NADIE COMO TÚ romance Capítulo 136

Valeria y Aitor fueron juntos al salón interior de la subasta, dejando a Noelia pasmada en su sitio.

¿Cómo reaccionaría Noelia cuando supiera la verdad? ¿Se arrepentiría de sus palabras? Esta vez iba a llorar amargamente durante varios días por sus palabras imprudentes.

Cuando Valeria pensó en la expresión asustada de Noelia, quiso reír y no pudo evitar soltar algunas risas.

Aitor miró hacia arriba y vio la sonrisa de Valeria. Después de tantos días peleándose, finalmente la vio sonreír. El estado de ánimo de Aitor mejoró un poco más.

Los dos caminaron lentamente, en silencio.

Todos en la subasta tenían que donar una cosa, y todas las ganancias de la subasta se donarían a organizaciones benéficas. Primero, debían entregar su donación en el departamento de artículos de la subasta, registrarla y luego esperar el comienzo de la subasta.

Aitor y Valeria llegaron al departamento de artículos de subasta.

Había gente que estaba registrándose, todos traían cosas valiosas con formas exquisitas y un cierto valor de colección.

El personal del departamento le preguntó a Valeria dónde estaba el producto que quería donar. Entonces Valeria frunció el ceño y exclamó:

—¡Vaya, no he preparado nada!

El personal miró a Valeria con asombro, era la primera vez que alguien venía a participar en la subasta de caridad sin llevarse nada para subastar.

Valeria se sonrojó un poco, sintiendo mucha vergüenza frente al personal. Probablemente estaban pensando que había venido a comer gratis.

Aitor vio a Valeria parada allí como una niña que había cometido algún error, entonces sacó una caja de terciopelo azul de su bolso.

Aitor le pidió al personal que la abriera, diciendo que este era el artículo de subasta donado por la señora Cabrera del Grupo Lustre.

De hecho, Aitor ya preparó el producto de subasta, y Valeria no tenía que preocuparse por ello. Pero el personal preguntó demasiado rápido, por eso Aitor no tuvo tiempo de sacarlo.

El personal vio que la textura de esta caja de terciopelo era muy bien elaborada, y pensó en lo caro que sería. Rápidamente abrió la caja y se quedó atónito de inmediato.

¡El producto de subasta donado por la señora Cabrera resultó ser un valioso collar de diamantes! El collar tenía nueve diamantes, todos de alta calidad y con mano de obra exquisita, eran absolutamente hermosos y brillantes.

«¡La señora Cabrera es muy generosa! La subasta de hoy va a ser un espectáculo.»

Al personal se le caían las babas de mirarlo.

¡Valeria también se quedó atónita! ¡Este collar de diamantes era precioso, también era la primera vez que veía algo tan hermoso!

Aitor le preguntó a Valeria:

—¿Te gusta? Si te gusta, no subastaremos este, te lo regalo.

—No, no puede ser —Valeria agitó la mano rápidamente, no podía permitirse un regalo tan valioso.

—Es realmente precioso, pero es mejor que lo donemos en la subasta, así ayudaremos a más personas, entonces su valor sería más aprovechado.

A Aitor le gustaba la amabilidad de Valeria. Si fuera otra mujer, seguramente estaría loca por conseguir este collar de diamantes. No había muchas mujeres en el mundo a las que no les gustaban la riqueza, pero Valeria contaba como una, lo cual era una cualidad que Aitor no había esperado cuando la conoció.

El hombre era tan considerado pensando por ella que hasta había preparado un artículo de subasta tan caro, Valeria se sentía muy emocionada mirando a Aitor agradecida.

Aitor sonrió levemente a Valeria, con sus ojos llenos de amor y encanto.

La ira que sentía Valeria hacia Aitor ya se había desvanecido mucho en ese momento.

El personal puso el collar de diamantes en el lugar más llamativo y dijo:

—Señor Aitor, señora Cabrera, pueden tomar asiento en la sala de subastas.

Posteriormente, los dos salieron juntos de ese departamento.

Poco después de que se fueran, Diana llegó con el artículo que iba a subastar.

Había todo tipo de artículos lujoso, así como joyas, reliquias culturales, pinturas y caligrafía, etc., todos eran tesoros. Diana estaba deslumbrada por tantos artículos de valor.

El más llamativo entre todos era el collar de diamantes brillantes que estaba colocado en el centro. ¡Ni siquiera todos los productos juntos podían ocultar el resplandor de este collar de diamantes!

Diana señaló el collar de diamantes y preguntó al personal:

—Oye, ¿quién donó este collar?

El personal revisó la lista y le replicó:

—Esto fue donado por la esposa del presidente del Grupo Lustre —el personal añadió—. ¿No es hermoso? Es la primera vez que veo un collar de diamantes tan hermoso. Dicen que es una personalización hecha en Sudáfrica. Solo hay tres en el mundo, ¡y este es uno de ellos!

El personal había pensado que podía caerle bien a Diana conversando con ella, pero no esperaba que esta le pusiera los ojos en blanco.

Al ver que Valeria iba a donar un collar de diamantes tan caro, Diana se puso celosa. ¡No podía dejar que Valeria le robara el protagonismo en la subasta de caridad que asistían tantas celebridades!

La expresión del personal se oscureció y le preguntó a Diana:

—¿Podría yo preguntarle cuál es el articulo que desea subastar?

El producto de Diana era un bolso de edición limitada de Hermès.

Después de verificar y evaluar con mucho cuidado, el personal le dijo:

—Está bien. He anotado su artículo. Por favor, tome asiento en el vestíbulo interior.

Diana estaba pensando en cómo destruir el producto de subasta de Valeria. Pensando en ello, de repente se le ocurrió una idea.

Diana sonrió cortésmente al personal y dijo:

—Eres muy dedicada al trabajo, me gusta tu actitud. ¿Por qué no nos hacemos amigos?

La subasta era muy popular, por eso acudió mucha gente, incluido Nicolás. Después de saludar cortésmente a Aitor y Valeria, se fue a charlar con los demás.

Valeria solo conocía a algunas personas, pero la mayoría eran desconocidos para ella.

Aitor era amigos de muchos, quienes se acercaban a saludarlo. Después de saber que ella era la señora Cabrera, sus miradas inevitablemente se posaban en Valeria, haciendo que esta se sintiera inexplicablemente nerviosa e inquieta.

Aitor le dio unas palmaditas en el dorso de la mano, calmándola un poco.

Aitor le dijo:

—Tendrás que asistir a muchos eventos como este. Te acostumbrarás poco a poco. No te preocupes, me tienes a tu lado.

—Bueno.

Al escuchar el ánimo de Aitor, Valeria se relajó un poco.

Después de que Valeria entró, los ojos de Vicente no se apartaron de ella.

Descubrió que Valeria siempre se acurrucaba contra Aitor, y parecía depender mucho de él.

En realidad, no era de extrañar que se comportara así, seguramente que asistía por primera vez a eventos como este, era inevitable sentirse nerviosa. Pero aun así a Vicente le dolía mucho el corazón, porque Valeria estaba al lado del otro hombre en vez de su lado.

Vicente quería saludar a Valeria, pero Diana, que estaba a su lado, estaba vigilándolo tanto que de momento no podía hacerlo.

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