El Prohibido Amor de un CEO romance Capítulo 112

"Sígueme."

Dijo la voz etérea.

Lorelay se dejó guiar por la voz de su madre.

Una escena del pasado de su madre se materializó frente a ella.

A Lorelay le pareció que podía ver todo como si estuviera en un cine.

Su bella y joven madre peleaba con su padre porque había descubierto que quería robarle el libro que contenía la gran mayoría del conocimiento Baek.

"Cómo pudiste ser tan ruin?"

"Acaso no entiendes que esto no puede ser comercializado ni vendido al mejor postor?"

"Este no es cualquier libro!"

Gritó enfadado por completo la madre de Lorelay.

"Son siglos y siglos de sabiduría ancestral familiar, no puedes codiciarlo de esa forma tan mediocre!"

Su madre, de entonces unos treinta años, hermosa y de facciones delicadas y agradables, emanó un aura negra que Lorelay pudo percibir perfectamente.

Los ojos de su madre se pusieron negros y sus manos se cerraron en puños.

Sus venas saltaban de lo enojada que estaba y en un momento, clavó dos dedos en el pecho de padre biológico logrando que se pusiera pálido y se quedara sin aliento.

"Ahora hablaremos."

"Y como sé que no me dirás la verdad, usaré mi conocimiento contra ti."

Amenazó la madre de Lorelay a su entonces esposo.

El hombre no pudo defenderse pues cayó de pesadamente en el suelo de aquella arboleda dónde estaban los dos para "hablar" de ese asunto.

Y de otro que hacía sentir mal a Leila.

Sacando de su lugar secreto, justo debajo de su ropa, Leila toma la botellita de color violeta con su mano.

Al abrirla un ligero humo salió de la botellita curiosa.

"Felicidades bastardo, serás el primero en probar mi elixir de la verdad."

Abriéndole la boca a la fuerza, la mujer dejó caer unas cuantas gotas para despues volver a poner la tapa al frasco y regresarlo a su sitio.

El efecto fue inmediato en su aún maldito esposo.

Él pudo observar que los ojos de Leila en ningún momento volvieron a su color natural.

Una sombra parecía cernirse sobre ella, haciendo que su rostro se viera más severo, más maduro, más tosco, sin su brillo y belleza habitual.

"Tu fuiste quien provocó que Laila desapareciera?"

Preguntó ella sentándose sobre el hombre y aplastandole las manos con sus pies descalzos.

"Si."

"Un rufián que trafica personas se enamoró de ella y la vendí."

"Con ese dinero pude comprarme ropa decente."

Responde el idiota debajo de ella.

"Dónde están ahora?"

Pregunta Leila haciendo acopio de toda su paciencia, pues rescatar a su hermana con vida es su prioridad.

"No se, de verdad."

"Se fueron en un avión privado y no supe más."

Leila le dió una bofetada tan fuerte que le dolió la mano a ella.

"Porque quisiste casarte conmigo?"

Preguntó ella aunque ya sabía la respuesta...

"Porque eras tan tonta en creer que te amaba."

"Yo quería poder y dinero."

"Pude engañarte muy bien."

Leila gritó tan fuerte mientras golpeaba al hombre que la había manipulado de forma tan dolorosa.

"Los niños ya están vendidos..."

"Lorelay se irá con un hombre para que sea su esposa."

"Y Henry irá con un amigo mío que lo educara para que sea un asesino como él."

Leila perdió la cabeza por completo al escuchar las declaraciones idiotas del hombre!

Rodeando el cuello del desalmado hombre con sus manos, Leila logró que se desmayara solo por un momento.

La ira y la oscuridad se apoderó de Leila, dominandola por completo.

Ella se levantó decidida a enfrentarse y exterminar a los "amigos" de la escoria humana que yacia en el suelo.

El sueño se vuelve negro y la voz de Leila resuena con eco.

"No tengas miedo de la oscuridad en ti, muchas veces la necesitamos."

"Por defender a los nuestros somos capaces de eso y más."

"Pronto hija mía podrás ejercer más control sobre ti."

"Y sobre tu dualidad."

"La luz y la oscuridad son necesarias."

Lorelay ahora comprende eso.

"Te acompañaré en todo momento, aún estás en crecimiento."

"Dile a tu hermano que lo estaré esperando cuando haya aprendido más."

Unos toquidos en la puerta de la habitación de Lorelay la despertaron.

"Es hora de prepararnos hermanita."

"Necesito que estés lista ya."

Bruce del otro lado de la puerta ya está vestido y un poco nervioso.

El escuchó que el Topo está inquieto y eso no es bueno.

Bruce sostiene en su manos una máscara como la de él pero la de Lorelay, es más femenina y de color plateado.

De tela ligera que también distorsiona su voz.

Lorelay se apresura a darse una ducha para arreglarse.

Pantalón entallado negro, botas negras hasta los muslos donde ella puede guardar su cuchillo de combate y una pequeña arma.

Blusa de manga larga negra entallada con cuello alto que impide ver cualquier rastro de su piel.

Guantes de piel negros a su medida, peluca de colores que resalta con su atuendo monocromático y aroma tranquilizador sobre ella en una cantidad considerable.

Al salir de su habitación, Bruce la espera ataviado con su traje de Máscara de Bronce.

Él porta su máscara sobre su cabeza.

Observando la estilizada y diferente figura de su hermana, Bruce piensa que su look es el ideal.

"Te ves muy hermosa así hermanita."

"Te traje una máscara muy especial."

Indica Bruce dándole en su mano la máscara a la bella chica.

"La diseñé desde que tuve poder sobre el bajo mundo esperando el día en que pudiera dartela en persona."

"Y hoy es ese día."

Lorelay toma en sus manos las máscara de plata.

Ella le agradeció a su hermano con un beso en la mejilla.

"Mamá dice que pronto se comunicará contigo."

"Ella nos ama y nos cuida."

"Con la abuela Freda aprenderás más."

Indica con afecto Lorelay a su hermano.

"Es hora de irnos, todos están listos?"

Pregunta Lorelay justo cuando entran Dániel, Johana seguidos los hombres de Bruce.

Todos asintieron.

Lorelay se acerca a Johana para pedirle que se quede en casa.

"Puede ser peligroso para ti "

"Dániel solo nos acompañará como protector hasta que entremos Bruce y yo al lugar."

"No te preocupes, no le pasará nada."

Johana estuvo de acuerdo.

Ella se despidió con un beso en los labios de su amado Dániel antes de ver a todos entrar al elevador.

Todos descendieron hacía el estacionamiento subterráneo para abordar los vehículos para para irse.

La caravana de autos negros blindados surcaron las diferentes avenidas desde muy temprano esa mañana.

Incluso algunos helicópteros habían aterrizado en los techos de edificios de altos corporativos en la ciudad.

La camioneta donde viajan Lorelay, Bruce y Dániel es custodiada por vehículos oscuros llenos de hombres armados a ambos lados de las puertas.

Y es monitoreado por Carolina en todo momento.

"Déjame hablar a mi primero y después podrás decir lo que acordamos."

Indica Bruce.

"No te preocupes, esos vejestorios se molestan por todo."

"Nada es personal, son estrictos negocios."

"Muchos de ellos siempre han estado persiguiendome para derrocarme pero siempre los he manejado con mano dura."

"Es tu turno ahora."

Lorelay afirma con la cabeza.

Ahora ella entiende porque su mamá le había dicho que no tuviera miedo al explorar su lado oscuro.

"Lo sé hermanito, lo sé."

"Cuidaré de todo en tu ausencia."

La camioneta llegó rápido al Coliseo.

Dentro ya los esperan los líderes de las grandes organizaciones y algunos representantes con cámaras que muestran todo lo que sucede a sus representados.

En su papel de Máscara de Bronce, Bruce descendió del vehículo de un salto para después extender la mano para que Lorelay descienda.

Cuando entraron a la sala de reuniones del Coliseo, todos hablaban y se saludaban como si fueran amigos.

Aunque en la realidad muchos de ellos se habían dado alguno que otro golpe bajo.

Lorelay pudo ver qué Bruce tenia razón al decir que todos eran vejestorios...

Casi todos sn hombres de más de cuarenta años, muchos de ellos acompañados de sus jóvenes sucesores para entrenarlos.

Los más jóvenes tenían treinta años o eso aparentaban.

Acomodandose en silencio en sus sillas, las copas de whisky, vino, tequila o lo que estuvieran bebiendo de colocaron en la mesa frente a los jefes mientras el humo de los puros impregna el ambiente.

Lorelay del brazo de Bruce se siente protegida y llena de confianza.

Los hombres escudriñaron a detalle a ambos cuando aparecieron en el lugar.

Bruce ocupó su lugar a la cabeza de todos.

Lorelay se sentó a su lado y Carolina con su antifaz del otro lado.

Los guardaespaldas se colocaron detrás de sus protegidos.

"Tommy, dame toda la información que tengas sobre todos los que cabecillas de crimen en las ciudades."

"Ella necesita toda nuestra ayuda y se la daremos."

Tommy mastica chicle del otro lado de la línea antes de responderle a Dániel.

"De acuerdo Dániel."

"De hecho ya la tenía, ayer el irritante Paul me pidió que investigara todo."

"Te envio toda la información a tu celular."

Responde Tommy.

"Oye, cuida bien a Emily por mi..."

"Edward está en la sala de incógnito."

"Paul también está ahí pues no sé que fijación tiene ahora con Carolina."

Tommy teclea en sus laptops mientras habla.

"Dániel, estoy de lado de Emily."

"Pero tambien debo reportar para los Blacks, lo sabes bien."

"Aún así serás el primero en oír lo que yo escuché."

Tommy asevera.

El chico siente un sincero afecto por Emily.

El chico admira a la chica desde que vió asombrado su transformación en Lorelay.

"De acuerdo Tommy."

"Gracias por todo."

Ambos terminaron su breve llamada.

Dániel se fue de ese lugar en un auto protegido por gente de Carolina como fue la petición de Lorelay.

"Cómo saben tengo unos asuntos que necesitan mi atención urgente y debo relevarle el poder momentáneamente a mi mano derecha."

"Su nombre es Máscara de plata y se encargará de todo hasta mi regreso."

"Se que todos se portaran como los caballeros que son."

"Sus negocios y protección seguirán igual que siempre."

Bruce habla con voz autoritaria y firme mientras estudia a todos los presentes y sus reacciones a sus palabras.

Con elegancia, él se pone de pie mientras desliza una de sus manos metía dentro del bolsillo de su pantalón de vestir.

Bruce ya tiene en la mira a Edward y a Paul en la sala.

Bruce se pregunta si Lorelay puede verlos también.

Ninguno de los hombres habló, pero el topo no quita la vista a la chica de negro con esa máscara.

"Por lo que veo es una mujer la que ahora nos dará órdenes?"

El topo, el tipo más asqueroso de la sala vestido elegantemente, pero calvo y con una enorme barriga dura caminó hasta la chica sentada en la cabecera de la mesa.

Lorelay se levantó y se situó de forma arrogante ante él.

Su aroma tranquilizador llegó a la nariz del hombre quien por alguna extraña razón se sintió calmado..

Aunque estaba dispuesto a darle una golpiza a esa mujer.

Levantando la cabeza para verla pues es más bajo que ella, el Topo sigue con su "intimidación."

Lorelay ni se molestó en bajar la cabeza para ver al insignificante hombre.

"Creo que los caballeros están acostumbrados a ser demasiado impulsivos con sus juicios."

Habla por fin Lorelay con su voz modificada.

"Se que están acostumbrados a que Máscara de Bronce encabece nuestro mundo."

"Pero como Éé mismo dijo, sus compromisos lo requieren."

"Caballeros propongo un brindis para cerrar esta reunión y asumir su lugar en la cima..."

Indica Lorelay tomando una copa de vino con sus manos.

"Pero no sé equivoquen, caballeros."

"No soy ninguna ingenua ni novata en este mundo."

"Puedo ser más sádica que Máscara de Bronce."

"Ahora por favor brindemos por nuestra mutua cooperación."

Los hombres levantaron sus copas y brindaron por la recién llegada.

Lorelay se sentó junto a Bruce quien colocó su mano en su pierna.

Lo peor había pasado.

Aún así, ella tenía que tener mucho cuidado.

Los jefes de las organizaciones, uno por uno se fueron levantando para presentar sus respetos a los chicos, para después retirarse en su autos.

Pronto, solo quedaron el topo, algunos de sus amigos más cercanos y socios junto con los Black disfrazados de hombres de mayor edad.

Edward y Paul pueden escuchar como el Topo habla en clave con sus amigos antes de mirar a la chica.

Paul y Edward caminaron sin prisas hasta llegar a los reyes del inframundo.

Con una ligera inclinación de cabeza de parte de ambos, ellos se retiraron.

"Pudiste saber quién es esa máscara de plata?"

Pregunta Edward a Tommy cuando de encuentra dentro del auto especial.

"No, no hay información de ninguna clase en ningún lado."

"Pero ese tal topo le dará bastante guerra."

Responde Tommy a Edward.

"Ese hombre no está contento con que Máscara de Bronce sea el líder."

"Y ahora mucho menos ya que máscara le cedió el poder a una mujer."

Edward y Paul saben que lo que Tommy dice es cierto.

Ambos conocen la misógina reputación del Topo.

"Y que mujer!"

Exclama Paul.

"Pensé que todos se levantarían para protestar por la decisión de Máscara, pero nadie dijo nada."

"Sin embargo, debemos estar pendientes para que nada desencadene una guerra."

"Hace poco pudimos establecer un acuerdo con Bruce en este aspecto gracias a..."

Paul se detuvo en ese momento pues casi iba a decir el nombre de Emily!

Ese nombre aún no podía ser mencionado delante de Edward pues sabe cómo lo afecta.

"Bueno desde hace tres años."

Concluye sin más Paul.

"Será mejor que nos mantengamos más alerta por cualquier cosa."

Edward concuerda con su amigo.

Quitándose la prótesis de la cara que había usado para la reunión, Edward respira aliviado al dejarla de lado.

Por la tarde, Edward se reuniría con Lorelay para afinar detalles de su trato con ella.

Desde que había escuchado una voz muy parecida a Emily, Edward tenia una sensación que no podía explicar.

Algo le resultaba familiar en Lorelay, pero aún no podía saber que.

"Edward, escuchaste algo de lo que te dije?"

Inquiere Paul.

Edward volteó a verlo y asintío sin muchas ganas.

El auto de ambos se dirigió a un túnel secreto para que pudieran cambiarse de ropa y de auto.

Después de hacerlo, los dos salieron como los hombres respetables de negocios que aparentan ser.

"Quédate conmigo esta tarde y ayúdame a descifrar algo."

Pide Edward a su amigo.

Paul accede.

Cuando fue a esa reunión, Paul pudo notar que Carolina no lo había visto para nada.

Él aún no comprende porque su miembro solo reacciona con ella.

Pero ella lo había dejado caliente y deseoso!

De hecho tuvo que aliviarse por mano propia.

Llegaron a empresas Situ más rápido de lo habitual.

Con los líderes de la ciudad viajando por ella, los policías habían despejado las calles para que los autos avanzarán sin contratiempos.

El auto entró al estacionamiento subterráneo.

Ambos subieron al piso de Edward en el ascensor exclusivo.

Sandra los esperaba ya con los documentos que ayer Edward le había pedido después de salir del restaurante.

Mientras caminan Edward le narra a Paul su experiencia en ese lugar.

"Suena interesante."

"Crees que podría ir hoy a ese restaurante?"

Pregunta Paul lleno de lujuria.

Edward sonrió ante esa idea mientras entran a su oficina.

En la mesa de centro ya esperan a Edward su desayuno y varios papeles de la empresa de diseño E&E.

Paul toma un pan tostado de la mesa antes de darle una mordida.

"Esa obra de arte lo vale."

"En vista de que la pintora no me permite comprar por ningún motivo esa pintura estoy dispuesto a hacer ese trato."

Declara Edward confiado.

"Aunque espero ganar, pues la reputación de esa empresa decayó mucho cuando Carl fue a la cárcel."

Edward come algo de su desayuno antes que Paul arrase con todo!

"Ha tenido pocos clientes y muchos de los diseñadores han cambiado de empresa."

"Por tal motivo, estoy seguro que ganaré de forma muy fácil y rápida."

Ambos se sentaron a comer en silencio cada uno mirando el celular.

En el Coliseo solo se quedaron, Lorelay, Bruce, Carolina y sus hombres.

Francotiradores custodian todo el lugar.

"Lo hiciste muy bien hermanita."

"No te mostraste nada nerviosa."

"Estoy tan orgulloso de ti!"

Exclama Bruce con la máscara puesta aún y su voz distorsionada.

Lorelay sonrió debajo de su máscara.

Ambos caminaron a la salida del Coliseo.

Ella quiere irse de ahí para quitarse ese disfraz lo antes posible.

Bruce ordenó que limpiaran y que revisaran todo el lugar pues no eran raras las "sorpresas o regalos no deseados" que dejaban los jefes de la mafia.

"Vamonos, tengo que asistir a la empresa de Edward para tomar posesión de la empresa de diseño."

"A qué hora te vas?"

Cuestiona Lorelay a Bruce cuando ya iban en el auto rumbo a Golden Osmanthus.

Dániel y Johana los esperan en la puerta con ansia.

Ellos esperaron que todos se calmaran para hablar de lo que había sucedido.

"Demasiado fácil o muy poderososo tu tranquilizador hermanita."

Comenta Bruce cuando por fin se quitó la incómoda máscara.

Él entró al baño para cambiarse de ropa.

"Bruce!"

Gritó Elizabeth desde la puerta.

La niña corre hacia su prometido para abrazarlo pues lo había extrañado tanto!

Detrás de ella, James saluda a todos.

El primo de Bruce y Lorelay se había enterado de algunas cosas acerca de la reunión.

Su padre le había dicho que varios hombres habían enviado algunos mensajes en clave por lo sucedido.

"No están felices, pero ese es será su problema."

"El nuestro será mantenerlos a raya."

"Bruce, tu y yo hablaremos después de los detalles."

Pude James.

"Lorelay prepárate para ir a la empresa de Edward."

"Tenemos una empresa que ganar."

Aplaude James lleno de confianza.

Lorelay entró a su habitación para quitarse todo el disfraz y colocarse sus pupilentes de color verde sobre sus ojos.

Se maquilló diferente y puso ahora en su persona un perfume calmante.

Mirandose al espejo, su reflejo le devolvió la vista de una joven mujer con un precioso vestido entallado de color vino de tela satinada.

Sus zapatos de tacón negro alto, su gabardina negra que la protege, sus accesorios de plata que tanto ama y su cabello rubio acentuan muy bien la carita bella de Lorelay.

"Lista."

"Ram ya está allá?"

Pregunta Lorelay a James.

Su primo afirmó.

"Los veré pronto chicos!"

"Deseenme suerte hoy!"

Exclama encantada con su voz natural Lorelay.

Carolina quiso acompañarla pues quiere seguir hablar con ella acerca de lo que había pasado con Paul.

Ambas descendieron en el ascensor para subir al auto de Lorelay.

En el departamento, Bruce besa a Elizabeth con devoción.

Aunque solo había pasado una noche separado de ella, se le había hecho eterno ese tiempo.

Y más después de la tensa junta con esos hijos de puta mafiosos insensibles e inhumanos.

Dániel y Johana cerraron la puerta de su departamento para darles  privacidad a los enamorados.

Johana agradece que Lorelay cuide a Dániel tanto.

"Todo salió bien?"

Pregunta Johana a Dániel.

El chico en vez de responderle también la besó.

Él también necesita aligerar la tensión.

"Si todo bien por ahora."

"Pero todo irá mejor cuando pueda darme una ducha contigo y después..."

Ambos rieron encantados.

Los dos se quitaron la estorbosa ropa de sus cuerpos calientes.

En los dos departamentos vigilados por guardaespaldas la pasión crece entre las dos parejas jóvenes.

Las dos parejas disfrutan del momento.

Del aquí y placentero ahora.

***By Liliana Situ***

Valoro mucho tu opinión y voto.

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