Esposa falsa de Simón romance Capítulo 17

Simón no le hacía caso, pensaba que ella estaba fingiendo, y burlaba.

-No me gusta fingir ser pobre-

La figura pequeña que cayó al piso permanecía inmóvil.

Simón levantó su ceja.

-¿Ya te basta fingir?-

La figura aún no se movía nada, Simón encerró sus ojos, giró su silla de ruedas hacia adelante.

La cara de Frida estaba pálida como papel blanco, e incluso sus labios perdieron su sangre.

En un instante, el corazón de Simón parecía estar atascado.

Veinte minutos después, en el pasillo del hospital.

Simón estaba sentado en la silla de ruedas, mirando a Rafael fríamente que estaba arreglando todo, después de ordenar todo, caminó hacia él.

-¿Qué le pasa?- el tono de Simón no era bueno.

Rafael hacía mueca -el médico dijo que estaba cansada y agotada, tenía sufrimiento fetal y eso es la situación-

Al escuchar esto, Simón levantó la ceja, un momento después, se burló -¿Finge ser pobre? ¿Tan fácil tenía sufrimiento fetal?-

-…Señor Simón, la cara de Frida parecía muy mala en realidad, eso es el diagnóstico del hospital-

Simón miraba a Rafael con las miradas tan profundas y frías, Rafael tosía, -Tal vez sea un diagnóstico mal, ¿qué hace, Señor Simón?-

Simón recordaba que su objetivo aún lograba, se había escupido la pastilla, las miradas de Simón empezaban a enfriar poco a poco, -Ponte en contacto con el médico, darle el aborto quirúrgico-

Al escuchar esto, Rafael se sorprendía, -¿Señor, Señor Simón?-

-¿Cree que será capaz de quedarse con ese bebé cuando finge estar enferma?-

-Bueno, ¿la señorita Casaus no ha abortado al bebé todavía?-

Rafael le tocó su cabeza, -Eso es realmente bastante excesivo, ahora ella es tu esposa, si dejas que este niño exista, es infiel contigo-

Al hablar esto, Rafael comenzó a imaginar la expresión de Simón como si encontrara que Frida había sido infiel con é y no se dejaba de reír.

-¿Quieres morir? La voz de Simón era tan fría y le despertaba inmediatamente a Rafael, y asintió con la cabeza al instante, - Entonces voy a contactar al médico-

Rafael se fue pronto, Simón giraba su silla de ruedas hacia la habitación de paciente, las ruedas deslizaban silenciosamente a la habitación blanca.

El aire estaba lleno del olor de agua oxigenada, la figura pequeña y delgada de la mujer se acostaba en la cama, las manos se habían puesto en orden, la hermosa expresión facial era muy tranquila, aparte de esa cara y los labios pálidos, ni podía ver que estaba enferma, no esperaba que la mujer tan astuta estaba con esa imagen cuando estaba inconsciente.

Las ruedas se acercaron lentamente a la cama.

Simón miraba a ella con los ojos oscuros.

¿Estaba fingiendo, no? De lo contrario, ¿cómo podía haber sucedido que se desmayara justo en ese momento, pensando que pudiera quedarse con ese bebé en esta forma?

Simón la miraba profundamente, las pestañas de Frida temblaban y ella abrían los ojos lentamente.

Los ojos recién despertaban estaban húmedos, se despejaban poco a poco, cuando se despertaban absolutamente y lo veía todo claramente.

Eran como un lago limpio y frío, ese lago era tan tranquilo, como una la imagen del dibujador, sereno, calmo y profundizaba al corazón.

Simón se sorprendió.

En el siguiente segundo, parecía haber una piedra arrojada a la superficie del lago, provocara unas ondas.

Viendo a Simón, Frida se sentía con miedo, el pequeño cuerpo movió hacia a la esquina, con una mirada asustada.

Simón encerró sus ojos, dijo con los dientes apretados -¿Soy diablo?-

Era más asombroso que el diablo.

Frida estaba pensando así en silencio, pero ella asintió con la cabeza y no atrevía a mirar a Simón.

-Por favor, te ruego, déjame a quedarme con el bebé-

Un momento después, Frida le rogó con voz baja.

Su voz era baja, como si fuera un animal antes de morir, con poca fuerza, pero de repente sorprendió a Simón.

-¿Quieres persuadirme por un bebé de los demás?-

Frida no hablaba más, sólo mordió su labio.

-Quédate en la familia Fleixa o Quédate con él, sólo puedes elegir uno-

Frida levantó su cabeza, mirándolo con una mirada de ruego, era obvio que ella no tenía ningún remedio, estaba muy preocupada.

Ellos se miraban, llegó el sonido de los pasos en el pasillo, Rafael acompañó al médico a venir.

- Doctor Domingo llegó-

Frida miró a estas dos personas con una mirada llena de sorpresa.

¿Qué quería ese médico?

Mirando a Simón, de repente Frida entendía todo.

-¿Usted es la señorita Casaus, quieres hacer un aborto quirúrgico?-

-¡No! Frida se negó en voz alta, el cuerpo pequeño se encogió en la esquina, con una actitud de triste ni dejaba a los demás a acercarla.

-Señorita Casaus, no habrá dolor si obedece, de lo contrario…- Acababa de hablar Rafael, venían varios hombres con gafas, era obvio que ellos habían preparado bien.

Si no obedecía, se verían obligada a operar.

Pero ella no importaba, ¡no lo aceptaría!

-¡Ni pensarlo!- Frida mordió su labio, mirando a estos hombres con una mirada llena de ira, -¡No me acerquen!-

Mirando a Frida, Rafael movió su cabeza sin remedios, -La agarren-

-¡Sí!-

Ellos caminaron hacia a Frida, pero Frida estaba preparada bien, una vez que ellos se acercaban de ella, empezaba a pelear y golpear a ellos.

Frida parecía ser una mujer loca, olvidaba que acababa de desmayarse, en ese momento estaban muy emocionada, de repente se desmayó de nuevo, cayó débilmente en la cama.

-Señor Simón, ella parece desmayarse de nuevo-

Simón había viendo por un momento, y burlaba, -Si haces el mismo truco por la segunda vez, serás tan estúpida, llévenla-

Rafael asintió con la cabeza, y ordenó a los hombres que se llevaran a Frida.

El delicado cuerpo de Frida fue levantado, sin ninguna resistencia, un cabello largo suave disperso hacia abajo, el cuello también siguió el lado torcido, revelando los pequeños hombros blancos y delicados.

Solo un vistazo, Simón de repente sintió que se habían sido pinchado sus ojos, antes de que él hubiera respondido, la voz había salido primero.

-Déjenla-

Todos se sorprendían, ¿no era Simón quien acababa de mandarles a llevarla?

-¿sordo?-

Ellos al instante reaccionaban y la dejaban a Frida rápidamente.

Rafael aún no reaccionaba, preguntó -¿Señor Simón, qué pasa?-

Simón giraba la silla de ruedas hacia a Frida, ponía bien los botones sueltos, y momentos después se dio cuenta de lo que estaba haciendo.

La multitud lo miró extrañamente como si estuviera haciendo algo extraño.

Simón reaccionaba y bajaba las manos, ría fríamente.

-En cualquier caso, ella es mi mujer, y si me hago saber que veis lo que no deberíais ver y tocar que no deberíais tocar, os dejaré morir-

Estos hombres reaccionaron al instante, asintiendo con la cabeza – Lo sabemos, Señor Simón-

Después de hablar esto, Simón sentía que alguien estaba tocando su ropa, y dio la vuelta mirando a Frida que estaba rogando, como si fuera un animal abandonado.

Con la voz débil, rogando -Por favor, ¿Déjame quedarme con él?-

Después de hablar eso, ella se desmayaba de nuevo, la mano que estaba tocando su ropa también se cayó.

La habitación estaba muy silencia, Simón no se movió, las miradas profundas cayeron encima en la cara hermosa de Frida.

Después de mucho tiempo, Rafael miró a Simón, y lamió su labio, -Señor Simón, o… ¿no va a hacer la cirugía?-

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