Matrimonio de primera romance Capítulo 61

Yadira abrió en grande sus ojos, -Jai…-

Antes de que pudiera terminar sus palabras, el hombre que llevaba una mascarilla entrecerró los ojos ligeramente y la interrumpió a tiempo, -¿No se supone que esa pregunta debería hacértela yo? ¿Qué estás haciendo aquí?-

Había un rastro de severidad en la agradable voz, y la preocupación que expresaba en sus palabras era justamente lo conveniente.

Yadira casi se creyó de verdad que ese hombre era realmente su “primo”, y dijo estupefacta, -Justo estaba pensando en volver.-

-Te acompaño.- El hombre que llevaba mascarilla terminó de hablar y la tomó de la muñeca para dirigirse hacia fuera.

Pero el compañero que vino con Yadira, obviamente, no iba a dejarles que se marcharan tan fácilmente. Dio un paso hacia delante y detuvo a Yadira, -Hemos venido para hacer un estudio del mercado, ¿piensas escabullirte del trabajo?-

Yadira sonrió y le miró, -Mi primo por fin volvió del extranjero, tengo que pasar más tiempo con él primero, así que por favor pídeme un permiso-.

Cuando el hombre todavía quería detener a Yadira, el otro que llevaba la mascarilla sacó lentamente su móvil, -¿Quieres que llame a la policía?-

Al escucharlo, el hombre inmediatamente se hizo a un lado.

Yadira siguió al hombre de la mascarilla hasta subirse al coche, vaciló un buen rato hasta que finalmente se armó de valor para preguntar, -¿Eres Jaime Lobo?-

Jaime se quitó la mascarilla y la miró con una sonrisa, -¿Tan fácil es reconocerme?-

Yadira negó con la cabeza apresuradamente, y un poco emocionada, -No, qué va… Solo que…-

A Yadira le daba vergüenza decir que había sido su fan durante ocho años, sus mejillas se sonrojaron.

Como había visto todas sus series, conocía muy bien su mirada.

Al verla sonrojarse, Jaime asintió con la cabeza, su voz era suave, -Lo comprendo.-

Bajó la vista para conducir atentamente, y le preguntó -¿A dónde vas?-

-Me puedes dejar allí delante en un lugar donde haya más gente, luego me pediré un taxi para regresar.- Yadira nunca se había imaginado que llegaría a ver a Jaime en persona. Estaba muy feliz por eso, pero su agrado por él se limitaba a sus series, así que no debería causarle problemas como fan incluso si la había ayudado antes.

Cuando llegaron a un lugar concurrido, Yadira le preguntó antes de bajar del auto, -¿Vas a interpretar algún nuevo papel ahora que has vuelto al país?-

Jaime dijo sin dudarlo, -Si hay guiones decentes, seguiré filmando hasta que la vejez me lo impida.-

Los ojos de Yadira se iluminaron y asintió fuertemente, -Bueno, mientras sigas actuando tan bien, seguiré mirando todas tus obras.-

Jaime se echó a reír, al parecer era cierto que le gustaba mucho sus obras, además era una audiencia muy franca.

Yadira agregó, -Muchas gracias por lo de hoy.-

Jaime recordó lo que había pasado antes, levantó las cejas y dijo, -No hay de qué, pero siendo chica, deberías tener más cuidad estando estás afuera.-

-Sí, lo tendré en cuenta.- Yadira le sonrió de nuevo, se volvió y se fue.

Jaime estaba observando su espalda, se distrajo por un momento y le preguntó, -¿Cómo te llamas?-

Yadira se dio la vuelta con sorpresa, -Yadira.-

-Yadira…- Jaime pronunció su nombre suavemente, luego frunció el ceño levemente.

Si no recordaba mal, la esposa de Delfino se llamaba así…

En el Club Dorado.

Tan pronto como entró Delfino, vio a Xulio.

Había mandado a Xulio al extranjero y acababa de regresar.

Xulio se acercó a él y le dijo respetuosamente, -Señor.-

Delfino levantó la mano y miró la hora, -¿Ya ha llegado mi primo?-

Xulio, -Acaba de llegar.-

Delfino fue directamente a la habitación.

Jaime escuchó la abertura de la puerta y miró hacia la entrada, cuando vio a Delfino mostró una sonrisa suave, eso le hizo aparentar más afable y gentil.

Llamó por su nombre, -Delfino.-

Delfino se le acercó, se sentó y le empujó el menú, -¿Aún no has pedido, Jaime?-

Jaime era hijo de la tía de Delfino, también era un actor de primer nivel del Grupo Auge.

-No hay prisa.- Jaime no se interesó por el menú, en cambio preguntó con bastante interés, -¿Cómo va la vida de recién casados con tu esposa?-

Hablando de Yadira, Delfino frunció levemente el ceño, reacio a decir más, -No muy bien.-

Jaime extendió la mano para agarrar el vaso de agua que estaba delante, actuó como si lo preguntó casualmente, -¿Por? ¿Es muy difícil de tratar con ella?-

No sabía si era difícil de tratar con Yadira, porque ella casi no trataba con él.

Jaime era una persona bastante vaga, pero hoy había hecho muchas preguntas.

Delfino se reclinó y miró a Jaime con una mirada de escrutinio, -¿Volviste a propósito para preocuparte por mi vida matrimonial?-

Jaime también se dio cuenta de que había preguntado demasiado, sonrió y naturalmente cambió de tema, -Mi madre me dijo que si no encuentro novia pronto, me apuntaría a un programa de citas a ciegas.-

Delfino puso una expresión inusual de esperar un buen espectáculo, -La compañía no va a permitirte ir a un programa de citas a ciegas. Pero como jefe, puedo organizarte una.-

Jaime tosió, se aclaró la garganta y dijo, -Tener novia me conlleva a perder fans.-

Delfino le miró, -¿Crees que les gustas solo porque eres soltero?-

Jaime se quedó sin palabras, se preguntó si era su culpa haber conseguido todos los premios de mejor actor a los veintiocho años.

Por la noche, Delfino llegó a casa después de salir del trabajo y descubrió que Yadira no solo estaba en casa, sino que también había preparado ya la comida y todo.

Normalmente, cuando llegaba a casa después del trabajo, Yadira también acaba de regresar, ¿por qué regresó tan temprano hoy?

Cuando se dirigió a la puerta de la cocina, vio a Yadira salir con un bol grande de sopa en la mano, llevaba unos guantes para no quemarse.

Yadira frunció el ceño al ver a Delfino, -Fidelio, deja paso.-

Delfino no se apartó, en cambio, tomó la chaqueta del traje que tenía en su brazo y se la puso en el brazo de Yadira, luego extendió la mano para coger la sopa que ella sostenía.

Al ver que quería coger la sopa sin guantes ni nada, Yadira no pudo evitar recordarle, -¡Oye, está muy caliente!-

Delfino puso tranquilamente la sopa sobre la mesa.

Yadira no supo qué decir al respecto. Ese hombre debía estar hecho de hierro.

Cuando los dos se sentaron a comer, Delfino preguntó casualmente, -¿Y eso que has vuelto tan temprano hoy?-

Yadira se sirvió un bol de sopa y giró la cabeza para mirarle, -¿Tengo deber de informártelo?-

Delfino sonrió enojado, -¡Qué lengua más afilada!-

Encima ahora que era “Fidelio” no podía hacerle nada.

-Gracias por el cumplido.- Yadira pensó que la conclusión que había sacado sobre las experiencias pasadas no estaban mal, mientras no mostrara debilidad, “Fidelio” no podía hacerle nada.

Delfino entrecerró los ojos y la miró fijamente.

Todo su ser manifestaba arrogancia y dominación, incluso se podía ver en sus ojos un aura diferente a la gente común cuando observaba a alguien con atención.

Su mirada persistente hizo que Yadira se sintiera incómoda, estaba a punto de hablar cuando escuchó a Delfino decir lentamente, -Yadira, en realidad, soy Delfino Dominguez.-

Yadira estaba confundida.

Había un silencio sepulcral en el comedor, entre los dos solo estaba la mesa, y ambos parecían serios.

Yadira apretó la mano que sostenía los palillos, su voz al pronunciarse sonaba un poco ronca, -¿Es esto una payasada nueva de las tuyas para tomarme el pelo?-

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