NADIE COMO TÚ romance Capítulo 37

Valeria tenía la cara pálida.

—Ya sabes lo que pasó hace dos años, ¿no?

Si Aitor de verdad la hubiera investigado, era imposible que no se enterara de lo que pasó.

Aitor vio que su cara se volvió pálida de repente y contestó:

—Sí.

Él sabía lo que pasó hace dos años, pero solo la versión que sabía la mayoría de la gente, él no había investigado la verdad.

Al principio no lo investigaba porque no le importaba, después no lo investigaba porque quería que ella misma se lo contara personalmente.

La cara de Valeria se quedó completamente pálida y sacó una sonrisa amarga.

—Si sabes lo que pasó, ¿por qué aún te has casado conmigo?

—Al principio porque no me importaba —Aitor estaba mirando a Valeria sin querer ocultarse—. Solo necesitaba una mujer con el título de mi esposa. Una cazafortunas es muy fácil de controlar para mí.

Aitor era tan directo que Valeria se rio amargamente.

Entonces, ¿él pensaba también que ella era una chica que vendería su cuerpo por el dinero desde el principio?

Por alguna razón, cuando le surgió este pensamiento, Valeria de repente se sintió tan mal que no podía respirar.

—Pero —Valeria escuchó a Aitor hablar de nuevo cuando se estaba mordiendo el labio fuertemente—, ahora quiero que me cuentes la verdad.

Valeria se sorprendió.

—¿La verdad?

La voz de Valeria estaba temblando un poco.

—¿Pero tú no piensas que lo que has investigado es la verdad?

Valeria se quedó mirando fijamente los ojos de Aitor, parecía que quería saber cómo pensaba Aitor por sus ojos.

Aitor también miró a Valeria, y después de un rato dijo,

—No creo que seas una chica que puede cambiar su cuerpo por el dinero.

Esta frase simple parecía tener magia y la dejó a Valeria atónita.

Aitor miró Valeria, le parecía un poco mona y tonta, dibujando una pequeña sonrisa.

—¿Qué te pasa?

Valeria se dio cuenta de que se había portado mal y apartó su mirada de prisa.

—Nada, solo que estoy un poco sorprendida.

Aitor la estaba mirando y bajó más la voz.

—¿Entonces? Valeria, ¿te importa contármelo?

Recordando lo que pasó, Valeria se puso triste.

Al ver la pálida cara, Aitor se sintió mal de repente y habló en voz baja,

—Si no me lo quieres decir, no pasa nada.

—No, te lo voy a contar —Valeria se tomó una respiración profunda, levantó la cabeza, cuyos ojos parecían estar brillando—. Hace dos años, asistí a una fiesta de la empresa que estaba trabajando, Sin saber por qué, me quedé ebria con solo una copa de champán. Y después alguien me llevó a una habitación del hotel, y después…

Hasta aquí, Valeria no podía seguir contando.

Aitor la vio así y se sintió un poco incómodo.

—¿Y después qué pasó?

Aitor preguntó un poco serio. Al ver que Valeria no le respondía, gritó un poco,

—Valeria, tienes que aprender a enfrentarlo.

Valeria tembló, se mordió el labio fuertemente y finalmente acabó de contarlo,

—Esa copa de champán había sido drogada y un viejo de sesenta años me quitó la virginidad.

Cuando acabó la frase, toda la fuerza de Valeria parecía haber sido quitada y se cayó al sofá.

Viendo su cara sin esperanza, Aitor no la podía ver sufriendo, se levantó de la silla de ruedas, se sentó a su lado y la abrazó.

—Ya está bien —su voz era baja y parecía tener un efecto tranquilizador—. Todo ya pasó, si quieres llorar, no pasa nada.

Valeria se quedó en ese abrazo cariñoso, como si hubiera perdido el alma, tampoco lloró y solo se negó con la cabeza desesperadamente.

—No hay porqué llorar, ya pasó.

Esa actitud de Valeria le hizo sentir más pena a Aitor que sus lágrimas, mirando su cara pálida, pero él no podía dejar de preguntarla,

—¿Cómo sabes que fue un viejo de sesenta años?

—Esa noche había sido drogada, no me acordaba de casi nada. Tampoco recordó al hombre ese, cuando me desperté ya no estaba, pero dejó mil euros al lado. Después fui a la recepción del hotel, me dijeron que el que había reservado la habitación era un viejo de sesenta años. Y luego había otra persona que informó al colegio diciendo que yo era una prostituta.

Pensando en esos insultos, hasta ahora no se atrevía a quedar con sus compañeros de la universidad, porque siempre la insultaban llamándola sinvergüenza.

Valeria había pensado que no tenía valor de contar todo eso, pero si saber por qué, se lo contó todo en el abrazo de Aitor.

Aitor se enfadó cada vez más al escuchar a Valeria contar esto, al final le preguntó,

—¿En qué hotel?

—En el Gran Hotel Siglo —Valeria le respondió sin pensar, pero después miró hacia Aitor preguntando—. ¿Para qué preguntas eso?

—Nada —Aitor no tenía expresión en la cara—. ¿Nunca has pensado quién te hizo esa trampa?

Ser drogada, llevar hasta la habitación y después de todo eso informar al colegio, todo eso era evidentemente que alguien trató de inculpar injustamente a ella.

—No sé, lo intenté investigar, pero no encontré nada.

Dijo Valeria, de repente notó algo, miró hacia Aitor.

—Aitor, ¿crees en mí?

Aitor giró la cabeza y vio que Valeria estaba apoyando su cabeza en su hombro. Eso le hizo sentir mejor, por eso habló en voz baja,

—Eres mi mujer, claro que creo en ti.

Fue una frase tan simple, pero impactó mucho a Valeria.

Él confiaba en ella.

Ella había estado tantos años junto con Vicente y él nunca confiaba en ella, pero Aitor dijo que creía en ella.

—Entonces —la voz de Valeria estaba temblando un poco—, ¿te disgusto por esto?

A Valeria le importaba mucho lo que pasó hace dos años. Antes pensaba desesperadamente que no iba a poder casarse por esa mancha.

—No —Aitor frunció el ceño—. Si no es culpa tuya, no puedo culparte…

«En cambio, debe ser el culpable que paga sus precios por todo esto.»

Aitor no dijo directamente la frase, pero hizo una decisión a escondidas.

Valeria estaba agotada de decir todo esto, se fue a descansar directamente.

Esta noche Valeria se durmió más rápido que los días anteriores al tener Aitor al lado.

Aitor miraba a Valeria quien fruncía el ceño hasta en el sueño, se sentía un poco angustiado.

Escuchando el aliento tranquilo de su mujer, Aitor sacó el móvil y marcó el número de Jacobo.

—Jacobo —él mantuvo la voz baja para no despertar a Valeria—. Quiero una detallada investigación de lo que pasó hace dos años a Valeria.

Colgó el teléfono, pensando en lo que le había contado Valeria, frunció el ceño.

«¿Gran Hotel Siglo? ¿Por qué ese nombre me suena tanto?»

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