Matrimonio de primera romance Capítulo 117

Delfino ignoró las irritaciones de Apolo, miró hacia atrás en dirección de Yadira como si hubiera sentido algo, y justo pilló a Yadira que estaba a punto de huir.

Yadira se armó de valor para darse la vuelta y marcharse, pero él la detuvo.

-Yadira.-

Yadira se volvió para mirarlo y esbozó una sonrisa rígida, -Continuad con lo que estabais, solo pasaba de paso.-

Después de que terminó de hablar, pasó junto a ellos y fue a la cocina para servir un vaso de agua.

Cuando salieron, Delfino y Apolo ya no estaban hablando.

Pero Apolo mostró su sonrisa halagador al verla, -Yadira, ¿Noela te llamó?-

-Sí.- Yadira caminó hacia el sofá vacío frente a ellos y se sentó.

Los ojos de Apolo se iluminaron cuando la escuchó decir eso.

Sin embargo, la siguiente oración de Yadira hizo que la luz de sus ojos se apagara.

-Ella me dijo que eres un cabrón.- Yadira lo dijo sonriendo, no se veía agresiva.

Pero Apolo no se sintió nada bien con sus palabras.

-Me han calumniado, no tuve nada con esas dos chicas, ese día estaba allí...- Apolo se detuvo de repente, miró a Delfino y luego cerró la boca.

No se atrevía a decir nada porque Delfino había puesto el Club Dorado y el Grupo Auge a su nombre en secreto.

-Bebí demasiado ese día, así que pasé la noche en el Club Dorado, pero no pasé la noche con las dos chicas.-

-Explícaselo tú mismo a Noela.- Yadira miró a Apolo indiferentemente.

Apolo se sujetó la frente, -Pero ella no coge mis llamadas.-

-Puedes ir a buscarla. Deberías saber dónde está. Si no puedes explicar un malentendido tan pequeño, es mejor que la dejes en paz.- Yadira no tenía la intención de decir nada más, tomó un sorbo de agua y se levantó para marcharse.

Delfino, que había estado en silencio, de repente extendió la mano, tomó el vaso de agua en su mano y bebió un sorbo de agua.

-Ese es mi...- Vaso.

Al ver que se lo había bebido, Yadira se tragó la siguiente palabra, pero sus orejas comenzaron a sonrojar.

No era tan caradura como Delfino, encima había alguien más allí.

Yadira directamente renunció a su vaso, se dio la vuelta y corrió hacia el piso de arriba.

Apolo la vio subir las escaleras y luego le dijo pensativo a Delfino, -¿Por qué antes no me he dado cuenta de que Yadira hablaba tan groseramente?-

Sin esperar a que respondiera Delfino, dijo por su cuenta, -Su tono de hablar se parece cada vez más a ti.-

-Deja de decir tonterías, ve a buscar tu chica.- Dicho eso, Delfino estaba a punto de subir las escaleras.

Apolo se quedó sin habla, -¿No me vas preguntar si quiero quedarme a comer?-

Delfino volvió la cabeza para mirarlo sin expresión, -Lárgate.-

El cuenco de fideos salados y amargos que comió esa mañana era todo debido a Fidelio.

Yadira no le había mostrado simpatía desde que supo que era Delfino, y mucho menos le iba cocinar.

Incluso él no tenía nada para comer, ¿y Apolo quería venir a comer gratis?

Apolo no sabía en qué momento había ofendido al señor Delfino, pero ahora no tenía tiempo para preocuparse por eso porque tenía cosas más importantes que hacer.

...

Cuando Delfino regresó al dormitorio, vio a Yadira sentada en el sofá sosteniendo el ordenador.

Llevaba tapones para los oídos y miraba la pantalla sin parpadear, parecía que estaba viendo una película.

Delfino se acercó, se inclinó para echar un vistazo y descubrió que era una película de Jaime.

Enseguida bajó la tapa de su computadora con frialdad.

Yadira se quitó los tapones para los oídos y le preguntó enojada, -¿Qué estás haciendo?-

Parecía querer echar la ira, pero estaba teniendo en cuenta algo. Por eso, aunque su expresión no cambió mucho, había un ligero enfado en sus ojos.

Se veía un poco linda.

Delfino levantó los labios y la miró con una leve sonrisa, -¿Lo has escuchado todo?-

Yadira se hizo la tonta, -¿Qué he escuchado?-

-La familia Jimenez sobornó deliberadamente a los medios para que publicaran la noticia de Apolo. Como la influencia de Apolo en la industria del entretenimiento no es pequeña, su propósito es desviar la atención del público para que el Grupo Jimenez pueda salir de su crisis.-

Delfino habló lenta y tranquilamente, pero sus ojos estaban fijos en Yadira, observando su reacción.

-¿Quién lo hizo?- Yadira pensó un rato y dijo, -¿Perla?-

No se le ocurrió ninguna otra candidata de la familia Jimenez que fuera tan estúpida como Perla.

Aunque Apolo formaba parte de la industria del entretenimiento, el Grupo Auge era el líder de la industria del entretenimiento, una empresa mil veces mejor que el Grupo Jimenez.

Una persona como él, ¿cómo podría tolerar que el Grupo Jimenez le había sacado de tapadera?

También escuchó lo que dijo Apolo antes.

Delfino no mostró claro su actitud al respecto, pero con un tono serio dijo, -¿Quieres que ayude al Grupo Jimenez a pasar por su crisis?-

-¿Qué quieres decir?- Yadira pensó que había algo entrelínea entre las palabras de Delfino.

-Si quieres que te ayude, te ayudaré. Si no quieres que me encargue del asunto, no lo haré.- Delfino esbozó una sonrisa ligera con obvio consentimiento en sus ojos.

Yadira siempre pensó que la apariencia de Delfino era demasiado sobresaliente. Había muy pocos en la industria del entretenimiento que se veía mejor que él. Incluso si hubiera, su temperamento tampoco sería comparable con el de Delfino.

Al ser observado por sus ojos llenos de consentimiento, Yadira se quedó confusa por un momento.

¿Estaba empezando a cortejarla de nuevo?

¿Realmente iba a hacer lo que ella le dijera?

Las dos personas se miraron así mutuamente, nadie rompió el silencio y nadie desvió la mirada.

Hasta que llamaron a la puerta desde fuera, -Señor, señora, la comida está lista.-

Entonces Yadira volvió a su consciencia, se mordió el labio y dijo, -Quiero que ayudes al Grupo Jimenez.-

-Bien.-

Sin dudarlo, Delfino le dio una respuesta afirmativa.

Ella no tenía la intención de ayudar al Grupo Jimenez, simplemente no se había creído las palabras de Delfino.

Ya que ayudar al Grupo Jimenez no le iba a traer beneficios, sino que solo era una tarea problemática y laboriosa.

Y las personas inteligentes no optarían por ocuparse de esos asuntos.

...

Después de que Delfino accedió a ayudar al Grupo Jimenez, rápidamente tomó medidas.

En primer lugar, todas las noticias negativas sobre el Grupo Jimenez desaparecieron en Internet, y luego las empresas que ya habían querido romper la colaboración con el Grupo Jimenez cambiaron de opinión.

En poco tiempo, el Grupo Jimenez volvió a la normalidad.

Incluso hubo personas que tomaron la iniciativa de ofrecer financiación para el Grupo Jimenez.

Yadira tuvo en cuenta todo eso y tenía una sensación muy complicada.

Había pensado que Delfino solo lo había dicho por decir, no esperaba que realmente tomara medidas y la ayudara hasta ese punto.

En Internet, ocasionalmente se podía ver publicaciones que comentaban sobre que la fábrica del Grupo Jimenez había amañado, pero pronto eran eliminadas.

Los medios y las cuentas populares de Twitter parecían haber perdido la memoria. Se habían olvidado de ese asunto, y nadie lo volvió a mencionar más.

Por su lado, Noela, que había estado haciendo promoción cinematográfica en otros lugares, también regresó a la Ciudad Mar. Yadira acababa de recibir su salario, así que la invitó a cenar.

Al salir del trabajo, no fue Xulio quien recogió a Yadira, sino otro conductor.

Yadira informó el nombre del restaurante tan pronto como se subió al coche, -Solo llévame a este restaurante, no hace falta que me recojas más tarde, volveré por mi cuenta.-

Fidelio había ganado mucho dinero ese día. Después de contar los cuadernos de ejercicios de estudiantes de primaria, se volvió para preguntarle, -¿A dónde vas?-

-Voy a comer con una amiga.-

-Yo también quiero ir.-

Yadira no pensaba llevarlo, pero al final no pudo convencerle y tuvo que llevarse a Fidelio también.

Tan pronto como Noela vio a Fidelio, le preguntó a Yadira, -¿Quién es este chico? No sabía que los parientes de la familia Jimenez tenían tan buenos genes.-

Fidelio era un chico hermoso con cabello corto y rizado que tenía una piel blanca. Tenía una apariencia infantil y era muy lindo cuando sonreía.

Fidelio era muy sociable, así que se presentó por su cuenta, -Me llamo Fidelio Dominguez.-

-¡¿Qué?!- Noela salpicó fuera el té que acababa de beber.

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