sabe de que habla Freda, por lo que aplaude feliz.

Su adorada nieta, a la que casi considera como una hija más, ahora la hará bisabuela!

Sus hermosos hijos, sus bisnietos tan esperados serán una luz brillante libre y poderosa.

"Excelente!"

"Preparemos todo lo indispensable."

"Freda será mas conveniente que nuestros bisnietos nazcan aquí, para que sean mejor atendidos."

Ambas abuelas siguen platicando de sus planes y preparativos, mientras que Elizabeth se levanta de su asiento y observa a su prometido entrenando duro afuera, pero algo hace que se acerque a la cama de Lorelay.

Sobre ella puede casi tocar con sus dedos un velo blanco que flota sobre Lorelay.

"Siguelos Lorelay, ellos te traerán de vuelta."

Una ligera sonrisa se dibuja en la carita de Lorelay, quien en su reparadora oscuridad puede vislumbrar tres angeles de luz que tienen un aura increíblemente poderosa y renovadora.

Los primeros pequeños Baek-Situ están en camino y ella será la primera en conocerlos.

"Edward..."

Lorelay murmura, pues una presencia nueva irrumpe la oscuridad donde se encuentra suspendida.

***By Liliana Situ***

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