EL CEO Y LA HUÉRFANA romance Capítulo 19

Con la sonrisa en la boca decidí marcarle a Joaquín, ahora si tenía buenas noticias que darle. En cuanto contesto su teléfono, grite llena de emoción

-Joaquín ya nació tu sobrina-  estaba llena de alegría, mi hermana  y mi sobrina estaba bien los gastos al parecer podríamos cubrirlos, que más podía pedir  todo está perfecto, platicamos por unos minutos y me dirigí al cuarto de mi hermana, cuando entre estaba echa un mar de lágrimas, solté un grito.

- no llores todo está arreglado tenemos lo suficiente para pagar la cuenta y tal vez nos sobre- grite emocionada. 

*****perspectiva de Luisa*****

Me desperté  tenía mucha gente a mi alrededor un doctor trato de calmarme esta aterrada y no soportaba el dolor, después de conectarme a sin fin de aparatos y calmarme un poco me dejaron un rato sola, no recordaba gran cosa, solo tenía en la mente a mi bebe, nuevamente entraron y me indicaron que me tenían que meter a cirugía lo antes posible. No supe de mí después de la anestesia. Cuando desperté lo primero que vi fue a mi hermana sentada a mi lado mi angustia llego porque no vi rastros de un bebe por ningún la lado cuando entro la enfermera con mi preciosa bebe.

Cuando me explicaron todas mi dudas y salieron mi hermana me acerco a mi bebe, no podría definir los sentimiento encontrados que tenía para mi bebe, cuando mi hermana pregunto-¿tiene ojos verdes?- inmediatamente mi mente se fue al rostro de aquel hombre y si recordé si tiene ojos verdes ¿es guapo? Llego otra pregunta y solo ahí me di cuenta que el hombre era bastante guapo. Me quede sumergida en ese hombre hasta que recordé porque tenía que odiarlo.

A lo que solo dije - esta pequeña aunque se parezca a ese mal hombre la querré con el alma  - ella no tenía la culpa de nada y no la culparía por nada.

Cuando pregunto por el nombre solo pensé será como una estrella que guiara mi camino, así que decidí llamarla estrella. 

Cuando recordé que el hospital era privado se me hundió el corazón como pagaríamos la deuda, mi hermana trato de consolarme, pero sabía que no podíamos pagar.

Cuando me quede sola empecé a reflexionar, a recordar lo que había pasado en el día, ese hombre estaba ahí bien vestido, recordé lo nerviosa que me hizo sentir que perdí el equilibrio, ese hombre que me trajo al hospital no le di ni las gracias, ni siquiera se su nombre.

Me encontré con el hombre que me arruino la vida y con otro hombre que me salvo la vida solo se me vino a la mente `un demonio y un ángel´ sonreí con la frese *todo ángel necesita un demonio que le invite un café *

Estaba sumergida en mis pensamientos cuando entro un doctor a revisarme y me encontró muy afligida ya que me encontraba preocupada por la cuanta del hospital a lo que me comento.

-calma su bebe estará muy bien hay que tener fe-  a lo que reaccione mi bebe que le pasa a mi estrella, lo que nunca me espere fue la noticia que me dejo en un mar de llantos, no comprendía el doctor me explico con detalles, pero seguía sin asimilar la nueva noticia que tenía en mi cabeza. Trate de no llorar en frente del doctor pero en cuanto salió comencé a llorar.

Minutos después entro mi hermana gritando- no llores todo está arreglado tenemos lo suficiente para pagar la cuenta y tal vez nos sobre- a lo que yo solo seguí llorando, no sabía cómo explicar lo que me acababa de enterar.

-hermana conoces al hombre que te trajo al hospital- pregunto llena de emoción, a lo que yo solo negué con la cabeza, sin para de llorar.

-pues deja decirte que te topaste con un verdadero ángel,  pago los gastos médicos no debemos nada al día de hoy, ¿puedes creerlo?, no hay por qué llorar –chillo llega de emoción, a lo que solo que limite a observarla, sin dejar de llorar.

-hermana que te pasa no me escuchaste no debemos nada, al día de hoy- comento a lo que después de una respiración profunda comente.

-Marisol, me informaron que tuve gemelos- me miro llena de confusión –tengo un niño  se encuentra en una incubadora, al parecer nació con una anomalía cardiaca- me miro aún más confundida- está enfermo del corazón- comencé a llorar y después  de procesarlo

-ahora entiendo, perdóname creo me lo indicaron pero no puse atención, hermana todo saldrá bien no te preocupes- me comento tratando de consolarme

-llévame a conocerlo, quiero verlo – dije después de me meditarlo.

Mi hermana trato de consolarme un poco, pero en mi cabeza solo tenía un pensamiento quería conocerlo.

****perspectiva de Julián****

Después de mi desayuno con mi fiel asistente, chofer y nana Oscar, salimos a dar una última vuelta  a buscar a la chica, había arreglado todo para salir por la tarde. Al medio día pasaríamos por el hospital, teníamos nuestro interinato muy justo con nuestros tiempos pero eso no importaba, estaba acostumbrado.

  Justo estábamos en camino al hospital cuando suena mi teléfono era Esteban mi socio me estaba platicando que había conocido a una joven hermosa que lo había rechazado… rechazado a el de broma pensé.. pero me indico que había solo perdido una batalla mas no la guerra, platicamos muy ameno por un rato hasta que me percate que teníamos mucho tiempo varados en la calle, revise mi reloj efectivamente había pasado como 20 minutos ahí ¿que paso?.

-joven, no lo sé al parecer un accidente y estoy encerrado no sé cómo evitarlo no conozco la ciudad –dijo resignado y preocupado.

Después de 4 horas llegamos a nuestra casa en ciudad X, traía un dolor de cabeza terrible después de estar varados en el tráfico por aproximadamente 1 hora, había acabado mi paciencia y es el estrés de no llegar a tomar el vuelo.

al siguiente día mi socio ya me estaba esperando en la oficina, para informarme del nuevo trato que estaba gestionando me explico y solo atine a decirle que necesitaba conocer al socio para poder cerrar la negociación me parecía excelente la propuesta.

Así que cerramos el tema y quedamos en reunirnos lo más pronto posible con esos socios, platicamos de mi viaje le conté de la chica del hospital, en broma  me comento que cada viaje a al ciudad W, era toda una aventura para mí que mejor no regresara.

  Nuestro nuevo socio era el señor Arturo Rossi y su distinguida esposa  Sara Lemus, eran conocidos por ser todos unos tiburones en el mundo empresarial, por eso en cuanto me entere quienes eran los socios no lo dude, hacer negocios con ellos era éxito seguro.

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