Yadira sabía que Perla no la dejaría pasar, no había cogido la llamada de Perla en todo el día, y la ira de ella podría haber explotado ahora.
-Tengo algo que hacer, te dejo.-
Delfino también escuchó la voz de Perla y le preguntó con una voz profunda, -¿Dónde estás?-
Yadira no dijo nada más y colgó el teléfono.
Perla vino a buscarla por culpa de Delfino y no quería que viniera Delfino para que Perla se aprovechara de él.
Bueno, incluso si le miraba, creía que Perla se estaba aprovechando de él.
Perla miró a Yadira, sus ojos parecían estallar en llamas.
-¡Yadira! Te he estado buscando todo el día, y tú qué, ¡todavía tienes la mente de esconderte aquí para comer!-
Realmente interesante, ¿necesitaba esconderse para comer?
-¿Por qué no puedo comer? Y no me escondí, simplemente no quería hacerte caso.” Yadira miró a Perla con expresión indiferente, sin prestarle atención en absoluto.
Si no fuera en público, Perla tenía muchas ganas de saltar y romper la cara de Yadira.
Perla apretó los dientes y dijo, -Sabías que “Fidelio” era Delfino, ¿verdad? ¡Pero no dijiste nada, mantenías el secreto a todos! ¡Eres realmente siniestra!-
La persona que obligó a Yadira a casarse con familia Domínguez al principio, ¡incluso estaba diciendo que ella era siniestra!
Sin esperar a que Yadira hablara, Noela extendió la mano, palmeó la mesa del comedor y se puso de pie.
-Perla, eres interminable. Al principio, obligaste a Yadira porque no te gustaba Delfino, así que Yadira te ayudó y se casó con la familia Domínguez. Ahora te enteras de que Delfino es una persona sana y guapo. Te arrepientes y vienes a buscar problemas a Yadira. No trajiste dignidad cuando saliste de casa, ¿verdad?-
Perla conocía a Noela.
Antes, cuando acosaba a Yadira, había visto a Noela y supo que Yadira tenía una buena relación con ella.
Noela también era bien criada en casa, tenía la arrogancia de una hija adinerada. Miró a Perla con frialdad en ese momento, y el fuerte sonido de la palmada en la mesa hizo que Perla se asustó un poco.
Perla aumentó el volumen para subir su aura.
-Este es el nuestro asunto, ¡no tiene nada que ver contigo!-
Noela enarcó las cejas con una expresión pícara.
-Estoy regañando lo mío, ¿qué tiene que ver contigo? -
-Tú...-
Perla no supo qué decir durante un rato.
Yadira llamó al gerente del restaurante, -Por favor, llévese a esta mujer, ella está aquí para afectar mi estado de ánimo para cenar.-
El gerente llamó apresuradamente a dos camareros, señaló a Perla y dijo, -Invite a esta señora a salir.-
El rostro de Perla se puso de rabia.
-¡Qué estás haciendo, estoy aquí para comer!-
Noela siempre gastaba mucho dinero, y siempre comía en restaurantes de alta gama, por lo que incluso el gerente de aquí se fue al extranjero para recibir la capacitación especial en catering y administración de hoteles.
El ruido que hizo Perla hace un momento, había causado insatisfacción a los otros huéspedes y al gerente no le importó lo que dijo Perla, directamente les hizo un gesto a los dos camareros para decirles que sacaran a Perla rápidamente.
Tan pronto como Perla se fue, el comedor volvió al silencio.
Noela se reclinó en el sofá y dijo, -Este restaurante también cobra una tarifa de servicio, pero la eficiencia de servicio era aceptable.-
Fidelio se sentó a un lado y observó toda la farsa en silencio como un hombre invisible, en ese momento dijo lentamente, -Disculpe, ¿qué acababa de decir esa mujer, Fidelio es Delfino?-
Yadira acabó de recordar de que Fidelio también estaba allí.
Al ver que Yadira lo miraba, Fidelio continuó preguntando, -¿Yadira fue obligada a casarse con mi primo?-
Qué directos serían las preguntas del niño.
Antes de que Yadira pudiera pensar en qué decir, vio a Noela sosteniendo su barbilla y señalando detrás de ella.
Cuando volvió la cabeza, vio a Delfino caminando hacia este lado.
Era alto, con un temperamento sobresaliente, y atraía la atención de los demás tan pronto como entró al restaurante.
Especialmente a las chicas.
Yadira miró a Fidelio con los ojos entrecerrados.
Fidelio debió haberle dicho a Delfino la dirección.
Fidelio se tocó la nariz y se volvió para mirar a un lado para fingir ser inocente.
Noela sonrió como un girasol y se levantó con expresión halagadora para dejar libre el sitio al lado de Yadira.
-¡Jefe, siéntese aquí!-
Yadira ya le había explicado antes a Noela sobre las noticias, por lo que ahora Delfino era el gran jefe y el hombre confiable en el corazón de Noela.
-Gracias.-
Delfino asintió levemente y se sentó junto a Yadira.
Noela y Fidelio, que estaban frente a los dos, se juntaron para mirar el menú muy tácitamente, sin mirar a Yadira y compañía.
Delfino le apretó la mano y le preguntó en voz baja.
-¿Perla vino a por ti?-
-Ya se fue.-
Yadira asintió con la cabeza. Delfino debería haber escuchado la voz antes en el teléfono, y no había nada que ocultar.
-Puedes ignorarlo si no quieres hacerla caso, o déjamelo a mí.-
La voz de Delfino era siempre baja y fría, pero había una aparente de preocupación.
Parecía muy irreal, pero hicieron que el corazón de Yadira se elevara levemente, como si algo estuviera a punto de desbordarse desde el fondo de su corazón.
Aunque cuando pensó que Perla ya había codiciado a Delfino, apretó los dientes y dijo, -¡Me ocuparé de esto yo sola, no interfieras, y no puedas ver a Perla!-
Delfino notó celos en su voz.
La mano vacía se cerró el puño, tosió levemente para ocultar su sonrisa, y luego respondió de manera muy seria, -Vale.-
Yadira alzó la mirada y vio que él le miraba con los ojos ardientes. Sabía que lo que pensaba no podía escapar de los ojos de Delfino y se sintió un poco avergonzada. Él frunció los labios y le pellizcó la palma de la mano con la mano de ella.
Su palma era secas y cálidas, y no le dolerá cuando la pellizque.
Pero Delfino se burló de ella intencionalmente, se inclinó y hacía como que le iba a besar.
Recientemente, Delfino tuvo que besarla de vez, y no sabía qué le pasaba a él.
Yadira retrocedió rápidamente, pero Delfino la sujetó por los hombros y dijo con voz profunda, -El pelo de aquí está anudado, ¿para qué te retrocedes?-
Fidelio alzó los ojos en secreto para mirar a Yadira y Delfino, Noela bajó su cabeza apresuradamente y susurró, -Los adultos están enamorados. Niño, no mires.-
Fidelio frunció los labios.
-También hay personas en mi clase que están enamorados.-
-¿Tienes novia?-
-No…-
Noela se burló de él,
-Jaja, soltero.-
Fidelio se quedó sin palabras.
Todos se fueron a casa después de comer.
Cuando Yadira y Delfino regresaron a casa, vieron que Sandra les saludaba a ellos con cara de tristeza.
-Señor, señora, habéis vuelto.-
-Sandra.-
Yadira notó que la expresión de Sandra estaba diferente.
Sandra sonrió y le dijo a Delfino, -Han llamado desde la casa de la familia y dejaron que os volvieráis allí mañana.-
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