Esposa falsa de Simón romance Capítulo 27

Si había un poco de fantasía, en este momento, había sido atacado por las palabras de Simón. Su rostro era pálido y sus dedos estaban apretados en silencio.

-Estoy... no pienso así-

-¿No es así? ¿A quién se lo muestras su cara de alegría? Frida, te advierto que sólo eres mi asistente-

Frida mordía el labio inferior y no hablaba.

-Ayúdate, sólo no quiero perder la cara de la familia Fleixa, ¿de acuerdo?-

Había un poco cariño antes, y ahora Simón se había vuelto a ser la persona indiferente y cruel.

Con razón...... de repente él cambiaba su carácter.

También decía que comprara todo el centro comercial para ella, solamente era para que no perdiera la casa de la familia Fleixa.

Ella...... e incluso estaba llena de alegría.

Ahora era desacreditado personalmente por Simón, además de la vergüenza, Frida no sabía lo que quedaba.

Rafael que seguía a los dos, él no estaba de acuerdo con lo dicho de Simón, porque él sabía que Simón nunca era una persona que se preocupa por la reputación de la familia Fleixa.

Si no, no haría las cosas por lo general con tal forma.

Sin embargo, esto era demasiado cruel para una chica.

Obviamente el estado de ánimo de Frida caía mucho, el ritmo de sus pasos también se convertía lento, Rafael se presentó y preguntó -Señorita Frida, ¿déjame hacerlo?-

Al escucharlo, Frida sacudió la cabeza -No, lo haré-

Pensaba en algo, ella le entregó el contrato a Simón.

Simón frunció el ceño y burlándose -¿Estas enfadada?-

Frida estaba perpleja -¿Qué?-

Frente a sus ojos burlonas, Frida recién entendía lo que decía, ella intentaba a controlar su emoción. Un par de ojos acuosos restauraban la apariencia original, y hablaba ligeramente -Sé que estás fingiendo, pero igual gracias a ti, ya se ha terminado todo, el contrato, por supuesto, te devuelvo-

No pensaba que Simón compraría todo el centro comercial para ella.

Incluso si él lo hubiera comprado para ella, ella no lo habría aceptado.

Él la habría considerado como una persona que amaba la vanidad, y si los hubiera recibido en este momento, su imagen por la vanidad habría sido clavada.

-No hay razón para reciclar lo que doy-

Frida paraba por un momento, respondía obstinadamente -No quiero cosas que no me pertenezcan-

Simón no esperaba que ella hablaba así, un momento después sus ojos tenían un poco de cinismo, -¿Sí?-

-Sé que crees que soy una mujer sin escrúpulos, ya que soy una persona así, entonces no deberías darme estas cosas, de lo contrario no es que me ayude a lograr mi propósito?-

-Mujer, ¿tu deseo es tan pequeño?-

Frida estaba un poco incómoda y hablaba -¡Por supuesto que no!-

Como Simón le parecía tal mujer, ella quería fingir ser tal mujer, sería más interesante en comparación con otras mujeres que rechazaban, pero en realidad tenía muchas ganas.

-Frida, no hay razón para reciclar lo que ha dado por Simón-

Viendo que ellos estaban insistiendo, Rafael tenía que presentarse y hablaba.

Frida estaba enfadada, ella no quería que otros se veían como tal mujer, apretaba los puños y estaba a punto de hablar algo.

-¿Crees que es para ti? Trescientos mil de ese vestido, ¿no crees que tienes que devolverlo?-

Al escucharlo, Frida se sorprendía, ¿a qué se refería?

Cuando Frida quería preguntar más, ellos habían llegado al coche y Frida tenía que subir al coche.

Después de subirse al coche, sus labios se movían y Simón cerraba sus ojos.

-Sin llegar al destino, no le moleta a Simón- Rafael que estaba en el asiento delantero la recordaba a Frida.

-...- ¡Qué peculiar!

Frida sentía un poco indefensa, el contrato parecía ser muy pesado, mirando a Simón con los ojos cerrados.

¿No había descansado bien?

Frida no hablaba nada, manteniendo el contrato a la siguiente posición para inclinarse hacia atrás.

Cuando el coche conducía por un tiempo, de repente tenía un poco sueño y dormía.

Justo cuando estaba a punto de dormirse, el coche se detenía repentinamente.

Frida abría sus ojos.

-Frida, por favor-

Rafael se bajaba del coche y abría la puerta de Frida.

Frida lo miró y quería mirar a Simón también.

-Señorita Frida, salga del coche, no hay mucho tiempo para Simón, estamos a sólo media hora de ir a la fiesta-

Frida asintió con la cabeza y salía del coche.

Rafael la llevaba a una tienda.

-¿Cómo viene aquí?- una mujer alta y hermosa con un vestido de moda, se acercaba de ellos, mirando detrás de Rafael, -¿Dónde está Simón?-

-Está descansando, Iris, esta es su tarea hoy-

Rafael empujaba a Frida a Iris.

Frida estaba un poco confundida, -¿Esto es?-

Iris entrecerraba sus ojos y miraba a Frida por un momento -¿la mujer de Simón?¿desde cuándo él...-

-Iris, vamos a la fiesta en media hora, ella es como asistente, por favor apresúrate-

-Bien, ven conmigo-

Frida no se atrevía a tardar, se había sido llevada con Iris a entrar al dentro. Rafael miraba su reloj y esperaba que la velocidad de Iris podía ser más rápida.

Frida seguía detrás de Iris, después de cerrar la puerta, Frida encontraba que dentro y fuera eran en realidad dos mundos.

Era un gran y grande guardarropa, brillando por todas partes.

-Ata tu cabello y quítate la ropa y los zapatos-

Al escuchar esto, Frida se sorprendía y dijo - Pero esta falda acabo de ponerme -

Iris la miraba por un momento - Esta falda te queda muy bien, pero no es adecuada para tu identidad esta noche, la asistente debería ser un poco capaz-

Recién Frida entendía.

-Ya lo sé-

Luego obedientemente iba al dentro a quitarse la ropa, Iris miraba a Frida, cuando ellas se miraban, Frida estaba tan tímida y su rostro se había convertido rojo, ni podía moverse.

¿Qué?

¿Simón dónde encontraba a una mujer tan interesante?

¿Qué era tan fácil sonrojarse al cambiarse la ropa?

Iris arreglaba por un momento y le entregaba un vestido blanco.

-Cambia esto-

-Vale- Frida recogía la ropa y se daba la vuelta para cambiarse.

Iris miraba a su espalda por un tiempo, de repente preguntó -¿Eres novia de Simón?-

Al escucharlo, Frida se paraba por un momento y movía su cabeza.

-¿No? ¿Entonces él estaba conquistándote?-

Frida fruncía el ceño y sólo quería explicar su relación.

-Bueno, de hecho si no explicas, ya lo entiendo, es la primera vez que Simón me trae una mujer aquí-

-Iris, está malentendida, yo sólo soy su asistente-

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