EL CEO Y LA HUÉRFANA romance Capítulo 10

Y así transcurrió otro día más sin poder localizar a la chica, sabía que no era una tarea fácil, pero contaba que no era imposible, tenía que acabar con su pesadilla lo antes posible, no entendía lo que le estaba pasando, ya que ni la muerte de su familia lo habían trastornado tanto como esa chica.

Al llegar al hotel y entrar en la recámara, comenzó al recorrer la habitación, tratando de recordar los detalles de lo ocurrido, esos detalles que uno olvida pero que en ocasiones son la clave de todo.

  Después de pasear de un lado a otro en la habitación, pidió una botella de whisky al servicio del hotel junto con hielos, no era un adicto a la bebida pero en los últimos meses tomaba más de lo habitual.

Al llegar su orden a su cuarto, se sirvió una copa y se sentó en el sillón junto a la ventana en completa obscuridad, para él la obscuridad era su mejor luz, su lema es *solo en la obscuridad puedes ver las estrellas* desde el día que leyó esa frase dicha por Martin Luther, la había tomado como suya, realmente disfrutaba de la obscuridad, Esteban siempre lo criticaba y le indicaba que no era normal que alguien gustara tanto estar en la obscuridad, en broma siempre le contestaba *no puedes estudiar la obscuridad inundándola de luz* el había leído esa frase en algún lugar.

 Después de estar sumergido en sus pensamientos  y de pronto una sonrisa apareció en su rostro, al recordar la noche que paso en esa habitación.

-¿qué diablos me pasa?, porque no puedo sacarme estas imágenes de mi cabeza- grito a la vez que aventaba su vaso  licor.

-necesito sacar de mi mente todo esto, ¿Por qué estoy así?, es algo ilógico yo no soy culpable de nada, no debo de tener sentimientos de culpa- Pronuncio en voz baja mientas colocaba su brazo izquierdo sobre el sillón de una plaza.

Sin poder controlar sus sentimientos decidió tomar una larga ducha para poder tranquilizarse y poder descansar.

    Al día siguiente se levantó de buen humor tenia años sin sentirse así, salió muy temprano para realizar su típica rutina de ejercicio, se bañó y bajo a desayunar al restaurante del hotel, junto a Oscar que ya lo esperaba.

-buenos días Oscar- llego a la mesa y se sentó en ese momento son su teléfono –discúlpame -se levantó nuevamente y se alejó de la mesa para contestar, era una llamada  de su secretaria informando que había un problema crítico, cuando regreso a la mesa y se sentó nuevamente comento.

 -Oscar regresaremos el día de hoy, tengo un problema en la empresa y lo necesito tratar personalmente, por favor realiza los preparativos para salir lo más pronto posible, esto tendrá que seguir esperando, no sé si mi cordura lo soporte, pero mi vida debe de seguir- comentó un poco molesto por tener que regresar con las manos vacías.

-muy bien joven- contesto Oscar con semblante resignado.

-¿qué pasa Oscar?, no quieres regresar tan pronto – mirándolo a los ojos, con mirada traviesa –tal parece que no quieres regresar con Lola – diciendo esto solo una carcajada, era extraño que Julián jugara alguna broma por eso a Oscar lo tomo de sorpresa y por un instante se quedó callado, cuando volvió en si contesto.

-no joven no es eso yo adoro a mi esposa, solo que me quede un poco preocupado por la chica de ayer, intente por la noche llamar al hospital para preguntar por ella pero solo me quede con su nombre de pila y  el hospital tiene la política de no dar informes y menos sin el nombre completo, así que pensé que en algún momento del día podía darme permiso para ir al hospital. -comento y bajo la mirada- pero me queda claro que usted tiene una emergencia-

-Oscar, como te dije el día de ayer no debemos involucrarnos más en este asunto, ya la ayudamos salvaste su vida y la del bebe pagamos sus cuentas, no quiero que nos conozcan no quiero tener más líos en esta ciudad- lo comento sonando  muy estresado.

-joven le agradezco en verdad lo de ayer, en verdad esa joven lo va a bendecir, hay una frase que le queda a la perfección,*nadie recordaría al buen samaritano, si además de buenas intenciones no hubiera tenido dinero*   y gracias a usted nos convertimos en buenos samaritanos, por tal motivo no tiene por qué Dios no ayudar a la joven si ya lo mando a usted para auxiliarla.-dijo esto con una sonrisa en su rostro.

-te mando Oscar, yo no hice nada- dijo esto dándole una palmada en la espalda.

-joven usted pensó en los gastos, en dejar a la chica con los gastos pagados, no cualquiera hace eso, por mucho dinero que posea- Oscar lo menciono de manera de admiración.

-Oscar es solo dinero- dijo quitándole importancia.

-Nunca será solo dinero joven pero tiene razón *las mejores acciones son las hechas sin esperar el aplauso o reconocimiento de nadie*- comento con la sonrisa en el rostro.  

-no está de más si con eso estas tranquilo antes de irnos nos daremos una vuelta al hospital, ahora hay que terminar de desayunar.  Dijo y cerro el tema.

 Lo que ellos nunca se imaginaron es la ironía que tiene el destino la chica que tanto estaba buscando era la misma que se encontraba en ese momento en ese hospital y por la cual estaba pagando los gastos de hospitalización y que acababa de darle un hijo. El destino siempre juega de una manera cruel, había salvado la vida de su propio hijo.

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