Pero… ¿¡Eres un Millonario!? romance Capítulo 4

Ricardo había terminado con los asuntos de la empresa, viendo que ya se hacía tarde, pensó en regresar a casa. Nacho lo seguía: "Sr. Roldán, según la situación actual, Manuel Roldán no aguantará mucho tiempo, máximo medio año, toda la familia Roldán será suya más antes de lo que se piensa".

"Sigue vigilándolo de todas maneras".-

Algunos en la familia Roldán aún no se quedaban quietos, lo que tenía que hacer era aplacar todos los disturbios internos y recuperar lo que le pertenecía. Habiendo terminado de hablar de negocios, Nacho, movido por la curiosidad hacia Natalia, preguntó: "Sr. Roldán, ¿usted y la Srta. Torres realmente se casaron?".

"Sí, pero oculta nuestra información matrimonial, no la divulgues a nadie". Ricardo no tenía intención de hacerlo público su matrimonio, ni pensaba en que duraría.

Nacho asintió, planeando irse, pero se encontró con un par de ojos llenos de sorpresa: "Sr. Roldán, parece que la Srta. Torres nos acaba de ver juntos".

...

Natalia no esperaba encontrarse con Ricardo allí, y se levantó por instinto.

"Naty, ¿a dónde vas?".

"Nada, todavía no has terminado de comer, ¿verdad? Cuando termines, vete a trabajar", le dijo Natalia con una sonrisa.

Beatriz, de hecho, aún no había terminado, se limpió la boca y se fue rápidamente. Natalia recogió un poco, tomó su lonchera y salió de la cafetería, caminando hacia Ricardo directamente.

"Ric, ¿cómo es que estás aquí?".

Ricardo se veía tan normal como siempre: "Vine a solicitar un empleo".

Nacho: "…"

Ricardo miró a Nacho, ordenándole con su mirada que inventara una excusa, para que no revelara su identidad.

Nacho inmediatamente se puso serio: "Señorita, buenos días, soy Nacho de Acumen Capital, el Sr. Roldán acaba de tener una entrevista con nuestro grupo financiero, ofendió a nuestro gran jefe, y me ordenó que lo sacara personalmente".

Los ojos de Ricardo estaban llenos de frialdad. Al siguiente momento, Nacho ordenó insatisfecho: "Sr. Roldán, Acumen Capital no es un lugar al que cualquier persona pueda entrar, por favor, ¡váyase ahora!".

´Lo siento, Sr. Roldán. ¡Yo también soy inocente!´

Nacho, soportando el miedo que le recorría la espalda, dejó caer esas palabras y se fue con orgullo.

Natalia levantó la cabeza, miró a Ricardo, se veía muy preocupada, parecía que realmente había ofendido al gran jefe: "Ric, no te preocupes, ya le hablé a mi amiga, ella te ayudará a hablar bien de ti, no habrá problemas".

"¿Tu amiga?".

"Sí, Beatriz del departamento de recursos humanos". Dijo Natalia sin ninguna guardia: "Vamos, volvamos a casa ahora".

Ricardo conocía a Beatriz, la señorita de la familia Castro, se decía que era muy capaz. Una vez en el auto, Ricardo no dijo una palabra, Natalia lo miraba de vez en cuando, pensando que aún estaba preocupado por su futuro.

"Para ser sincera, creo que Acumen Capital no es la mejor opción". Natalia buscó consolarlo con todas sus fuerzas: "Aunque la empresa tiene una gran escala industrial, al mismo tiempo la presión laboral también es alta, aunque entres y ganes mucho, ¡no serás feliz!".

Ricardo: "…"

Estaba acostumbrado a trabajar bajo alta presión.

"Mira a mi amiga Beatriz, no ha vuelto a casa en una semana, está tan agotada". Natalia intentó enumerar todas las desventajas de trabajar en Acumen Capital, intentando calmar a Ricardo. Sin embargo, la cara del hombre se volvía cada vez peor.

¿Alta presión laboral?

¿Luchas de poder entre departamentos?

¿Alta competencia en la industria?

¿El amorío de la oficina? Incluso hablaron sobre que el jefe era un demonio.

¡Beatriz realmente le contó de todo acerca de la empresa!

"Además, escuché a Betty decir que acaban de cambiar a un jefe, es muy despiadado, probablemente va a despedir a muchos empleados".

"Eso es cierto". Ricardo interrumpió a Natalia.

"¿Cómo sabes?", Natalia lo miró.

"Cuando llega un nuevo jefe, seguro que va a poner orden". Dijo Ricardo fríamente: "Y dile a tu amiga que tenga cuidado con lo que dice, o acabará despedida como muchos".

¡Qué chismosa!

Natalia sintió un frío en las palabras, y respondió en tono bajo: "Lo tendré en cuenta".

Ricardo sacó su teléfono y contactó a Nacho: "Advierte a Beatriz, que tiene que cuidar lo que dice fuera de la empresa".

Nacho: ¿…? ¿Quién era Beatriz?

Nacho buscó a Beatriz, es la hija de la familia Castro, una parte esencial del departamento de recursos humanos. ¿Acaso había ofendido al jefe?

Beatriz volvió de la cafetería a la oficina, lista para una próxima ronda de trabajo. Su superior, una supervisora, se acercó y golpeó su escritorio: "Beatriz, ven conmigo".

Beatriz se puso nerviosa, ¿acaso había algún problema con los datos que presentó en la tarde?

Siguió a la supervisora a su oficina y le sirvió una taza de té con cortesía: "¿Necesitaba algo, jefa?".

La supervisora también estaba confundida, Nacho le había pedido que hablara con Beatriz. Y el tema de la conversación era que tenía que cuidar sus palabras: "Beatriz, eres muy capaz, lo sé. Debes apreciar esta valiosa oportunidad de trabajo. Al mismo tiempo, debes tener cuidado con lo que dices. Si algo sale mal, no podré protegerte".

La supervisora sospechaba que Beatriz había ofendido al jefe. Si no, Nacho no la hubiera llamado.

Beatriz se quedó atónita, pero no se atrevió a hablar: "No te preocupes, jefa. Seré más cuidadosa en el futuro".

La supervisora se sintió aliviada: "¿Conoces al jefe?".

"No, no lo conozco en absoluto".

Comparada con Acumen Capital, la familia Castro no significaba nada. ¿Cómo podría conocer al jefe de tremenda empresa?

"Puedes irte ahora".

Justo cuando Beatriz salió de la oficina, inmediatamente buscó a Natalia para quejarse: "Naty, ¿qué está pasando? Creo que alguien me está tendiendo una trampa. Mi jefa me acaba de decir que tenga cuidado con lo que digo. ¿Crees que ofendí a alguien? ¿Le dijiste a alguien lo que hablamos?".

Natalia se atragantó: "cof, cof, cof".

"De verdad eres demasiado chismosa, habla menos en el futuro".

Beatriz se echó a llorar: "El chisme es una cosa tan divertida, ¡solo quiero compartirlo contigo!".

Natalia: "..."

Con su personalidad, solo fue advertida una vez. ¡No estaba mal!

Al volver al apartamento, Ricardo cogió su pijama y se fue al baño. Cuando salió, Natalia todavía estaba tranquilizando a Beatriz.

"¿Ya te has duchado?"

Ricardo asintió: "No toques mis productos de baño, son personales, usa los tuyos".

Especialmente los suyos.

Natalia asintió y entró al baño. El baño era pequeño, no tenía ni la tercera parte del espacio de su baño en casa, pero no le importaba.

Ricardo se sentó en la sala de estar. Nacho le envió un mensaje: [Sr. Roldán, Beatriz ya ha sido advertida. Puede estar tranquilo]

Los dedos de Ricardo se movieron ligeramente: [¿Ofendí a alguien en la entrevista?]

Recordó lo que dijo Nacho. Nacho se detuvo, explicó rápidamente: [Sr. Roldán, solo estaba buscando su bien. Si no dijera eso, ¿cómo explicaría que yo mismo lo llevé a la entrevista?]

[Ve al departamento de finanzas y que te descuenten medio mes de bonificación]

Nacho sollozó: [Entendido]

Se oyeron pasos, Natalia salió del baño. Ricardo levantó la vista por instinto y la miró.

Natalia acababa de salir del baño, vistiendo un pijama de color rosa pálido. El escote estaba un poco abierto, dejando ver un pedacito de su piel delicada. Su cabello largo estaba recogido en alto, mostrando su cuello casi perfecto.

Tenía una cintura delgada y unas piernas largas y suaves, todavía húmedas, lo que añadía un toque de sensualidad. Ricardo siempre había sido un hombre bastante frío, pero en ese momento parecía un poco inquieto. Así que desvió la mirada y dijo con calma: "Ya es tarde, deberías descansar".

Natalia no se dio cuenta de su mirada, apenas volvió a su habitación cuando recibió una llamada: "Natalia, ¡ven a la oficina mañana!"

Era Sancho.

"Entendido".

"Y, además, divórciate de ese hombrezuelo de la calle y cásate con el Sr. Ortiz ¡De inmediato! De lo contrario, espérame...", Sancho no había terminado de hablar cuando Natalia le colgó, ¡y lo puso en la lista negra!

¡Como si fuera a venderla! ¡Podía seguir soñando!

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