El Prohibido Amor de un CEO romance Capítulo 155

Una pareja camina por la hierba verde mientras que el sol se pone en el horizonte.

La mujer y el hombre están felices de estar en ese momento mágico, donde son acariciados ligeramente por los rayos rojos y naranjas del sol que muere detrás del mar.

Abrazados disfrutan de la suave brisa marina que deja un aroma salado en el aire, mientras que ambos sienten como sus corazones laten juntos.

"No sabes cuanto te he extrañado, no solo en este breve tiempo que hemos estado separados, sino desde que nos separamos de niños...."

Elizabeth mira a los hermanos desde la ventana, mientras que Edward habla con la abuela de algunos asuntos de negocios que requieren su atención inmediata.

"Pero ahora estamos juntos y estoy feliz de que hayas encontrado a tu alma gemela y que te vayas a casar con ella."

"Se que serán muy felices ambos, hermanito, te deseo felicidad eterna."

A pesar de que sabe que son hermanos, Elizabeth siente un poco de celos de que Bruce y Lorelay sean tan cariñosos, pero ella trata de comprender.

"Elizabeth, que observas?"

Edward camina hacia ella, pero Elizabeth se aleja rápido de la ventana para abrazar a su hermano, pues no quiere que vea que Lorelay esta abrazando a Bruce.

"Nada hermano, nada, solo veía el mar, pero prefiero abrazarte."

"Te he extrañado."

Responde la chica mientras envuelve sus brazos alrededor de la cintura de su hermano, quien también la abraza encantado.

Sin embargo Edward logra ver un poco a la pareja abrazada, a pesar de que caminan de regreso a la casa.

Edward fruncio el ceño.

Que hacia Bruce abrazando a Lorelay?

Le era infiel Bruce a su hermana?

O Lorelay significa algo mas para Bruce?

La abuela Freda está hablando con sus nietos, cuando Edward y Elizabeth junto con la abuela Situ descienden por las escaleras.

Cuando todos están reunidos la abuela Freda decide que Elizabeth se quede esa noche con ella bajo el pretexto que debe seguir ayudandole a curando las heridas de Lorelay.

Edward y Bruce se marchan al castillo de los Situ.

Cuando llegan los dos pueden ver las decoraciones,

las elegantes sillas,

las bellas mesas,

las preciosas flores y demás cosas para la boda.

Todo está listo, aunque ellos revisan que todo este completo.

"Cual es tu relación con Lorelay?"

Cuestiona Edward a Bruce mientras observan que el personal apila las ultimas cajas de vino y champaña costosa.

"Es solo una amiga mía y de Elizabeth al que estimamos mucho."

"Porque preguntas Situ?"

"Ella te gusta?"

"Ya olvidaste a mi hermana?"

Bruce cuestiona a Edward alejando su vista de la tabla de madera con los papeles de la logística de la boda pues no le gusta nada lo que insinua.

"Te vi abrazándola."

"Elizabeth sabe de eso?"

Bruce iba a responderle, pero un auto se detiene en la entrada.

Una persona que hacía mucho Bruce no veía desciende del vehículo.

"Carolina!"

Grita feliz el hombre antes de correr hasta Carolina para darle un abrazo fuerte levantándola del suelo.

"Bruce!"

"Te he extrañado demasiado."

Los ojos de Carolina se humedecen un poco al ver a Bruce.

Tras darle un abrazo fuerte y un beso en la mejilla, Bruce la baja con cuidado al suelo, pues Carolina le dice que esta aún recuperándose de sus heridas, pero por nada del mundo se perdería su boda.

Los otros dos hombres saludan respetuosamente a Bruce y le extienden sus felicitaciones, mientras que Paul se queda rezagado detrás de Carolina.

Paul saluda de forma tensa a Bruce y camina hasta Edward para darle un abrazo a su amigo.

"Así que te arrastraron a este lugar también, eh?"

Edward se burla de Paul, quien tiene todas las maletas y bolsas de Carolina, mientras que ella camina agarrada del brazo de Bruce hacia la entrada del castillo mientras ambos rien.

"Si no es porque se que se va a casar con tu hermana, ya hubiera ido a partirle la cara."

Paul no está nada feliz al ver que Carolina está tan cerca de Bruce.

Aunque él sabe que no puede hacerle ninguna escena o sufrirá las consecuencias.

"Lorelay también estaba encantada con ese idiota."

"Que le verán las mujeres?"

Los dos miran con recelo a Bruce, quien al verlos solo puede decirle algo al oído de Carolina haciéndola estallar de risa.

"Paul!"

"Date prisa con las cosas, estoy cansada y quiero comer ya!"

Agachando la cabeza, Paul camina hacia Carolina, mientras que Edward no puede creer que su amigo,

el mujeriego experto,

el que se iba de vacaciones sexuales y al que no dejaba que nadie lo mandara...

Ahora se doblegue ante Carolina.

"Ni una palabra Edward o dejarás de ser mi amigo."

Tras decir esto, Paul se apresura para llevar a su bella mujer a la habitación de huéspedes que Bruce le indica.

La abuela Situ está encantada con los recién llegados.

Sin sospechar nada de la llegada de Carolina y Paul, Elizabeth pasa una noche maravillosa al lado de la abuela Freda y Lorelay.

Las tres charlan de los nombres que le gustaría ponerle a sus bebes y de la sorpresa que se llevará Bruce cuando se entere.

La medianoche las sorprende aún charlando, por lo que deciden retirarse a dormir para levantarse temprano por la mañana.

Mucho antes de que el sol salga, las abuelas, a pesar de su edad, ya están despiertas.

Mientras que la abuela Situ organiza a la gente, meseros, floristas y demás personal que les ayudará en la boda, en la villa Baek, la abuela Freda ayuda a Lorelay a darse un baño reparador de hierbas medicinales y flores para que pueda resistir el ajetreo de ese día.

Elizabeth aún duerme, pues en su té, la abuela Freda puso un poco de infusión para dormir, pues necesita que descanse lo más posible.

Las estilistas comienzan a llegar a la villa Baek, seguidas de varias camionetas blancas cargadas de vestidos de novias, ramos, flores, velos, zapatos y vestidos para la abuela y Lorelay.

"Puedes creerlo?"

"Esta boda es una de las primeras que celebro con tanto gusto."

"Tu madre se casó en secreto y tu tía.."

La abuela Freda se entristece un poco al recordar el trágico destino de sus amadas hijas.

Lorelay la consuela.

"Abuela, se que mi mamá y mi tía no tuvieron la vida que merecían, pero no fue tu culpa."

"Hoy no es momento para estar tristes, hoy tu nieto se casa."

"Además mamá está con nosotras, tú también puedes sentirla."

La niebla blanca se deja entrever en la habitación.

Ambas mujeres sonríen al sentir su calidez.

La abuela Freda unta el ungüento reparador en la herida de Lorelay, la cual ahora solo está un poco amarilla y verde.

Su recuperación es excelente.

La abuela Freda venda la herida y le da algo que ella necesitaba desde hace muchos años.

"Tu dije de jade Baek es una señal de tu herencia."

"Hasta que consideres que es tiempo lo usarás y lo pasarás a tu descendencia."

"Mi niña, tu madre me ha mostrado a tus futuros hijos y estoy emocionada por conocerlos cuando sea tiempo."

Lorelay mira el dije en su mano.

"Por ahora hay que darnos prisa y arreglarnos, pues la boda comenzara al medio día."

Lorelay se coloca sus pupilentes, se mira al espejo y enfundada en una bata, sale para encontrar el barullo de gente, ropa, flores, vestidos, estilistas y luces.

Marsel, la estilista en jefe les indica cuales son sus vestidos.

La abuela y Lorelay comienzan con el proceso de selección del vestido de su agrado.

De frente al espejo, Lorelay recuerda el día en que acompañó a su hermana adoptiva Flora a probarse vestidos de novia y Edward la obligó a probarse diversos vestidos de novia de la tienda.

Al notar su tristeza, la niebla le acaricia su mejilla, por lo que ella deja de lado sus pensamientos negativos del pasado.

Lorelay sigue probándose los caros y finos vestidos.

Ella se decidió por un vestido largo negro con una abertura de infarto en su costado que dejaba ver sus hermosas y largas piernas blancas.

El escote de corazón con unas finas tiras de encaje cayendo de sus hombros, acentua su delgada cintura.

Incluso las estilistas alaban a Lorelay porque parece una modelo.

A juego unos hermosos zapatos de tacón, no muy altos debido a sus heridas.

El equipo de belleza comenzó a trabajar en ella.

La abuela Freda se decidió por un vestido vaporoso de manga larga de color vino el cual resalta sus facciones elegantes y hermosas.

"Es hora de que la novia haga acto de presencia."

La abuela Freda camina hasta la habitación de Elizabeth, quien aún sigue dormida, soñando con sus pequeños.

Cuando la abuela le habla, ella despierta, ayudada por la esencia que la abuela le dió a oler para que despertara del sueño profundo debido a la infusión.

Aún aletargada por el sueño, Elizabeth no comprende lo que sucede.

Cuando ve los hermosos vestidos de novia colgados en los vestidores portátiles y se emociona hasta las lágrimas.

"No puedo creerlo!"

"Esto es de verdad?"

Mientras examina los vestidos de novia, la abuela Freda y Lorelay le confirman lo que ella sospecha.

"Hoy será un día muy especial para ti."

"Elige un vestido y no hagas esperar más a Bruce!"

Brincando de felicidad, Elizabeth elige el vestido con la cola de novia más largo, el cual le parece el de una princesa de cuento de hadas.

Y un velo largo primoroso también.

Cuando se lo prueba, todas las mujeres suspiran al verla.

Ella es una radiante y delicadamente hermosa novia.

La villa Baek es fuente de personas corriendo,

maquillistas atareados,

estilistas arreglando peinados altos y elegantes,

asistentes atareadas palomeando tareas cumplidas y asistentes sacando lo que ya no se ocupa para llevarlo de vuelta a las camionetas blancas.

El celular de Lorelay suena y ella contesta.

"Abuela, la novia está casi lista."

"Saldremos de aquí en una hora."

"Todo está listo allá?"

La abuela Situ ya esta vestida elegantemente con un vestido azul marino que le favorece a su figura, sus zapatos elegantes, su peinado y exquisito maquillaje, hacen que se vea más joven de lo que es.

"Todo es una locura por acá, pero todo estará listo para cuando llegue la deslumbrante novia."

Y la abuela no exagera.

Desde las cinco la mañana ya hay gente en el castillo montando mesas, arreglando el pasillo donde caminara la novia.

Se alistan las últimas decoraciones junto con las flores,

se monta el escenario de madera para el baile de los novios,

se colocan las sillas y los nombres de los invitados en los lugares indicados.

Por todos lados hay gente ocupada.

Dentro del castillo, Bruce está terminando su rutina de ejercicios en el gimnasio del castillo.

Edward, Paul y Dániel también están trabajando duro con las pesas.

Cuando suena una fuerte alarma, seguida de una luz roja, todos se quitan sus audífonos y dan por terminado su sesión de ejercicios.

"Hoy formarás parte de mi familia, por lo cual quiero felicitarte."

"Pero también advertirte que debes de serle fiel a mi hermana y amarla mucho."

Edward tiene en sus manos un vino especial, cosecha única en el mundo, por lo que sirve cuatro copas.

Los cuatro hombres brindan por la boda y la felicidad de Bruce y Elizabeth.

"No tuviste una despedida de soltero como debía de ser, pero tampoco te hubiera llevado a ninguna."

"De hecho ninguno de nosotros tenemos permitido estar con otras mujeres, así que no creo que haya sido necesario..."

Edward expresa.

Todos brindan dándole la razón, pues todos están más que encantados con sus mujeres.

Edward siempre está bajo vigilancia de Emily, por lo cual no quiere hacer nada malo.

"Emily vendrá?"

"No creo que se perdería tu boda o si?"

Edward cuestiona a Bruce alejandolo de los demás quienes se sirven otro poco de vino, el cual es exquisito.

"Si vendrá."

"Mi hermana no se perdería mi boda, pero no creo que quiera estar contigo, asi que no la forces."

"Ella decidirá si se acerca a ti o no."

Bruce se termina su vino.

Aplaudiendo les dice a todos que ya deben ir a bañarse y vestirse, por lo que todos se dan prisa.

Solo cuarenta minutos después, los cuatro hombres salen de sus habitaciones ataviados con sus trajes de vestir azules y negros.

Bruce luce tan guapo y elegante con su smoking negro, con camisa negra que deja sin aliento a las chicas que estaban ayudando a los estilitas hombres.

Las meseras, las coordinadoras de la boda y las demás mujeres que tienen la fortuna de verlos, se quedan embelesadas ante su elegancia, sofisticación y belleza masculina.

"Niños, se ven muy guapos todos, comencemos con las fotos."

"Bruce, todo está listo, solo falta la entrada de la novia."

El juez de paz es un amigo entrañable de la abuela Situ.

El hombre la saluda de manera muy afectuosa, pues en sus años mozos estuvo locamente enamorado de ella.

El castillo está adornado con flores blancas por doquier.

Algunas parecen que fueron plantadas o que siempre estuvieron ahí.

El pasillo tapizado de pétalos de rosa blancos, los toldos listos para cubrir a los invitados del sol, las sillas elegantes en las mesas con arreglos florales están listos.

Algunas antorchas están colocadas a los lados para delimitar espacios.

Incluso el mar parece estar feliz de presenciar ese enlace, pues está muy tranquilo.

Johana y Dániel llegaron al castillo justo a las cuatro de la madrugada y se quedaron a dormir en el castillo por ordenes de la abuela Situ.

Después de arreglarse, Johana se reunio con su amado Dániel, quien al verla casi se le salió el corazón.

Enfundada en un vestido corto negro floreado, con un escote discreto y elegante, zapatos de tacón negro altos con un maquillaje y peinados elaborados, Johana es una visión hermosa para Dániel.

"Estas bellísima mi amor, simplemente hermosa."

Le susurro en sus labios Dániel a Johana, quien la abraza.

Él se negó a separarse de ella en algún momento.

En la villa Baek, Lorelay, la abuela Freda y las demás estilistas suspiran al ver lo hermosa que se ve Elizabeth, quien reprime sus ganas de llorar debido a su felicidad y sus nervios gracias a un extracto calmante muy poderoso que la abuela le dió al ver que ella no dejaba de llorar.

Y continuaba arruinando el maquillaje de los estilistas.

"Niña, estas bellísima.

"Las dos están bellísimas, pero Lorelay..."

"Emily se presentará?"

La abuela le pregunta mientras revisa los vestidos y peinados de ambas chicas.

"Dale una alegría a mi hermano este dia."

"Como regalo hacia mi Lorelay, por favor."

Elizabeth intercede por su hermano.

Ante sus palabras, Lorelay toma otro vestido de su agrado, una peluca de cabello natural café y unos lentes, por lo cual, sin decir ni una sola palabra, las dos mujeres sonríen felices.

"Muy bien, debemos irnos ya."

La limosina donde todas irán ya está esperándolas junto con Tim, quien está vestido con un traje sastre gris oscuro y se ve muy elegante.

Un nervioso Bruce espera a su amada Elizabeth, mientras que Edward, quien es el padrino de Bruce, observa con detalle los anillos de matrimonio de ambos.

Son dos anillos de oro blanco, con sus iniciales grabadas y el símbolo que antes había visto Edward en varias pinturas de Lorelay

Los invitados ya están en sus sillas.

Algunos son amigos de la familia Situ, personas con títulos de nobleza como ellos.

Algunos son amigos de la familia Baek, quienes fueron seleccionados por la abuela Freda por su pureza y lealtad a la familia Baek.

Dániel, Johana, Carolina y Paul están sentados felices observando todo a su alrededor.

Ellos están maravillados con los soberbios adornos.

"Llegamos a tiempo!"

James y Maggie, quienes se habían quedado atrás por un problema con unos envíos de obras de arte y compradores, se dieron prisa para asistir a la boda.

L segunda de el círculo de amigos y socios.

La mesa de regalos luce completamente llena de regalos finos y costosos.

Autos con moños, regalos de algunos duques, estan estacionados a lo largo de la enorme entrada vehícular del castillo.

Certificados de propiedades, bonos y acciones de diversas empresas también figuran como regalos.

Yates, aviones y alguna que otra joya fueron los regalos para los recién casados.

La música a cargo de una orquesta clásica se deja escuchar en el aire.

Todos voltean a ver a la limosina que acaba de llegar.

La puerta se abre y de ella desciende primero la abuela Freda, después Lorelay, quien deja con la boca abierta a Edward por lo hermosa que se ve, gesto que no pasa desapercibido para Dániel o Bruce.

Ayudada por Tim, sale la despampanante novia.

Bruce siente que el corazón le late con fuerza a cada paso que su prometida da hacia el altar de brazo de la abuela Situ, pues no hay nadie más que funja como "padre" de la novia.

Ambas caminan por el pasillo, robando suspiros de todos los presentes al ver a la hermosa Elizabeth.

"Cuidala con tu vida muchacho."

Sentencia la abuela Situ al entregarle la mano de su nieta a Bruce para despues retirarse para sentarse al lado de Freda, quien esta sentada ya en su lugar de honor Baek.

"Más bella no podrías estar mi hermosa Elizabeth."

La ceremonia comienza.

Por más que Lorelay trata de mantener su semblante sereno, el recuerdo de la boda falsa está muy arraigado en su mente, por lo que unas lágrimas de tristeza y enfado salen de sus ojos.

"Bruce, aceptas a Elizabeth como tu amada esposa, en la salud y la enfermedad hasta que la muerte los separe?"

"Acepto."

"Elizabeth, aceptas a Bruce como tu amado esposo, en la salud y la enfermedad hasta que la muerte los separe?"

"Acepto."

Poniendo las alianzas de matrimonio en los dedos anulares de ambos, Lorelay baja la cabeza afligida.

El apretón de manos de su abuela, la anima, por lo que puede escuchar y ver claramente cuando el juez dice la hermosa frase.

"Puede besar a la novia."

Un emocionado Bruce abraza fuertemente a su ahora esposa y le da un beso apasionado mientras que las demás personas aplauden felizmente.

Incluso Lorelay aplaude quien no deja de observarlos.

Edward no deja de mirarla a ella.

Su semblante es tan parecido a Emily.

Edward aparta la mirada de la bella joven que le quita el aliento y busca desesperadamente entre las sillas a su amada Emily.

Él tiene la esperanza de que ella se presente para la boda se su hermano.

Una chica de cabello café camina hacia la entrada del castillo, Edward nota su presencia, por lo que baja del estrado donde está de un salto y camina de prisa para alcanzarla.

***By Liliana Situ***

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