Encuentro cercano romance Capítulo 348

Tras haber tomado el control del Grupo HD de Rolando con poco esfuerzo, Alejandro se puso a trabajar en serio. Aunque estaba preparado, todavía le molestaba un poco el hecho de que la reputación del grupo, más que sus finanzas, era un desastre en este momento. Varias empresas habían puesto fin a su colaboración con HD, por miedo a que lo dirigiera otro idiota.

En este punto, la primera empresa que rompió el hielo fue el Grupo Jones. A pesar de la anécdota tan extendida en Ciudad R de cómo HD fastidió a Jones anteriormente, ésta optó por dejar todo atrás y empezar un nuevo capítulo con la primera. Gracias a ello, otras empresas más pequeñas decidieron seguir a Jones y aceptaron que HD volviera al juego.

Rolando también cedió sus propias acciones y recibió a cambio 80 millones en su cuenta bancaria. Después de eso, decidió renunciar a todos los cargos en el grupo y disfrutar de su tiempo libre con la fortuna.

—¡Victoria! Dime, ¿qué clase de hermano estaría tan enganchado por esa perra que ni siquiera se preocupa por su propia hermana? No quiero vivir más! —Laura lloraba sin parar a Victoria. Estaba muy amargada porque Danitza le quitaba toda la atención a Alejandro.

—Tu hermano está cegado por esa puta. Tenemos que pensar en una manera de deshacernos de ella. Pero hasta ahora no se me ocurre una buena idea. ¿Qué crees que debemos hacer ahora? —Victoria le entregó un trozo de pañuelo a Laura.

Después de todo este tiempo, Victoria estaba segura de que Laura ya tenía un odio total hacia Danitza ahora. Así que era el momento de ponerle tareas de verdad.

—¿Qué puedo hacer? Sólo quiero que se divorcie de ella, y que le pida que desaparezca, cuanto más lejos mejor. Que no me deje verla nunca más —dijo Laura con rabia.

—Así que no hagas el tonto fuera todos los días, entonces. Deberías quedarte en casa y hacerle la vida imposible. ¿No es eso lo que quieres? —le recordó Victoria a Laura. Ella nunca decía a los demás lo que debían hacer de forma directa, sino en forma de suave recordatorio.

—¡La odio! No quiero ver su cara —Laura se limpió las lágrimas de la cara.

—Oh, Hil, eres una chica tonta. ¿Eres más feliz sin verla? Le hace la vida mucho más fácil. ¿Puedes soportar eso? ¿Ella pasándoselo bien mientras tú corres como un vagabundo? —Victoria dio un elegante sorbo a su café. Era una adicta al café, y Alejandro solía anhelar el café que ella preparaba en el pasado.

—¡Tienes razón! ¡No puedo dejar que viva como una reina en casa mientras yo ando por ahí como una sirvienta! Entonces, ¿qué debo hacer para que sufra, Victoria? —le preguntó Laura a Victoria.

—Hay muchas maneras de hacer sufrir a alguien, como crear conflictos entre ella y tu hermano, o dejar que se lastime. Puedes hacer todo esto, siempre que vivas con ella —Laura aún no se ha ganado la plena confianza de Victoria, así que ésta sólo la estaba poniendo a prueba con algunos trucos.

—De acuerdo, ahora volveré. Tengo que hacerle la vida imposible y vengarme de mi padre y mi abuela —Laura asintió, tomó un sorbo de café y se dispuso a marcharse.

En ese momento, entró Alya Cortés. Su rostro frágil y a la vez divino se apoderó enseguida del corazón de Laura.

—¡Wow, es tan lindo! Me gusta mucho —Ella no podía quitarle los ojos de encima.

Victoria miró a Alya: este tipo era tan delgado y parecía tan gay.

—Alya, ¿también vienes a tomar un café? —Laura dejó a Victoria y trotó hacia Alya.

Está claro que Alya no esperaba verla aquí. La apartó inconscientemente, odiaba tener a la gente tan cerca.

—¡Srta. Hernández, me alegro de verla aquí! —Alya estaba llena de cortesía, pero en cambio dio un paso atrás.

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