EL CEO Y LA HUÉRFANA romance Capítulo 4

****Perspectiva de Luisa****

Al salir del hotel corrí por las calles no sabía qué hacer, me sentía destrozada, no sabía cómo es que termine en esta situación, lo último que recordaba era estar con unos amigos de mi novio y mi novio, pero de ahí todos mis recuerdos estaban borrados.

No sabía cómo asimilarlo, después de estar caminando por 2 horas recordé a Marisol, debe de estar preocupada por mí, y con ese pensamiento me dirige a mi casa.

Ella trabaja en un bar nocturno como mesera, así que tal vez no se ha dado cuenta de mi ausencia puesto que sale de madrugada de su trabajo.

El lugar donde vivo con mi hermana es un departamento, el edificio está en malas condiciones pero no contamos con muchos recursos para vivir en un lugar mejor, dentro del apartamento no tenemos muchas pertenencias, tenemos un sillón de 3 plazas, una pequeña mesa con 2 sillas, un pequeño televisor que es nuestro único medio de entretenimiento, el espacio que destinamos para cocina, solo cuenta con una pequeña encimera con una estufa y un refrigerador que es nuestro orgullo pero que seguíamos pagando con mucho esfuerzo, en el cuarto que destinamos como recámara se encuentra nuestra ropa, esa colocada en cajas  de madera de esas que se ocupan para trasportar fruta, las tenemos apiladas una arriba de otra, y dos colchonetas mi hermana se encontraba totalmente dormida en una de ellas.

  Lo único que me gusta de mi vivienda es que tenemos un baño propio, habíamos vivido en un lugar más espacioso,  en un barrio más decente, pero teníamos que compartir el baño y eso era un verdadero problema siempre estaba muy sucio, si teníamos roles para limpiarlo pero nadie las seguía,  por eso adoraba ese pequeño baño, en el solo puede estar una persona ya que es muy diminuto, pero  es ideal para tomar una larga ducha, ya que la necesitaba.

Después de esa ducha de 1 hora, y aunque todavía me sentía sucia, no podía entender cómo es que perdí mi primera vez con un desconocido y no recordaba nada de lo ocurrido, al salir vi que  Marisol estaba preparando algo de comer, hasta ese momento recordé que no había comido nada desde la noche anterior, ella volteo para verme pero no pudimos cruzar una palabra porque tocaron a la puerta. Al abrir era mi novio Héctor, no sabía cómo actuar, solo sabía que él me debía consolar.

Lo único que pude pronunciar en ese momento fue su nombre,  con lo ojos llenos de lágrimas -Héctor - lo que nunca me imaginé es que el entro y me tomo de la muñeca de manera muy brusca diciendo.

-donde te metiste anoche hoy me desperté y te marque y no contestaste, anoche te largaste con quién sabe quién, me acaba de llamar Javier para decirme que te fuiste con un tipo después de que yo caí desmayado y me dejaste botado, dime quién era ese tipo, habla que no tengo paciencia, de seguro te metiste con el verdad porque me acabo de encontrar tu vecina y me dijo que tiene como una hora que llegaste, como fuiste capaz de hacerme esto que no soy nadie para ti y yo que te tenía en un pedestal y mira como me pagas eres como todas una interesada - dijo gritando.

Por un instante no supe que contestar estaba en estado de shock, a lo que el inmediatamente asimiló que su conclusión era la correcta y me dio un tremenda cachetada a lo que mi hermana no dudo en saltar y regresar el golpe al mismo tiempo que lo insultaba, ella siempre fue muy protectora contigo.

-mira pedazo de mi***a, tu no vienes aquí a pegarle a nadie, así que lárgate de aquí,  quien te crees para ponerle una mano encima a mi hermana, fuera de mi casa- soltó Marisol.

-hermana cuál hermana ustedes no llevan una gota de sangre que las una, son unas pobres huérfanas que ni siquiera saben quiénes son sus padres, pero si todo el mundo me lo decía como puedes confiar en una chica sin antecedentes, como pretendes  casarte con una mujer de la que ni ella misma sabe de donde proviene, que se crío en la calle, como pude pensar que tú eras pura del lugar donde vienes- escupió Héctor.

-sal de aquí, tú no tienes ningún derecho a venirnos a humillar de esa manera, si somos huérfanas y crecimos en la calle, a mucho orgullo ya que estamos vivas somos sobrevivientes, tenemos trabajo somos mujeres que se saben ganar la vida a comparación de tus queridos amigos que se la pasan en la calle- le dijo Marisol, se notaba que estaba perdiendo la paciencia, pero para su temperamento ya se había tardado en explotar, mientras  que yo quería defenderme gritar que no sabía que me había ocurrido, pero por más que intentaba no podía pronunciar ninguna palabra.

-quien soy yo eso mismo pregunto, ya que me queda claro que ustedes no son nadie son unas pobres huérfanas que no valen la pena, si sus padres las desecharon desde pequeñas, fue porque ellos mismos sabían que no valen la pena, desde pequeñas las desecharon, quién soy yo para recogerlas si no valen pena.- dijo estas palabras de una manera tan discriminatoria que se me partió el corazón en mil pedazos, entonces él siempre pensó eso de mí, no puedo creer que el hombre al que casi le entregue mi vida, este aquí diciéndome esas cosas.

- somos huérfanas si lo somos, pero somos mejores que muchos, empezando por ti, eres el ser más despreciable lárgate de mi casa y no quiero volver a verte cerca de mi hermana nunca más, si no compartimos sangre, pero no lo necesitamos para tenerlos el cariño y amor de hermanas- dijo mi hermana Marisol, a la vez que lo sacaba de la casa.

-si me retiro no soporto estar ni un segundo más aquí y si ten por seguro que no volveré a ver Luisa y espero que ella también lo entienda, no quiero que me busque nunca más, adiós.- dicho esto se marchó yo aún no podía pronunciar ninguna palabra, solo podía pensar esto es una pesadilla, quiero despertar al ya no poder soportar más me desmayé.

Después de unos minutos reaccione y lo primero que vi fue los ojos de mi hermana se veían con cara de preocupación y llenos de lágrimas.

-Luisa estás bien, que pasó, ves lo que te decía que ese imbécil no era bueno para ti, mira que atreverse a ponerte una mano encima, pero que se cuide la espalda porque todavía no me conoce, lo haré pagar, ya lo verás, no vale la pena- fue lo primero que me dijo al despertar acariciándome mi mejilla donde me golpeó ese imbécil.

- no Mary, no te preocupes no vale la pena, ya escupió todo su veneno, mira me bajo de mi nube, tiene razón, mis padres me desecharon de pequeña, porque les estorbe, si ellos no me quisieron como  pretendía que alguien me quisiera, son muy tonta- dije con el corazón en la mano y  con las lágrimas brotándome.

-no digas eso, como te he dicho siempre los hombres son seres idiotas por naturaleza, no se merecen ni una lágrima, me escuchas ni una sola  lágrima y menos de alguien que no tiene sesos en la cabeza- Marisol de niña fue  violada por su padrastro y su hermanastro, cuando la recogieron las autoridades de manos de ellos, la llevan a un albergue temporal donde su pesadilla siguió porque el cuidador nocturno también se aprovechaba de ella, cuando llegó al lugar donde nos conocimos, venía destrozada pero orgullosa, siempre decía que no debía confiar en los hombres, que ningún hombre  se lo merecía,  cuando ella tenía 14 años , un guardia de seguridad la intento volver a violar, ella fue más fuerte que él y logro escapar, por eso  en cuanto encontramos la oportunidad de huir no lo pensamos y abandonamos el lugar.

-si ahora sé, de que hablas hermana, ya aprendí mi lección, solo pasar por lo mismo es cuando lo entendí- dije esto porque estaba totalmente destrozada el hombre al que amaba me dejó sin siquiera preguntar qué pasó y un extraño me violó.

-mira somos huérfanas, no tenemos familia que nos respalde, pero no la necesitamos nos tenemos a nosotras , no voy a permitir que se burlen así de ti, crecimos en la calle somos sobrevivientes, recuerda eso no tenemos por qué agachar la cabeza, nos hicimos a nosotras mismas, somos chicas de provecho no te aflijas, saldremos de esta y ese imbécil se puede ir mucho a la mi****a- hizo una pausa y dio un suspiro -sé que a veces mis traumas no ayudan, pero tú tienes un sueño y ese sueño se cumplirá tarde o temprano, simplemente Héctor nunca fue el indicado, mi sexto sentido me lo dijo, cálmate encontrarás al correcto.- por eso la admiraba a esa mujer, una vez que recapacita las cosas intentaba entenderme, pero por primera vez yo la entendía a ella.

- no hermana mi sueño murió está mañana desde que desperté a lado de un perfecto desconocido.- dije recordando lo que había pasado - no tengo ningún recuerdo de nada, no sé cómo llegué a ese hotel, solo sé que perdí mi virginidad con un hombre el cual me confundió con una prostituta- dije esto empecé a llorar con mucho sentimiento, como es que me paso esto a mí.

- hermana  de que me estás hablando- me preguntó muy sorprendida.

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