Receta para robarle el corazón al Dr. Farel romance Capítulo 17

Evrie había estado sumergida en sus estudios durante los últimos días.

El tiempo voló y su vida volvió a la calma habitual, con una tranquilidad tan profunda que casi creía que aquel incidente absurdo había sido solo un sueño.

De repente, llegó el momento de su práctica profesional.

Durante esa época, Zeus se encontró con Evrie en varias ocasiones, pero se mostró mucho más comedido. Más allá de alguna broma, no se atrevió a propasarse.

Parecía que el tío de Zeus realmente le había dejado su marca.

...

Evrie había estado buscando un lugar para vivir.

Sus prácticas estaban por comenzar y, con las vacaciones de verano, el dormitorio de la universidad iba a cerrar. Necesitaba encontrar un lugar para pasar esos meses.

Originalmente, Evrie planeaba compartir apartamento con Ariana, pero Ariana había formalizado su relación con el chico que le gustaba y se habían mudado juntos.

Evrie no quería molestarlos, así que se puso a buscar otro apartamento por su cuenta.

Cerca de la universidad había un barrio antiguo, lucía algo viejo y deteriorado, pero había muchos apartamentos en alquiler. Por sus precios asequibles, muchos recién graduados elegían vivir allí.

En media jornada, Evrie encontró un pequeño estudio con baño propio. Era sencillo y algo estrecho, pero ella estaba feliz.

Porque aquel era su primer espacio propio de verdad.

Después de pagar el alquiler y la fianza, se mudó esa misma noche, acomodó sus cosas rápidamente y se acostó en la cama.

—Bzzz, bzzz, bzzz—

El sonido de su teléfono la despertó, y al ver el nombre parpadeando en la pantalla, se sentó erguida en la cama.

¡Era una llamada de Leandro Reyes!

—Hola, Sr. Reyes...—

La voz de Leandro se oía suave y profunda—Evrie, me enteré que te mudaste hoy, ¿ya no estás en el dormitorio de la universidad? —

—Así es, Sr. Reyes, encontré un pequeño lugar, será más conveniente para ir a trabajar—le respondió Evrie.

Durante el último mes, debido a su asignación de prácticas, había estado en contacto frecuente con Leandro Reyes, principalmente para prepararse para el trabajo.

—Bien, resulta que tengo un proyecto que está arrancando, a partir de mañana ven a trabajar, le diré a alguien que te haga los trámites de ingreso—.

Leandro fue claro con las instrucciones.

—Perfecto, gracias Sr. Reyes, ¡estaré allí a tiempo mañana sin falta! —

Evrie le respondió con entusiasmo.

Después de colgar, rodó en la cama emocionada. La empresa de Leandro Reyes era un conocido grupo de diseño arquitectónico en la ciudad. Si lograba entrar con éxito, su futuro sería prometedor.

Quizás algún día en la Ciudad Alnorter habría edificios diseñados por ella.

Con esa esperanza, Evrie se quedó dormida.

...

Al día siguiente, Evrie se despertó temprano y tomó el metro hacia el Grupo Reyes.

Era su primer día de trabajo y estaba nerviosa. Se había maquillado ligeramente y ni siquiera había desayunado.

El proceso de incorporación fue fluido, y una compañera de recepción la ayudó a conocer el entorno de la empresa antes de mostrarle su escritorio.

—Señorita Evrie, este será tu lugar de trabajo. Tu jefe directo será el Sr. Reyes, él mismo te guiará. Quédate aquí y él vendrá en un momento—.

Evrie asintió y agradeció con cortesía—Gracias—.

—De nada, el Sr. Reyes llegará en un momento, mientras tanto puedes familiarizarte con el área—.

Una vez que la recepcionista terminó de organizar todo, se marchó.

Evrie se sentó en su escritorio y miró a su alrededor. Había poca gente en la oficina y las estaciones de trabajo estaban casi vacías. Al lado estaba la oficina de Leandro Reyes, que en ese momento estaba cerrada y vacía.

Su posición parecía más la de una asistente.

Ser la asistente de Leandro era una gran fortuna.

Poco después, Leandro llegó.

Ese día vestía ropa casual de color gris claro, con una mano en el bolsillo y una sonrisa en su rostro que lo hacía parecer relajado y desenfadado.

—Evi, buenos días—.

Evrie se levantó de inmediato para saludarlo—Buenos días, Sr. Reyes—.

—No seas tan formal, eres mi estudiante. Puedes relajarte. ¿Ya terminaste con los trámites de ingreso? —Le preguntó Leandro.

Evrie asintió—Todo listo—.

—Perfecto, entonces acompáñame. Hoy tenemos un proyecto de diseño y quiero que te involucres para que practiques—.

Leandro hizo un gesto amplio con la mano, indicándole que lo siguiera.

Era el primer día de prácticas y ya tenía un proyecto en el que participar, Evrie sentía una mezcla de emoción y alegría. Se apresuró a seguir a Leandro con entusiasmo.

Media hora después, el coche de Leandro se detuvo frente a la entrada del Hospital Alnorter.

Evrie miró el gran edificio que le resultaba tan familiar y sintió cómo su corazón empezaba a latir un poco más rápido.

Este hospital...

—Evi, apúrate. —

Leandro ya había bajado del coche, y Evrie, volviendo en sí, se apresuró a salir y seguirlo.

Leandro, con paso seguro, le iba explicando mientras caminaban—Nuestro proyecto actual consiste en encargarnos de la renovación arquitectónica de este hospital, así como de su rediseño interior. Por eso te traje a conocer el lugar, más adelante tendrás que acompañar a la diseñadora para tomar medidas. —

Evrie asintió con seriedad—Lo tengo presente. —

Siguió a Leandro girando a la izquierda y a la derecha, recorriendo el diseño interior del hospital entero, hasta que finalmente llegaron al edificio de medicina interna.

Evrie estaba tan fascinada con lo que veía que, sin darse cuenta, se dirigió hacia un pasillo.

Al pasar junto a una puerta de escaleras, extendió la mano para abrirla y echar un vistazo. En un instante, sus ojos se encontraron inesperadamente con una mirada fría y profunda.

¿Es... es él?

¡El corazón de Evrie se paralizó de golpe!

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