El Amor De Antonio romance Capítulo 279

Al Clara y Lydia salir del aseo, Gerardo les gritó inmediatamente -Cuñada y mi cuarta cuñada, venid aquí.-

-¿Su cuarta cuñada?-

Lydia arrugó sus cejas, ¿estaba llamándola?

Clara vio que estaba en duda, bromeando -Es verdad, Gerardo está llamándote. ¿te sientes un poco raro?-

-Sí, es raro.-

-Si lo escucharás un tiempo, no te sentirás raro.-Clara se fue hacia los hombres tomando la mano de Lydia.

Aquiles le dio un puñetazo descontentamente a Gerardo, dijo, -Te he dicho que no la llamas como así. Pero sigues llamándola como así, así que esto es tu castigo.-

Tras escucharlo, entendieron que no le gustaba que Gerardo la llamó como así, lo que significaba que en su corazón, no tomó Lydia como su novia.

Claro, era irreprochable, porque eran falsos novios.

Clara vio Lydia quien estaba un poco triste, dijo en voz alta, -¿Qué pasa? Aquiles, para ti, ¿el trato que Gerardo da a Lydia es inadecuado?-

Al escucharlo, Aquiles se detuvo, giró su cabeza para verla, y levantó sus comisuras de la boca, explicó de forma embarazosa, -Cuñada, es porque temo que Lydia esté vergonzosa, a pesar de todo, somos novios en vez de cónyuges. Este trato es demasiado pronto.-

-¿Sí?- Clara cogió la mano de Lydia, y sentó cerca de Aquiles, lo miró medio riendo, -Aquiles, según lo que has dicho, ¿no quieres casarte con Lydia?-

No solo Aquiles, sino también los demás encontraron que en su tono había una seriedad, y su mirada también era seria.

En aquel momento, Aquiles no supo qué tendría que hacer, y Lydia habló por él, -Basta, Clara, lo que ha dicho Aquiles es cierto. Todavía no nos casamos, me llama la cuarta cuñada es demasiado temprano.-

Era verdad que ella siempre pensaba por el bien de él.

Clara la miró seriamente, y Lydia cambió su mirada de forma innatural.

-Gerardo, sigue llamarla como la cuarta cuñada, no tomes en cuenta lo que dice Aquiles.- Clara dijo a Gerardo. Si ya decidió a ayudar a Lydia , tendría que empezar desde este trato.

Aunque esto no era más que un trato, pero contaba con un significado importante.

-Pero...- Gerardo miró a Aquiles de forma cautelosa.

Aquiles no se atrevió a decir más, -Acepto la sugerencia de cuñada.-

Solo era un trato, si Gerardo la llamara así, Aquiles no perdería nada.

Imanol Colón y Magno no entendieron que por qué les dio tantas importancias este trato, pero no preguntaron más, solo viendo todo silenciosamente.

Antonio los miró como los demás, pero parecía que estaba pensando algo.

Era las doce de la noche, se salieron del Club Misterio para regresar a sus propias casas.

De regreso a casa, Antonio condujo con atención, mientras que Clara quien todavía estaba llena de energía, vio los paisajes en la calle, fuera de su coche, con los ojos bien abiertos.

Antonio la dio un vistazo, preguntó, -¿Qué pasa entre Aquiles y Lydia?-

Al escuchar su pregunta, Clara giró su cabeza para verlo bien. Tras pensar un rato, dijo, - son falsos novios.-

Antonio levantó sus cejas levemente, no le sorprendió mucho esta respuesta.

Clara supo que él había adivinado la real relación entre ellos, por lo tanto, siguió diciendo, -Tío Zabala le pido a ella a asistir a la cita ciega, pero ni lo quiso, así que se le ocurrió esta idea.-

Antonio empezó a reír, -Pues, ella es inteligente.-

-Sí, es inteligente, pero también es tonta.- Clara suspiró.

-¿Por qué dices como así?-

-Porque a ella, le gusta Aquiles.-

Parecía que su tono era descontento. Antonio la miró -es lógica que a Lydia le gusta Aquiles, pero ¿por qué no estás contenta?-

-Claro que no estoy contenta.- Clara hizo una mueca, diciendo -Como has dicho, Aquiles es un Don Juan, no quiere establecer una relación fija ahora. Entiendo que a ella le gusta él, pero no entiendo ¿por qué Lydia pido a Aquiles a fingir su novio. ¿Acaso esto no es que cavó su propia sepultura?-

Sabiendo que estaba preocupada por su amiga, Antonio se le tocó la cabeza de Clara, consoló amorosamente, -No pienses demasiado. Deja la cosa desarrollar naturalmente, ¿quién pueda deducir el desarrollo emocional? Es posible que a Aquiles le gustará a Lydia .-

-Es muy difícil.- Clara suspiró pesadamente, -Vale, como lo que has dicho, dejaré la cosa desarrollar naturalmente.-

Antonio rio, -De verdad, mujer. Lo que tienes que preocupar es que me has perdido muchas veces en jugar a dado, ¿cómo vas a compensarme?-

Jo... solo le preocupó a Lydia, pero olvidó esta cosa.

Se rio inmediatamente, - Pues, Señor Antonio, ¿qué quiere?-

-Tú.-

Con una palabras ya entendió todo.

Clara se puso roja, pero fingía que estaba serena, -Bien, yo sí que cumpliré mis promesas.-

Antonio la miró girando su cabeza, la luz dentro del coche era oscura, pero los ojos de él era claros, lo que la dio un poco miedo.

Él dijo, -Estoy contento de que pueda cumplir tu promesa.-

Y siguiente, encontró que aceleró la velocidad.

El negro Maybach corrió rápidamente en la autopista, como saltó bajo la luz de las farolas, levantando los polvos.

Después, Clara supo qué dolor le había dado por cumplir su promesa.

Con solo una noche, no pudo contar cuántas veces había hecho el amor. Por fin, por sus súplicas débiles, este bestia decidió dejarla en paz.

Por culpa de esta noche, en lunes, el siguiente día, se levantó tarde, por eso estaba ausente más de la mitad del día.

Al despertarse, la persona que se durmió a su lado se había ido. Se levantó sosteniendo su cuerpo doloroso. Maldijo mil veces a él en su corazón.

Al contrario, la persona quien había cumplido sus necesidades, estaba presidiendo la reunión de lunes como lo habitual.

Los gerentes de departamento vio que jefe perdió su seriedad y diferencia, y estaba más blando, y que incluso su boca intentaba combatir su sonrisa.

¡El jefe no estaba como lo habitual!

Esto era el pensamiento de casi todas las personas, así que estaban inquietos y empezó a temer que si esto era el presagio de la furia del jefe.

Solo José Campos supo qué era el hecho real. Vio a Antonio, y se contuvo la intención de poner sus ojos en blanco. Pensó que “¿Jefe, quieres a decir a todo el mundo la felicidad de tu matrimonio?”

“Mira, casi no puede esconder su sonrisa.”

Los gerentes de cada departamento del Grupo Nevada estaban inquietos por el cambio del jefe. Al contrario, en cuanto a Clara, fue hacia el baño con su cuerpo doloroso.

Cada vez que dio un paso duramente, maldijo a Antonio llamándolo como bestia en su corazón.

Cuando regresara a casa este día, no le trataría con una buena actitud.

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