EL CEO Y LA HUÉRFANA romance Capítulo 22

En la central de autobuses de ciudad X, se encontraba Marisol cargando a la pequeña Uri, platicando con  Joaquín.

-me encantaría irme del país y no solo cambiar de cuidad, no me siento segura en esta ciudad no la conozco ¿Por qué la elijaste?-pregunto Marisol.

-porque nunca antes he estado aquí y por lo que comentas ustedes tampoco, necesitamos alejarnos –comento mientras cargaba a la pequeña Uri.

-¿pero tengo miedo?- Dijo mientras se sentaba en una silla cercana.

-¿miedo?, la chica que se escapó del orfanato a los 14 años con junto con una niña de 13 años – exclamo mientras se sentaba a su lado.

-si miedo en aquel entonces era inmadura, pero ahora- suspiro- tengo dos angelitos que dependen de mi- se recostó en su silla.

-te entiendo, estoy igual pero es lo mejor, sabes porque nos alejamos ¿lo entiendes?  - cuestiono

-lo entiendo, está bien, está bien, ¿Qué vamos a hacer?-comento a la vez que levantaba la manos en señal de rendición.

-hay que permanecer en un perfil bajo, montare un pequeño taller de carpintería y tú no podrás trabajar en ningún bar tendrás que buscar otro  tipo de empleo.- aseguro Joaquín.

-pero es otra ciudad, ¿por qué?, no es que me agrede el ambiente pero se gana bien-  no entendía porque dejar su profesión.

-porque son los lugares donde nos buscaría Alonso, vamos hay que poner de nuestra parte para que esto funcione, de lo contrario no valdrá la pena en haber abandonado la ciudad.- Comento a la vez que le pasaba a la niña y se ponía de pie al ver que se acercaba Luisa.

-bueno ¿a dónde vamos?- pregunto Luisa con Ian en los brazos después de haberle cambiado el pañal en un baño público.

-vamos a un hotel de ahí a buscar un lugar que rentar y comprar algunas cosas para los bebes- comento Joaquín a la vez que cargaba el equipaje.

Tomaron un taxi y se fueron a un hotel el más barato que encontraron. Ahí se alojarían el menor tiempo posible.

Días después encontraron un pequeño local con un cuarto que se ajustaba a su presupuesto, el local era perfecto para la carpintería que deseaba montar Joaquín.

El local estaba en una zona transitada  era un tanto rustico pero podrían acoplarse a él, medía 30 metros cuadrados contaba con una pequeña puerta al frente que llevaba a un patio y trasero en el cual se encontraba un cuarto de 40 metros cuadrados  con un pequeño baño independiente y un patio.

-es pequeño nos tendremos que adecuar pero solo es temporal saldremos adelante no se preocupen, ¿creo no las estoy cuidando bien verdad?- pregunto Joaquín.

-estás loco mis hijos están vivos gracias a ti y Marisol, no sé cómo pagarles lo que están  haciendo por mí, los líos en los que se metieron fueron por mi culpa, les agradezco en el alma a los dos y tu Joaquín nos encontraste en nuestro peor momento y nos abandonaste a pesar de los problemas. -Dijo Luisa con lágrimas en los ojos.

-¿de que hablas?, tus hijos están vivos gracias al extraño y a Marisol- a Luisa siempre le comentaron que el hospital y parte de los tratamientos fueron pagados por el extraño para que ella no se preocupara.

-no Joaquín eso no es cierto, no los voy a cuestionar pero se los agradezco en el alma- ella no sabía muy bien lo que ellos hicieron pero sabía que no era tan simple como se lo hacían creer.

 - Joaquín, mi Hermana tiene razón a pesar de los problemas te quedaste junto a nosotros gracias- agrego Marisol.

-no sean dramáticas ni sentimentales, antes de encontrarlas mi vida  no tenía  ningún sentido ustedes son mi familia mis hermanas, solo me uní a la aventura y no me arrepiento- aseguro Joaquín.

  Ese día era importante para ellos comenzarían su nueva vida, salieron a comprar algunas cosas para llevar a su nuevo hogar como el cuarto era muy pequeño no cabían muchas cosas pero así que compraron una litera con una cama individual en la parte superior y una cama matrimonial en la inferior había una cama que deslizaba por debajo de la matrimonial para dejar más espacio en el cuarto.

También compraron una pequeña estufa, una mesa cuatro sillas y un refrigerador, no cabía nada más en ese cuarto tan pequeño.

los días pasaron y Joaquín logro montar su pequeña carpintería, empezó a tener trabajos muy sencillos ya que estaba empezando.

afortunadamente Marisol y Luisa pudieron encontrar trabajo en una fábrica cercana a dónde vivían con eso los ahorros que tenían podían seguir guardando los porque Ian todavía no estaba dado de alta y temían que pudiera recaer.

Ellas tenían que rolar turnos era la política de empresa lo que les venía bien ya que así se turnaban para cuidar a los bebes, Joaquín les ayudaba con eso como su trabajo era en casa podría perfectamente bien cuidar a los bebes.

Para los nuevos vecinos ellos eran hermanos, pero los vecinos como siempre no estaban del todo convencidos, ya que no se parecían entre ellos y los más extraño era que los bebes no se parecían a ninguno.

A ellos no le importaban mucho esos comentarios pero no por eso no eran molestos, ya que había rumores que los niños eran robados, afortunadamente con el pasar días se convencieron los vecinos de que no eran robados porque ellos los trataban muy bien.

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