NADIE COMO TÚ romance Capítulo 118

Hasta Vicente podía oír los vítores que venían de fuera. Llamó a Valeria a su oficina.

Primero miró su brazo con preocupación.

—¿Están curadas tus heridas? ¿Te han dejado cicatrices?

Valeria negó con la cabeza:

—No han dejado cicatrices.

Después de la charla cortés, la oficina se volvió muy silenciosa.

Vicente se peleaba a menudo con Valeria en esta oficina. La odiaba, la culpaba y la torturaba en este lugar. Valeria debía estar muy triste en ese momento.

Estaba tan equivocado que ni siquiera podía perdonarse a sí mismo.

—Valeria, no hice arreglos para que te hicieras a cargo de la noticia de Aitor. Fue Ariana quien tomó esa decisión.

Al ver la expresión con guardia de Valeria, Vicente se explicó ansiosamente:

—De verdad que no tramé nada esta vez. Nunca te volveré a hacer eso. ¿Me perdonarás?

Al principio, Valeria sentía que lo que había hecho Vicente no podía ser perdonado, porque de verdad le había dañado mucho.

Sin embargo, en ese momento se precipitó al incendio para salvarla, arriesgando su vida, después de eso, pensaba que no había nada que no pudiera ser perdonado.

Se dice que el amor es tan profundo como el odio. La razón por la que Vicente la odiaba era porque no conocía la verdad del incidente, aunque nunca la creía.

Valeria le respondió:

—Vicente, ya no quiero tener nada que ver contigo, así que ya no te odio y te he perdonado.

Ella estaba delante de él, pero Vicente sentía que estaba a millones de kilómetros de ella.

Los ojos de Vicente parpadearon, como era incapaz de continuar con este tema, solo pudo cambiar el tema.

—Estabais celebrando algo afuera, ¿no te preocupa que Aitor realmente tenga algo con Noelia? Los rumores nunca carecen de fundamento. Aparte del amor, no hay amistad entre hombres y mujeres.

Valeria entendió lo que dijo Vicente. Aunque existiera amistad entre un hombre y una mujer, esta amistad algún día se convertiría en amor.

Sin embargo, Aitor no era ese tipo de persona. Aitor era un hombre fiel al amor.

Su amor tan constante por Sabela y el cuidado que le daba a ella no era algo que cualquier hombre podía hacer.

Valeria miró a Vicente y dijo:

—Confío en él. Aitor es mi marido y lo conozco mejor que nadie. Noelia no es más que una celebridad, ni es comparable con Sabela de ese entonces.

Vicente se quedó desconcertado.

«¿Conoce la existencia de Sabela? Parece que Aitor le ha contado todo. Su relación es realmente estrecha»

Él preguntó:

—Sabela ya murió. Ahora estamos hablando de ti, Valeria. ¿Cuánto tiempo os conocéis? ¿De verdad crees que lo conoces del todo?

Valeria miró por la ventana y contestó lentamente:

—La confianza es esencial en el matrimonio. Confío en Aitor, igual que Aitor también confía en mí.

Cuando Valeria salió de la oficina, Vicente seguía pensando en sus últimas palabras.

Cometió el error más grande e indebido de su vida, y ese error fue no confiar en Valeria.

Era inocente y dulce como una gardenia blanca en ese entonces, su amabilidad, tenacidad e inocencia lo atrajeron profundamente y Vicente se enamoró de ella.

Pero pertenecía a una familia opulenta, muchas personas codiciarían su riqueza, por eso hasta se lo ocultó a Valeria.

Ni siquiera se detuvo en pensar las fotos de ese año creyendo que Valeria lo había traicionado, si hubiera escuchado su explicación y se hubiera calmado para analizar y reflexionar, ahora los dos no habrían llegado hasta el punto de ser extraños.

Vicente sentía que había perdido a Valeria por completo.

Durante el día, tuvo mucho ajetreo en el trabajo. Por la noche, Valeria dispuso todo tipo de equipos y partió para el Restaurante Ríosur.

Llegaron a los asientos ya reservados a las seis y media.

Lola y Darío fingieron ser una pareja.

Escondieron la cámara en un lugar difícil de detectar esperando la llegada de los protagonistas.

A las siete en punto vieron a Aitor y Noelia entrar uno tras otro al restaurante.

¡El buen espectáculo estaba a punto de comenzar!

Noelia era extraordinariamente encantadora, era obvio que se había arreglado detenidamente. Su figura perfecta hacía que Valeria se sintiera avergonzada y un poco celosa.

El vestido de noche escotado perfilaba muy bien los pechos grandes y tiernas de esa estrella. Noelia llevaba un maquillaje espeso, y era adecuado con el ambiente de la noche oscura.

Lola suspiró en secreto.

—Sin duda es la señorita más bella de nuestro país.

Darío ya estaba embobado mirándola.

—Chicos, actuad como profesionales, lo más importante es tomar fotos.

Valeria les recordó en tono divertido a los dos.

En esa mesa,después de ordenar la comida, Noelia no apartó la mirada de Aitor.

Ella bajó la cabeza y sonrió.

—Realmente es difícil concertar una cita con el presidente Aitor. ¿Cuánto tiempo sin vernos?

Aitor respondió cortésmente:

—Si hay cooperación, nos volveremos a encontrar.

—¿Dicen que el presidente Aitor está casado?

Vio su anillo de matrimonio con perspicacia.

Aitor asintió, dibujando una leve sonrisa en los labios.

Los dos discutieron algunos temas insignificantes.

Luego se sirvió la cena con una botella de vino tinto.

Darío encendió la cámara en silencio.

Aitor ya vio a Valeria y a sus compañeros tan pronto como entró.

El camarero le sirvió una copa de vino tinto a Noelia.

Los dos brindaron las copas antes de tomar.

La cámara de Darío empezó a trabajar.

El bistec rico llegó a la mesa.

Noelia no dejó que el camarero les sirviera.

Ella susurró:

—Presidente Aitor, ¿puede cortarme el bistec? De lo contrario, no tengo ganas de comérmelo.

Aitor pensó un momento y asintió. Se lo entregó a Noelia después de cortarlo en trocitos.

Cuando Lola y Darío vieron esta escena, se pusieron más felices que nunca.

«¡Finalmente tenemos material para publicar!»

Pero la cara de Valeria se puso descontenta.

«Aitor nunca me ha cortado un bistec, ¿pero ahora lo ha hecho para Noelia?»

Lola habló sin tener en cuenta la expresión de Valeria:

—Al parecer los dos de verdad tienen algo. El puesto de la señora Cabrera está en peligro. Vaya, todos los hombres son unos cabrones infieles.

Lola no tenía idea de que la señora Cabrera que mencionaba estaba sentada a su lado, encima era el cerebro de todo esto.

Al otro lado, Noelia se acercó a Aitor con una copa en la mano.

—Presidente Aitor, el rodaje del anuncio salió tan bien que deberíamos celebrarlo.

Antes de que Aitor pudiera reaccionar, Noelia se tambaleó en sus brazos, y los dos fueron salpicados por el vino.

¡Los ojos de Valeria no podían ponerse más grandes!

«¡Los métodos de esta mujer son demasiado descarados!».

Aitor quería enojarse, pero de repente vio el rostro celoso de Valeria e instantáneamente cambió de opinión.

Ayudó a Noelia a levantarse, tomó una servilleta y limpió el vino tinto en su vestido y pecho.

Lola y Darío se miraron sonriendo.

«¡La noticia bomba está en nuestras manos! El título impactante podría ser: ¡La estrella se quedó borracha y el presidente Aitor era muy íntimo con ella!»

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