Mi pretendiente es mi EX-MARIDO romance Capítulo 102

Por la tarde, varias camionetas enviadas por las tiendas infantiles vinieron uno a uno.

Debido a la gran escala, muchos vecinos se atrajeron para ver.

Doria se sentía muy avergonzada, así que fingió tumbarse. Por más ruidoso que estuviera abajo, no le gustaría bajar a ver.

Roxana estaba muy confundida al ver llevando las cajas una por una.

Lourdes le tocó el brazo, dijo emocionada, -Mira, mira.-

-¿Qué?-

-¡Qué obvia es la esperanza de volver a casarse!- Lourdes añadió en voz baja, -Según las observaciones últimamente, está muy claro que Édgar y Doria se enamoran mutualmente. Mira, creo que van a volver a casarse muy pronto, ¡te convertirás en abuela!-

Al oírlo, Roxana bajó la mirada, cuya sonrisa era poco profunda.

Sin saber cuándo desapareció el ruido del patio, Doria se quedó dormida y cuando se despertó, el móvil en la cabecera estaba soñando.

Doria se dio cuenta de que era un número desconocido, lo contestó, -Dígame, ¿con quién hablo?-

-Señora Doria, aquí está la cárcel de la Ciudad Sur, por favor, dígame, ¿Armando es tu padre?-

Doria se calló un rato y luego asintió, -Sí.-

-Señora Doria, es que anoche varios prisioneros intentaron escapar, lo que causó un incendio. Los fugitivos no lograron huir y murieron en el acto, entre ellos estuvo Armando. Según la ley, sus cenizas se deben entregar a sus familiares, si sus familiares no lo receptan, vamos a destruirlo.-

Al oírlo, Doria se quedó un poco pasmada, le costó un largo tiempo para decir, -¿Murió?-

-Sí, si usted quiere presentarse reconociéndolo, por favor, venga a la cárcel de la Ciudad Sur en tres días.-

-Vale, muchas gracias.-

Después de colgar el teléfono, Doria llevaba un largo tiempo aturdiéndose en la cama.

Hacía varios días había pensado sobre él. Si era posible, nunca le gustaría enterarse de las noticias de Armando, inesperadamente, cuando lo escuchó otra vez, ¡le llamó para tomar sus cenizas!-

Cuando Doria bajó las escaleras, Édgar estaba trabajando en el patio y Vicente estaba de pie a su lado. Al verla venir, Vicente asintió con la cabeza y salió conscientemente.

Se sentó frente a él, un rato después de la preparación, dijo, -Gerente Édgar.-

Édgar fijó la mirada en el ordenador, sin levantar la cabeza, -Dime.-

-El asunto sobre Armando, ¿lo gestionaste?-

-Qué tiene que ver conmigo…- al darse cuenta de que su cara estaba pálida, cambió de las palabras, -Vicente lo hizo.-

Doria asintió, -Gracias, Gerente Édgar.-

Ella sabía si no resolvió bien esta bamba de tiempo, aunque ella se fuera, que él podría buscar a Ismael.

No pararía hasta la muerte.

Édgar pagó el ordenador, -¿Qué quiere decir?-

Doria sacudió la cabeza, -Nada, vengo para agradecerle.-

Bien, era verdad que Édgar la había ayudado mucho en las situaciones desconocidas.

-Entonces usted sigue, me voy primero.-

Al salir Doria, Vicente se acudió, -Gerente Édgar, acabo de recibir la noticia, dice que anoche se produjo un incendio en la cárcel de la Ciudad Sur. El padre de la Sra. Doria murió en el acto. La parte de la cárcel ya se ha puesto contacto con la Sra. Doria para tomar las cenizas.-

Mordiéndose los labios, Édgar se levantó y dijo, -Ya veo.-

***

Édgar la encontró tumbando en la valla de piedra junto a un río, soplada por el viento.

Édgar se acercó lentamente hasta que estuviera de pie a su lado.

Al oír el ruido, Doria giró la cabeza, -¿Gerente Édgar?-

Él preguntó, -¿Por qué estás aquí?-

-Bueno, paseo sin rumbo.-

Édgar se burló, pero no dijo nada.

Un rato después, Doria le preguntó, -Gerente Édgar, ¿cuándo vuelve a la Ciudad Sur?-

-Mañana.-

Doria le preguntó sin mucho interés, sin esperar que volviera tan pronto. Un rato pasmado después, ella dijo, -Vale.-

Durante los últimos días, ella soñaba que él saliera lo antes posibles, inesperablemente, no estaba tan alegre como imagen al enterarse de la partida.

Doria pensó y luego dijo, -¿Tía Roxana también se irá?-

-No.-

Bien, según el carácter, Roxana no debería irse.

-Bueno, ¿vendrás a ver a la tía Roxana en el futuro?-

Édgar le dio un vistazo, -¿Qué contesta prefieres?-

Doria cerró los labios, sin decir nada.

No sabía qué contesta prefirió escuchar, además, no tenía nada que ver con ella si Édgar vendría o no. Por más que preguntara, se referiría a un comportamiento indiscreto.

Dentro de poco, Édgar añadió, -Si no te apetece tomar sus cenizas, no irás.-

Doria estaba en silencio, no le sorprendió que él lo supiera.

Después de todo, era él que había metido a Armando a la cárcel.

En realidad, a Doria no le molestó mucho si volvería o no, la realidad era que una vez de vuelta, se debería volver a la Ciudad Sur. Hasta ese momento, no sería fácil largarse otra vez.

Tenía muchas malas recuerdas sobre esta ciudad. Sentía que le quedaría algo mal si volvió.

Sin esperarla contestar, Édgar siguió, -Ya murió, nada funcionará por más que pienses. Si tienes tiempo, ¿por qué no consideras lo que te he dicho?-

Doria no entendió, -¿Qué me ha dicho?-

Édgar le dio una mirada indiferente.

Cuando Doria se sumió en honda meditación.

¿Se trató de volver a casarse?

Ella creía que en ese momento lo había dicho irreflexivamente, ¿cómo lo trató en serio?

Doria soltó una sonrisa seca, -Gerente Édgar, creo que usted se debe de considerar este asunto, ¿no tiene miedo de que yo lo haga con alguna intención?-

-Te sobreestimas a ti misma.-

-Bueno, ¿podría saber por qué volvemos a casarnos?-

Varios segundos después, Édgar la miró tranquilamente, -Doria, tú que yo, ¿dejarías a la mujer que está llevando tu hijo fuera de tu control?-

Doria se quedó aturdida, después de un rato, se burló. Era verdad que él vino para eso.

Últimamente había hecho tantas cosas o propuso volver a casarse. Todo lo que había hecho era sólo para su hijo en el vientre.

Afortunadamente…

Afortunadamente no se metió.

Doria dijo, -Gerente Édgar, haré todo lo posible para informarle mis movimientos y también las noticias de su hijo de primer momento. Pero, nunca permitiré a su padre o cualquier persona de la familia Santángel que sepan que estoy embarazada. Y respecto a volver a casarse, olvídese.-

No era fácil librarse del matrimonio sin amor con que se encadenó 3 años. A menos que se hiciera loca, volvería a casarse.

Por largo tiempo, Édgar dijo en voz fría, -Mañana por la tarde, tenemos el vuelo de las 8, prepara la maleta.-

Sin esperarla contestar, él se largó.

Doria retrajo la mirada hasta que se alejara. Viendo caer el sol, ella silenciosamente soltó un suspiro.

Tenía que volver al final.

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