Mi pretendiente es mi EX-MARIDO romance Capítulo 69

Cuando el médico y la enfermera se fueron, lo vieron y el médico dijo, -Usted es el familiar del paciente, ella...-

Édgar retractó la mirada y dijo con frialdad, -No lo soy.-

-¿Entonces?-

-Solo pasaba por aquí.-

¿Pasar por aquí hacía falta que estuviera parado aquí y mirarla durante tanto tiempo?

Cuando el médico estaba a punto de irse, Édgar dijo de repente, -A menudo sentía molestias en el estómago, por favor hazla una revisión.-

El médico se quedó atónito, -¿Molestias en el estómago? ¿Cuáles son los síntomas específicos...?-

-Náuseas, ganas de vomitar.-

El médico sonrió suavemente y dijo, -Aunque la paciente tiene síntomas de malestar estomacal, la paciente está embarazada de cuatro meses. Las náuseas y los vómitos son unas reacciones normales del embarazo. No se ponga demasiado nervioso.-

Édgar estaba mirando a Doria. Al escuchar lo que dijo, sus ojos negros se tensaron, su mirada era como una espada fría, y todo su cuerpo daba una sensación de frialdad, -¿Qué dijiste?-

- Náuseas y los vómitos son reacciones normales del embarazo, que no se ponga demasiado nervioso…-

-La oración anterior.-

El médico preguntó tentativamente, -¿La paciente está embarazada de cuatro meses?-

Édgar estaba repentinamente un poco distraído, apareció claramente en su mente lo que Doria le había dicho, frase por frase.

-¿No me preguntabas qué era lo que quería esta vez? Édgar, estoy embarazada. Tengo que planificar el futuro del bebé. Quiero la mitad de todas tus propiedades.-

-Tal vez sea porque nunca he estado en la pasarela y estoy un poco nerviosa. Cuando me pongo nerviosa, siento náuseas. Recuperaré dentro de nada.-

-Me acabo de enterar de que no encuentro mi... mi medicamento para el estómago. No sé si está en tu oficina...-

-No es mío, es de Claudia... Ella y su novio están a punto de casarse y van a tener hijos.-

-Como está preparando Claudia para su embarazo, como futura madrina del niño... Es normal comprarle estas cosas.-

De hecho, se creyó de sus mentiras chapuceras.

Después de que el médico se fuera, Édgar cerró la puerta, entró a la habitación.

Se sentó frente a la cama del hospital de Doria con una expresión fría y burlona, -Doria, realmente me estás jugando como si fuera un tonto. Si sabía perfectamente qué tipo de persona eres, pero todavía me dejo engañarme por ti.-

En la cama del hospital, Doria no reaccionó en absoluto.

Édgar miró hacia abajo y descubrió que sus manos habían estado en su abdomen, incluso sin consciencia, mantenía una postura protectora.

Había pasado cuatro meses.

Qué bien lo había ocultado.

...

Doria no sabía cuánto tiempo había dormido. Cuando despertó, sintió dolor en todo su cuerpo. Después de unos segundos para recuperar la conciencia, recordó la escena de caerse al agua y de repente tocó su vientre.

Sintió que el pequeño todavía estaba allí, Doria exhaló un suspiro de alivio, y cuando se volvió para ver dónde estaba, se encontró con un par de ojos oscuros y fríos.

Hicieron contacto visual durante unos segundos, Doria sacó una fuerza que no sabía de donde lo había sacado, saltó de la cama y se sentó en la cabecera con la colcha en sus brazos, su expresión estaba indescriptiblemente nerviosa, -¿Por…por qué está aquí el Gerente Édgar?-

La voz de Édgar era muy débil, -Quién sabe, puede que solo esté de paso.-

Doria de repente recordó que parecía que Édgar la había rescatado de la piscina, no pudo evitar apretar la colcha con los dedos y dijo con cautela, -¿Es el Gerente Édgar quien me llevó al hospital?-

Los ojos oscuros de Édgar la miraron en silencio, no dijo nada.

Doria apartó la mirada incómodamente, ¿qué había sido de esa mirada de ese cabrón? La hacía sentirse incómoda.

Después de un rato, Doria miró por la ventana, viendo el cielo pálido, encontró un tema que hablar, -¿He dormido toda la noche? Por favor, Gerente Édgar, ¿puedo contactar con mi amiga para que venga?-

Édgar dijo, -¿Qué amiga?-

-Pues... Claudia, ya la conoces.-

Édgar dijo con indiferencia, -¿No dijiste que ella estaba preparando para el embarazo? ¿Ya está embarazada?-

Doria no supo por qué saltó a este tema de repente, y no pudo evitar sentirse un poco nerviosa, sin pensarlo mucho, dijo directamente, -Supongo que... sí.-

-¿Puede venir al hospital para cuidarte si está embarazada?-

-¿Qué? No importa si no viniera, solo me había ahogado, no es un gran problema, podría dar de alta por la tarde.-

Esperó que acabara de hablar, Édgar dijo lentamente, -Si no recuerdo mal, su novio parece haberle sido infiel. En este caso, si ella todavía estuviese dispuesta a estar embarazada de ese hombre. Parece ser que tu amiga es más generosa que tú. Deberías aprender de ella.-

Este cabrón estaba loco.

En ese momento, sonó un golpe en la puerta.

Édgar retrajo la mirada y dijo débilmente, -Adelante.-

Pronto la figura de Vicente apareció en la habitación, tenía en la mano una carpeta de papel y la colocó frente a Édgar, -Gerente Édgar, todo está hecho.-

-Vale. Sal.-

Después de que Vicente asintió con la cabeza a Doria, salió rápidamente.

La puerta de la habitación se cerró y de nuevo solo quedaron ellos dos en la habitación.

No era la primera vez que Doria no entendía lo que estaba pensando Édgar, su expresión era tan tranquila que le hizo sentir un escalofrío en la espalda.

Édgar le arrojó la carpeta de papel a la mano, -Ábrela y échale un vistazo.-

-¿Qué es esto?-

Édgar no respondió, su expresión era indiferente.

Doria sólo pudo tomar la carpeta de papel y abrirla. Cuando sacó las cosas de ella, la voz impasible de Édgar sonó, -Esto es la mitad de todos mis bienes. Será tuyo si lo firmas.-

El movimiento de la mano de Doria se detuvo, y lo miró, sintió una tensión áspera en su garganta, -¿Qué quieres decir, Gerente Édgar?-

-¿No es lo que pedías? Que querías la mitad de mi propiedad. ¿O te arrepientes ahora y quieres más?-

Doria recordaba claramente cuando hizo esta solicitud.

No era de extrañar que Édgar le preguntara anormalmente justo ahora sobre la preparación del embarazo de Claudia. Resultó que lo preguntó deliberadamente.

Al ver esto, supuso que él ya lo sabía.

Doria volvió a meter la mitad de los documentos que había sacado y se quedó en silencio un rato antes de hablar, -¿Qué quieres que haga?-

Édgar no dudó, su voz era fría, -Abórtalo.-

Aunque ya se hacía una idea de la respuesta, Doria sintió que algo en lo profundo de su corazón estaba tan dolorido que apenas podía respirar.

-No me esperaba que el Gerente Édgar sea tan generoso. Incluso estás dispuesto a pagar un precio tan alto por sólo un feto.-

-Realmente no sales perdiendo.-

No era perder, sino que había salido ganando.

-Entonces si...- Doria se mordió los labios con fuerza, hasta que llegó a notar el sabor a sangre, entonces dijo con voz ronca, -¿Y si no quiero abortar?-

La expresión de Édgar se mantuvo sin cambios, -No tienes ninguna razón de no hacerlo.-

Doria sonrió, claro, para él, ella solo tenía la intención de querer su dinero, tanto con el embarazo falso como con el embarazo real.

Ahora que le era posible intercambiar la mitad de su propiedad con un feto, ¿qué razón tenía ella para negarse?

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