El Prohibido Amor de un CEO romance Capítulo 113

Las risas en el auto no dejan de escucharse mientras Carolina le relata con detalle a una Lorelay completamente feliz.

Ella olvida por unos minutos en ese recorrido a la empresa de Edward la tensión de la reunión de la mañana.

"De verdad entonces no pudo excitarse con la dos chicas?"

"Y lo dejaste sin que pudiera desahogarse..."

"Y con su miembro duro?"

Lorelay no para de reír mientras que Carolina le cuenta como había provocado a Paul.

Ella le cuenta como lo había hecho jadear, rogar por más..

E incluso lo había controlado con sus manos para que no la tocara.

"Que hubieras hecho si el celular no hubiera sonado rompiendo el encanto?"

"Le hubieras permitido que?"

Lorelay pregunta con su voz natural limpiandose una lagrimilla de su ojo por tanta risa.

"No, claro que no."

"Él para mí no es más que un prostituto barato, mujeriego de cuarta que se aprovecha de las mujeres para su satisfacción y placer egoísta."

Responde categóricamente Lorelay.

"Quiero que Paul sufra un rato."

"Haberle dado tu extracto para que su miembro no funcione como debe ser fue la mejor idea que pude tener!"

"Ya era hora que alguien le pusiera un alto."

Carolina no oculta su disgusto al pensar que Paul el más promiscuo e irritante hombre que jamás habia conocido en su vida entera.

Y eso que ella ha conocido muchas basuras humanas en su vida, pues en su línea de trabajo junto a Bruce tuvo contacto con muchos hombres que eran y son así.

Cuando era pequeña, Carolina fue vendida por su padre.

Pero no por motivos sexuales, sino porque su familia era extremadamente pobre.

Varios de los hermanos pequeños de Carolina habían muerto de hambre o de enfermedades sin siquiera haber rebasado los cinco años de edad.

Pero la pequeña Carolina habia resistido a todo hasta los seis años, cuando su padre, incapaz de poder mantenerla o darle de comer, encontró la solución en el hombre que de pura casualidad había pasado por ahí.

Ese hombre había mostrado cierto interés en la niña que lo veía directamente a los ojos.

La niña no mostraba miedo frente a É

él.

De hecho Carolina estaba más interesada en el niño que viajaba con el hombre.

El pequeño Bruce mostraba una cara enojada y seria cuando la miraba.

Ese día, bajo el calor infernal de un día de verano, fuera de su casa, el padre de Carolina negoció un precio risible por su pequeña hija.

Su padre convenció a la niña que el hombre sería una especie de "tío" que la ayudaría y que ese pequeño que la acompañaba sería su "primo."

Pero el mafioso, un hombre que ella aun conoce como Dante, quería a la niña para que fuera la compañera de Bruce.

Y de ese modo ese niño Baek mostrara todo su potencial en la pelea y en artes de curación de su familia.

A Dante se le ocurrió la brillante idea que cualquier niña podría despertar el efecto protector que había visto con Bruce cuando por una única ocasión pudo verlo con su hermana, jugando en la playa, ayudandola en todo momento.

Durante todo el entrenamiento que pasaron desde esa edad, Carolina entrenó el doble que Bruce.

Logrando que ella se volviera más resistente.

Al niño le dieron los golpes más fuertes y los castigos más severos, logrando que se volviera más fuerte.

Lo que Dante tambien quería en esta unión de los pequeños era poder satisfacer las necesidades sexuales de Bruce cuando creciera.

Él creía que si los dos convivian todos los días, todo el tiempo ellos se enamorarían sin remedio.

Dante mantenía en perfecto estado de salud y pureza a ambos niños.

El mafioso monitoreaba todos sus pasos pues quería estar seguro que ellos dos se amaran.

Estaba seguro que se profundizaria el vínculo entre los dos debido a su amor.

Así tendría guerreros invictos.

Pero con lo que no contaba Dante es que los fos adolescentes en ese entonces solo se consideraban hermanos de entrenamiento y sufrimientos.

Los dos hablaban todas las noches recostados cada quien en sus camas de sus familias.

Y de cuanto querían degollar a Dante por las noches.

Y como querían salir al mundo y poder hacer lo que quisieran.

Bruce quería encontrar a su hermanita, pues mantenía la esperanza que ella estuviera viva en algún lado.

Carolina ansiaba poder absoluto y encontrar otro digno oponente como Bruce y como ella.

Tal vez fue el destino, pero a ambos se les presentó la oportunidad cuando cumplieron dieciocho años.

Ellos tuvieron una pequeña fiesta de presentación a otros mafiosos de la región.

Pederastas,

tratantes de blancas,

asesinos,

asaltantes y defraudadores se dieron cita en la mansión de Dante para poder ofertar por Carolina.

Para decepción de Dante, sus dos guerreros jamás habían intimado.

Y las vírgenes se venden muy bien.

Ese día, Carolina fue vestida de princesa, peinada y maquillada de tal forma que ni ella misma se reconoció cuando se miró al espejo.

Bruce la abrazó al verla.

Los dos pusieron en marcha su plan para tomar las riendas de su vida juntos.

Como socios, hermanos y compañeros de batallas.

Ninguno protestó por lo que pasaba a su alrededor.

Ellos se dejaron conducir por Dante que los presumía como sus adquisiciones más valiosas.

Sin embargo, alardeaba más de Carolina y su pureza excepcional.

La subasta empezó.

El tratante de blancas obviamente la compró por una suma exorbitante de dinero.

Tanto que le pareció una locura a Carolina.

Pero le sirvió para poner en perspectiva su vida y cuanto valía.

Dante le dió dos besos en ambas mejillas antes de entregarla de la mano al asqueroso hombre que en su rostro se mostraba la lujuria y lascivia.

De repente unas detonaciones hicieron que la casa vibrara.

Todos se refugiaron detrás de sus guardaespaldas para protegerse.

Dante que había previsto todo solo pudo sospechar de sus "niños" y no se equivocaba...

Bruce se acercó a él.

Con alegría hundió una daga casi hasta llegar al corazón para obligarlo a qué le diera la clave de sus contraseñas para acceder a su dinero.

Mientras tanto, Carolina degollaba con su daga al tratante de blancas, para después tomar el arma del hombre.

Cuando la segunda detonación hizo que todos se agacharan, ella disparó contra los jefes en la cabeza matándolos.

Para cuando la tercera detonación se hizo presente cimbrando la casa, Carolina se divertía retorciendo la daga en el interior de Dante quien emitía sonidos guturales y retorcía la cara de dolor.

"Carolina, deja de jugar!"

"Tenemos trabajo que hacer."

La regaño Bruce antes de levantarla.

La chica estaba sentada encima de Dante.

Al solo quedar los guardaespaldas y algunos jóvenes que eran entrenados por los jefes de la magia, Carolina y Bruce los encañonaron.

Ellos les dieron a elegir.

Morir por su propia mano.

Morir en sus manos.

O unirse a ellos.

Algunos se rieron antes de atacarlos.

Cosa de la cual se arrepintieron casi de inmediato, pues habían subestimado sus habilidades y entrenamiento de los chicos.

Menos de cinco minutos habían pasado cuando diez de los guardaespaldas rudos habian muerto.

Al ver esto, loss demás juraron lealtad arrodillandose ante los chicos.

Ese día, tanto Bruce como Carolina habían conseguido su soñada emancipación.

Reunieron todo el dinero mal habido de Dante.

Quemaron la casa y las diminutas habitaciones que habían ocupado durante tantos años de su vida.

Junto con algunos hombres se dieron a la tarea de usurpar las casas y recursos de los mafiosos asesinados por ellos.

Así fue como, con dedicación y sadismo brutal Bruce y Carolina iniciaron el ascenso su meteórico ascenso en la escala de la mafia local.

Después en la mafia regional y por último internacional.

Y aunque Carolina en un momento había comabatido abiertamente la comercialización y ventas de mujeres, despues de un tiempo se insensibilizo en ese tema y se limitó a regularlo con firmeza.

En algunas reuniones de negocios a las cuales ella asistía en un comienzo al lado de Bruce, Carolina pudo ver de primera mano como hombres trataban peor que animales a algunas chicas hermosas.

Ella pudo ver sin tapujos como ellos las tocaban de forma lasciva frente a otros hombres sin pudor alguno.

Carolina pudo oír los gritos de dolor de las chicas en esos lugares.

Las imágenes de circuito cerrado le mostraron a la chica imágenes muy crudas, pero reales de chicas abusadas.

Pero ella se fue distanciando y enfriando más su corazón, pues todo era negocios,

todo era dinero,

todo debía ser frío en su mundo.

Hasta que pudo ver el amor inmenso de Bruce por Elizabeth, Carolina quiso sentir eso por alguien.

Ella quiso experimentar el amor por primera vez.

Entonces, Carolina comenzo a pensar que podría sentir algo así por alguno de los sucesores jóvenes de los jefes mafiosos.

O tal vez con un hombre normal, que fuera ajeno a la mafia...

Nada la preparó cuando ese día en que Emily decidió desaparecer por su cuenta, peleó contra Paul quien la cautivó por su estilo único de pelea.

Además de su fuerza,

fiereza,

movimientos precisos y su falta de consideración hacia ella.

Lo mejor es que Paul no le tuvo consideración ni fue débil al enfrentarla.

Eso fue refrescante para ella y sin querer Paul se le metió en la mente y un poco en el corazón.

La atrajo el físico de Paul.

Fuerte, atlético, duro y marcado, que junto con sus rasgos varoniles, manos enormes, cálidas y callosas y su porte elegante terminaron por seducirla.

Cuando Carolina investigó a Paul y supo que era un mujeriego ella decepcionó.

Aunque un poco pues ya estaba acostumbrada a esa faceta en los hombres.

Aunque, secretamente, Carolina aspiraba a que Paul fuera mejor hombre.

De ese modo, si en algún momento él aspiraba a estar con ella fuera fiel, pues ella no lo compartiria con otra mujer.

En esos tres años de verse de vez en cuando para perfeccionar sus movimientos, Carolina habia decidido eso.

Pero parecía que Paul la tomaba como una mujer más en su vida.

A pesar de los detalles que tenía Paul con ella como las flores y regalos, el infiel hombre no dejaba de tener una mujer diferente en su cama.

Y Carolina pudo notar que sus "atenciones" eran solo para que él pudiera meterse debajo de su ropa interior...

Y después pasar a su siguiente conquista.

"Si de verdad quiere meterse en mi cama y en mi cuerpo debe de ganarse ese privilegio."

Decreta segura Carolina.

"No seré una más de sus conquistas a las que no le vuelve a llamar después de haberlas usado para su egoísta placer sexual."

La forma tan decisiva en que Carolina declara esas palabras hace que Lorelay sonria feliz.

Paul por fin tiene una oponente fuerte.

Lorelay está segura que Paul al último será domado por esta mujer de caracter duro y tenaz.

El auto se detuvo y ambas salieron.

En su papel de Lorelay, empresaria incipiente y Carolina como guardaespaldas de la señorita Lorelay por ese día, las chicas entran al edificio.

Desde la ventana de la oficina Edward, ambos hombres se asoman al escuchar que el auto de Lorelay habia llegado.

Paul se frota las manos con anticipación.

"No se que hace aquí Carolina con Lorelay..."

"Pero esta es mi oportunidad para hablar con ella."

"Ayer me dejó esperandola en su casa..."

Esto último lo dijo en un susurro Paul quien se arrepintió al instante pues Edward no dejó pasar la oportunidad de burlarse de él.

"Me estás diciendo que el gran y consagrado gigolo y mujeriego empedernido..."

"Conquistador de mujeres, el gran Paul lo dejaron plantado?"

Edward suelta una carcajada auténtica.

"Espero que no hayas ido a su casa con flores y no te haya abierto la puerta siquiera..."

Paul fulmina con la mirada a Edward, pues ha acertado!

Lanzando puñetazos a la cara y abdomen, Edward esquiva sus ataques muerto de la risa, pues sabe que ha atinado a todo lo que ha descrito.

"Ahora si te tienen bien domado y domesticado mi amigo!"

Exclama entre risas Edward.

"Me temo que por una vez en tu vida conocerás las bondades de la monogamia y dejarás de irte de vacaciones sexuales!"

"De inmediato se ve que esa chica es tan ruda y dura que no dudo que te cortaria tu miembro si te atrapa con otra mujer debajo tuyo."

Edward suelta una carcajada tan sonora y feliz, que Sandra se sorprende desde su escritorio.

Ella jamas habia escuchado a su jefe reírse.

Ram, el abogado de Lorelay también dejó de hablar sorprendido.

Una de las ventajas al ser el abogado de Lorelay es que Ram tiene mucho tiempo libre.

Además de contar con una excelente paga y la oportunidad de ampliar y gestionar los vínculos con los Baek con el mundo exterior.

Ambos son hijos de Baek puros, pero la madre de Ram, desafortunadamente en la gran tragedia que hizo que se ocultaran, tuvo que exiliarse en otra ciudad.

Y de esa forma ocultarse un tiempo para que sus hijos pequeños no fueran perseguidos.

Y se los arrebataran de su lado.

En este mismo momento, Ram coqueteaba con Sandra.

Y aunque él, en primera instancia lo había hecho para obtener información adicional sobre Edward y la empresa...

Así como sus movimientos, acciones, cosas turbias, Ram, después de pasar una hermosa mañana hablando con ella sinceramente, se había enamorado de ella.

Ram se dio cuenta que la chica frente a él es culta, linda y sincera.

Por tal motivo, Ram la invitó a salir esa misma noche, cuando saliera del trabajo.

"Vendré cuando termines tu jornada laboral para ir a cenar y relajarnos."

"Te parece bien?"

Cuestiona Ram a la chica antes de que la puerta del ascensor privado se abriera.

De inmediato ellos volvieron a su actitud seria y profesional.

Edward salió de su oficina para recibir a Lorelay.

Él ordenó un vino tinto y dos copas mientras Paul se quedó afuera para hablar con Carolina.

Y tratar de razonar con ella.

Carolina no se sorprende al ver a Paul con Edward pues ambos habían estado presentes en la reunión de la mañana.

Era lógico que estuvieran juntos hablando de lo que había pasado.

"Nena me alegro mucho de verte."

Exclama Paul abrazándola.

Carolina puso distancia entre ellos con un rápido golpe de su codo contra el estómago que lo tomo por sorpresa.

El aire de los pulmones de Paul lo abandonó en ese instante, por lo que se arrodilló para recuperarse.

"Paul, que desagradable sorpresa!"

"Que haces aquí con tu noviecito?"

Se burla Carolina.

"Como ya no puedes cogerte a las mujeres quisiste probar y volverte homosexual?"

Sandra lucha por reprimir las carcajadas que atentan por salir de su boca.

Tapandose la cara, la chica se alejó de su escritorio rumbo a la cafetería de la empresa, donde por fin a solas pudo reírse tanto que le dolió el estómago.

"Carolina, como dices esas cosas?"

Responde Paul ofendido.

"Me dejaste esperandote ayer en tu casa con rosas!"

"Las viste en la puerta de tu casa?"

Cuestiona el hombre.

Carolina se sienta sobre el escritorio de Sandra.

Ella juega con un bolígrafo en su mano sin preocuparse por Paul.

"Si, las vi."

"Se las regalé a una niña pequeña que pasó con su mama."

"Paul, pensé que serías más intuitivo en saber cuales son mis flores favoritas al menos..."

"Déjame decirte que las rosas no son mis flores favoritas para nada."

"Me imagino que a tus conquistas superficiales les encantaba que les dieras esas flores, me equivoco?"

Paul se acerca a ella para situa entre sus piernas.

Él intenta besarla...

Quedando a milímetros de su carita pequeña, Paul escudriña los ojos decisivos de la chica que lo miran sin temor.

Sin pestañear.

Y le sostienen la mirada con la misma intensidad que él.

"Me dejaste tan encendido y duro que tuve que aliviarme por mi cuenta en la ducha pensando en ti..."

"Carolina no me castigues más."

Ruega Paul.

"Déjame mostrarte que tan excelente soy en la cama."

Carolina sonrie de lado, pues esa confianza absoluta en él, le gusta a ella.

Pero no le gusta que la use para sus fines egoístas.

"De acuerdo Paul."

"Envíame un ramo de mis flores favoritas y pensaré en aliviarte tu falta de sexo con mi boca."

"Te apetece?"

Una de las manos de Carolina se pasea acariciando el duro miembro de Paul por encima de sus pantalones.

Paul cierra los ojos debido al placer y deseo.

"Lo que sea nena."

"Lo que quieras te lo daré."

"Puedo confiar en ti?"

Inquiere ansioso Paul.

Carolina ahora tiene las dos manos acariciando su duro miembro de arriba abajo...

Lentamente, la chica desabrocha el cinturón mientras lo observa, tentandolo.

Tal vez Paul piense que él es un amante y conquistador consumado.

Pero Carolina es muy buena seduciendo hombres.

Cortesía del entrenamiento de Dante.

Ella pudo descubrir más tarde que tan efectivo es parecer frágil y desamparada ante los hombres para que bajaran la guardia.

Mordiendo su labio inferior y emitiendo pequeños gemiditos que solo son audibles para el excitado hombre, Carolina quita el botón del pantalón.

Ella desliza el cierre hacia abajo...

"Averigua cuales son mis flores favoritas y llévalas a mi casa esta noche."

"Te esperaré desnuda en mi cama y lista para ti..."

Paul se emociona al escuchar eso!

"Pero solo si llevas mis flores."

"Y algún vino con el que pueda bañarte para beberte entero."

Paul esta a punto de estallar cuando las manos de Carolina le dedican unas caricias a su miembro hinchado por encima del bóxer.

"De acuerdo."

Responde de forma estrangulada Paul.

"Prometeme que estarás en tu casa y que no me dejarás plantado de nuevo."

Pide Paul.

Ella lo besó con pasión para cerrar el trato.

"Lo prometo."

"Ahora relájate y piensa en mi hasta la noche..."

"Yo también te demostraré que no solo peleando soy excelente y tenaz..."

Dandole un empujón con las manos, Paul se sentó en la silla de Sandra para recomponerse la ropa mientras que Carolina toma asiento en el sillón de la sala de espera.

No había podido evitar burlarse de Paul en ese momento.

Si bien las rosas rojas le parecían una de las flores mas bellas, Carolina no tiene una flor favorita específica.

Con eso en mente, la chica no puede evitar soltar una risita cómica al ver que Paul, recompuesto y serio hace una llamada a Tommy para que averigüe cuales son las flores de ella.

"Paul, ya te pareces a Edward cuando me llamaba por cosas triviales."

Se queja Tommy por celular.

"De verdad quieres que malgaste los recursos de los Black para averiguar eso de la única mujer que te ha cerrado las piernas..."

"En vez de abrirtelas?"

Teresse se rió con una carcajada sonora.

Paul resopló enojado del otro lado de la línea.

"Haz lo que digo y no protestes Tommy!"

"Esto es importante para mi."

Indica Paul enfadado.

"Pero más para mi salud masculina."

Piensa Paul sintiendo aun su erección palpitando dolorosamente.

***By Liliana Situ***

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