Mi pretendiente es mi EX-MARIDO romance Capítulo 67

Briana se quedó perpleja y preguntó, -Édgar la odia mucho, ¿no?-

-¡Sí! Pero no sé qué ha pasado recientemente. Édgar me advirtió que no me metiera más con ella.-

Briana tomó la copa de vino y dijo casualmente, -Podría ser porque está embarazada.-

Los ojos de Aitana estallaron de repente, -¿Qué? Pero ella...-

Briana susurró, -La he visto en a la clínica de obstetricia en el hospital antes, y cotilleé con gente varias veces, y creo que es cierto. Pero, no digas nada, sé que se divorció de tu primo, así que no tengo claro que quien es el padre…-

Las palabras eran eufemísticas, pero el mensaje era claro. El odio apareció instantáneamente en los ojos de Aitana.

-Esa mujer desvergonzada molestaba a Abraham últimamente, y hoy de repente apareció aquí. ¡Debe estar tratando de chantajeándolo con el niño frente a todos para que se case con ella! ¡Nunca dejaré que suceda!- pensó Aitana.

Se giró enfadada y fue en busca de Doria.

Briana la observó yéndose mientras bebía vino tranquilamente.

Por otro lado, Doria todavía estaba esperando la respuesta de Claudia, y el pánico y la ansiedad se hicieron cada vez más fuertes.

En ese momento, alguien le gritó, -Ven aquí y límpialo.-

Doria lo miró. Debería haber sido un niño que accidentalmente tiró una copa de vino mientras jugaba, y las manchas de vino estaban por todas partes en el suelo.

Al ver que no se movía, el hombre volvió a decir, -¿Qué estás haciendo aturdida, sabes quiénes están aquí hoy? Si alguien se cae aquí por culpa del vino, ¿asumes esta responsabilidad?-

-Doria.-

Abraham se acercó.

Al verlo, el hombre cambió el tono inmediatamente, y dio un paso adelante para saludar, -Señor Abraham, encantado, yo soy...-

Abraham lo miró de reojo con frialdad. Sacó a Doria, y salió con ella del vestíbulo.

Cuando llegó a la piscina, Abraham dijo, - Doria, ¿por qué estás aquí?-

-Tengo algo que hacer.-

Hizo una pausa y preguntó, -¿Te vas a comprometer con Aitana?-

Abraham se rio, -¿Édgar te lo dijo?-

Miraba hacia otro lado y después de un rato dijo, -Para mí, si no me caso con la persona a quien me gusta, no importaría con quién esté, porque nunca tendrá mi corazón.-

Doria no sabía qué debería decir, -Abraham...-

Si él fuera a comprometerse con otras, ella lo felicitaría sinceramente como amiga, pero sabía exactamente quién era Aitana. Pase lo que pase, todavía esperaba que Abraham lo pensara bien.

-Doria, no tienes que culparte. Yo solo supe anoche que no era Aitana quien quisiera estar comprometida conmigo, sino que es la familia Valerio quien necesita este matrimonio con la familia Santángel.- dijo Abraham.

De repente, Doria se quedó sin palabras. Claro, en una cooperación empresarial con cientos de millones de euros, ¿dónde podía situarse el amor?.

Los ricos, que por fuera se veían glamurosos, por dentro no eran más que diablos.

-Doria, espero que puedas encontrar a alguien que te guste y a quien también le gustes.-

La historia entre los dos siempre había sido así.

Últimamente Abraham pensaba que si no hubiera sido por el estúpido acuerdo de París, si no tuvieran tanta calma y sentido, y si hubieran dicho lo que tenían que decir más pronto, a lo mejor no habrían llegado hasta aquí.

Después de mucho tiempo, Doria sonrió levemente, -Nunca llegaré a encontrar una persona así.-

Lo pensó y dijo, -Édgar y tú...-

-Es imposible entre nosotros. Simplemente hay deudas no resueltas. Una vez que se aclare el acuerdo, ya no habrá nada entre nosotros.-

-Vale, la familia Santángel es mucho más complicada de lo que se imaginan. Él tampoco es una persona querida.-

Abraham aún tenía mucho por hacer esa noche, por lo que no se quedó allí por mucho tiempo.

Doria no quería volver a ese lugar sofocante. Se quedó allí, con la brisa del viento, mirando aturdida la piscina resplandeciente. Ni siquiera se dio cuenta de que la persona con la que estaba hablando la miraba con una mirada fría y tranquila. No se podía ver su emoción en plena noche.

-Que lista eres, pensando que lo que me debes solo el dinero.- pensó Édgar.

Después de un tiempo, Édgar dejó de mirarla, se volvió y se alejó.

Al mismo tiempo, Doria recibió una llamada de Claudia.

Claudia fue a la escuela de Ismael, pero le dijeron que no había ningún Ismael inscrito en la escuela. No lo había creído, así que preguntó por todas partes.

Ismael era el campeón provincial con la puntuación más alta de la escuela. Debería ser fácil de averiguar. Pero cuando encontró la lista de puntuaciones más altas de la escuela, descubrió que la puntuación del primer lugar era la misma que la de Ismael, pero esa persona no era él.

El encargado de la escuela se acercó rápidamente cuando escuchó que ella estaba buscando a Ismael. Se comportaba de una manera rara y solo llegó a decir que no había tal persona en la escuela y le pidió a la seguridad que la invitara a salir.

Doria sostuvo el móvil y cerró los ojos, ya sabía más o menos lo que había pasado.

Al otro lado, Claudia no se enteró de la situación, -Doria, ¿qué pasa? No pude comunicarme cuando llamé a Ismael. La gente de la escuela se contradecía, y casi estoy convencida de que me he equivocado de verdad.-

-Te lo explicaré cuando vuelva.- Doria frunció los labios, -Ve a la tienda donde trabajaba antes, a ver si todavía está allí.-

-Vale, me marcho ahora.-

Después de colgar el móvil, Doria se sintió un poco débil.

Nunca hubiera pensado que Ismael vendería su admisión a la escuela. Claramente no debía de tener idea de lo que estaba haciendo.

De repente, Doria escuchó un sonido de pasos detrás suya. Cuando quiso mirar hacia atrás, alguien la golpeó con fuerza.

En frente, estaban las aguas de la piscina agitadas por el viento.

-¡Plof!- Doria sintió que el agua le entraba en los oídos y la nariz.

Quería luchar por instinto, pero no podía agarrarse a nada excepto agua.

A medida que su cuerpo se hundió gradualmente, perdió toda su fuerza poco a poco. No sabía por qué, de repente quiso darse por vencida mirando la oscuridad infinita frente a ella.

-A veces uno se cansa de estar vivo.- pensó Doria.

...

Tan pronto como Édgar salió del vestíbulo, escuchó a un sirviente gritando detrás de él, -¡Alguien se ha caído al agua!-

Hizo una pequeña pausa y, cuando se dio la vuelta, se dio cuenta de que Doria que estaba al lado de la piscina ya no se encontraba allí.

Frunció el ceño y rápidamente se volvió.

Cuando llegó a la piscina corriendo, el agua había comenzado a calmarse.

Sin dudarlo, saltó directamente al agua.

Doria que estaba en un estado de pánico, sintió que alguien lo sostenía dejando entrar aire en su boca.

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