Aventura Amorosa romance Capítulo 21

Eric notó el sabor de la sangre, pero no mostró ninguna expresión, solo miraba a Fionna. Otra primera experiencia, la primera vez ser mordiado por una mujer al besar.

—Te estás volviendo cada vez más atrevida —Eric dijo con resentimiento, de manera que parecía que iba a devorar a Fionna en su furia.

—Bueno, lo hice solo para protegerme, deberías darme las gracias por no darte una bofetada.

Fionna tampoco mostró flaqueza. Era verdad que ella era su empleada pero no su mujer, excepto el trabajo, no quería obedecer a sus órdenes. Mucho menos, dejaría a este hombre dañarla y insultarla.

—Eric, te advierto que, si me vuelvas a tratar de así, dejaré el trabajo, me dará igual el contrato. Además, me encargaré de Lucas, simplemente no me parece adecuado tu forma de educarle.

Fionna alzó la voz y se fue.

Fionna otra vez acabó la mañana con enfado, y no pudo contárselo a nadie.

No fueron escasos los abrazos y besos entre Fionna y Eric, nadie creería que entre ellos no tenían nada. En los momentos que no podía más, realmente quiso irse de aquí como cuando lo hizo hacía cuatro años. Ya le daba igual el trabajo, lo importante era no sufrir más.

Pero pensó con más tranquilidad, y tuvo que afrontar a la realidad.

Ella necesitaba este trabajo, necesitaba que haya plataformas donde ilustraran sus talentos, y más, necesitaba ganar dinero para poder pagar las deudas. También tenía que criar los niños, ayudar los estudios de la hermana menor y pagar el cuidado que necesitaba su tía que ya tenía una avanzada edad.

Se encargaba de todas estas multitudes de cosas, ¿cómo podría perder el trabajo por unos caprichos?

Fionna se dio ánimos a sí misma, y pensó que después de la lluvia siempre saldrá el sol.

Fionna salió del trabajo y fue directamente a por los niños para recoger a ambos, pero Iván, el mayordomo de Eric, le detuvo.

Fionna llamó otra vez a Eric,

—Dile a Iván que vengo a recoger a Lucas.

La voz de Fionna sonaba extraña, se notaba que seguía enfadada por lo que pasó esta mañana.

—¿Y qué si no le permito que Lucas se vaya a tu casa? —dijo con un tono desafiante.

Eric quería ver cuánto tiempo esta mujer podía ser obstinado

—Iré con Iván para visitar al abuelo, estoy segura de poder convencerle—dijo con tal perseverancia que parecía que nadie podía cambiar sus ideas.

Sabía que, sin esta firmeza, tampoco aguantaría todo lo que pasó en estos estos años.

—¿Abuelo? ¿Sabes qué significa al decir abuelo?

La voz de Eric sonó con frialdad, la expresión indicaba su burla.

«Parece ser que esta mujer realmente le está poniendo dedicación, no solo acercándose a Lucas, sino también al abuelo. No es tan inocente como lo que parece».

—No te desvíes del tema. Iván está a mi lado, ¿quieres hablar con él? y que me lleve a ver al abuelo.

Fionna no quiso dedicarle más palabras a este hombre tan arrogante. Pasaba de ser herida por su frialdad.

—No le llames abuelo, ¿eres mi amante o mi mujer?

Eric seguía evitando contestar a la pregunta. Esta mujer quería engañarle, ahora vería quien iba a ser engañado.

—Pícaro, no me digas las tonterías.

Fionna no veía ninguna posibilidad en Eric, por lo que tendría que buscar otra oportunidad alternativa.

Fionna le dijo eso y colgó directamente el teléfono.

Levantó su mirada y lo que vio le dejó pasmada.

Eric estaba al lado de Iván, y estuvo fingiendo para poner obstáculos a Fionna, qué detestable.

—Señor Eric.

Iván saludó al ver a Eric.

—Papá…

En cambio, Lucas se mostró muy ilusionado, corrió hasta Eric. Si no recordaba mal, era la primera vez que papá venía a la guardería a recogerlo.

—Iván, dile al abuelo que yo me encargaré de recoger a Lucas estos días.

Eric le ordenó con indiferencia, pero su mirada profunda seguía fijada en Fionna.

Miró a su cara roja y enfurecida, le brillaban los ojos de obstinación. Le recordó a Eric aquel beso profundo con un toque a sangre de esta mañana, contuvo por un momento sus deseos.

—Sí, señor Eric.

Iván se giró y se fue.

Después de escuchar las palabras de su papá, Lucas se quedó aturdido,

—Papá, no quiero ir a tu casa. Me quiero ir con Fionna —dijo Lucas mientras se echaba unos pasos hacia atrás, se notaba que tenía miedo.

Fionna sintió el miedo de Lucas, dio unos pasos para estar al lado de él y poniendo la mano en su hombro, intentaba trasmitirle tranquilidad,

—Dime, ¿qué quieres que haga para que Lucas pueda venir a mi casa?

Fionna no quería discutir delante del niño, no quería estropear su buen humor. Por eso dejó de resistir.

—Ya lo hablaremos en cuanto vayamos a tu casa.

Así fue cómo Eric pisó otra vez la casa de Fionna con Lucas.

—Voy a hacer la cena, ponte tú a jugar con el niño.

Fionna se escapó de Eric con la excusa de cocinar. Este hombre parecía que estaba hechizado, Fionna tenía miedo de contagiarse de esta frialdad y crueldad si seguía manteniéndose cerca de él.

Preparó rápidamente la cena. De hecho, hizo de más por la estancia de Eric.

Estaban los cuatro en la mesa y se preparaban para comenzar la cena.

—Papá, come. Fionna, come también —dijo Lucas educadamente, sonriendo, parecía muy contento.

Cuando Fionna estaba cocinando, Eric estaba en el salón, leía las revistas mientras cuidaba de Lucas. Veía que Lucas estaba muy feliz aquí, siempre tenía una sonrisa en la cara, todo eso no sucedería si estaba en casa con su propia Mamá.

La sonrisa de Lucas era aún más pronunciado e inocente, se veía que de verdad quería a Fionna y Yunuen.

—Mamá, Eric, coman.

Yunuen imitó a cómo lo decía Lucas. Pero sin que terminase la frase, dijo,

—Mamá y Eric suena raro. Si fuera mamá y papá sería mucho mejor —Yunuen bromeaba, pero eso era lo que pensaba realmente.

A Fionna no le esperaba esos comentarios por los niños, se volvió incómoda. En este momento, Lucas lo siguió:

—Sí, si comemos con papá y mamá, seremos una familia feliz..

Eric se sorprendió.

Se preguntó por qué tenía Lucas estas ideas, si tenía madre, por qué quería a Fionna como madre.

Parecía como si tuviera Fionna algún tipo de magia, que tenía ganada la confianza del niño. Si le permitiese que fuera con el abuelo, sería el abuelo el próximo en caer en esta trampa.

Pensó en todo esto, de repente miró fríamente a Fionna. Subestimó la capacidad de engaño de esta mujer.

—No me mires así, no tiene que ver conmigo. Sois vosotros que no habéis dado cariño a los niños.

Fionna tenía muy claro qué significada la mirada matadora que le dirigió Eric, pero no tenía miedo y tampoco le preocupaba su advertencia. Todo valdría la pena si podía hacerle feliz a Lucas, aunque tuviera que ser malinterpretada o regañada.

Parecía que los niños sintieron la tensión del ambiente, no hablaron más y se pusieron a comer.

La cena fue entonces pacífica, nadie dijo nada más, hasta Eric dejó de lado lo que pensaba y disfrutó de la comida.

Tenía que decir que realmente Fionna cocinaba muy bien. Eric llevaba 19 años sin poder comer comidas caseras como estas. Estos 19 años, nadie le hizo la comida de esta forma.

Eric comió en abundancia esta noche, vació todos los platos.

Dejó los palillos con sensación de satisfecho, pero escuchó hablar a Yunuen tristemente,

—Eric, el otro día que te vi besar a mamá, pensaba que amabas a mamá. Pero estos días no te has comportado nada gentil con mamá. No sé qué es lo que ha hecho mal, pero no deberías tratar a mamá así.

Yunuen estuvo toda la cena pensando en las miradas desafiadoras de Eric hacia mamá, no se sentía a gusto. Aguantó hasta que todo el mundo acabara de cenar para no afectarlos el apetito y lo dijo.

—¿Papá besó a Fionna? —preguntó Lucas con sorpresa, no esperó ni a las contestaciones de Yunuen, se giró hacia Eric— Papá, eres un hombre responsable, si besaste a Fionna, te tienes que responsabilizar de ella.

Lucas se atrevió a decir esto acumulando todo el valor que tenía, porque en comparación de su madre, preferiría que Fionna sea su madre de verdad.

Eric le dedicó una mirada de navaja, hizo que Lucas cerrara la boca inmediatamente.

—Mamá, ¿no es que fuiste a una cita a ciega? Si ese hombre nos acepta y te trata de forma gentil. Cásate con él. ¿Vale? Así seremos protegidos y nadie nos van a volver a dañar.

Lucas tenía miedo de Eric, pero Yunuen no tenía miedo a nadie con tal de poder proteger a su mamá.

«Así podrá preocuparle a Eric, si de verdad se preocupe, ¿le tratará más bien que ahora?»

Fionna sabía que la intención de los niños era buena, era porque no podían aguantar más al malhumor de Eric, tampoco podían soportar más esas miradas afiladoras que Eric les enviaba.

Pero Fionna no quería que los niños se preocuparan de los asuntos de los mayores, así que dijo suavemente.

—Yunuen, Lucas, iros al salón. Tengo algo que decir con Eric.

Fionna les dijo que se fueran tiernamente, ahora en la mesa solo se quedaron Eric y ella.

—Tengo que disculparte por lo que dijo Yunuen, estaba un poco descortés.

Fionna intentaba mantener en calma. Porque la cocina era abierta, de manera que no quería afectar a los niños.

Fionna se paró unos instantes y continuó,

—Como lo que dije antes, no te tengo las supuestas intenciones. Desde el momento en que me divorcié de mi ex-marido decidí que nunca más estaría con otro hombre. Además, tienes mujer e hijo, es aún menos probable que me interese por ti.

—¿Ahora quieres que confíe en ti? Has obtenido los gustos de mi hijo con tus trucos e incluso quieres visitar a mi padre. En cuanto convenzas a mi padre ya tiene la mitad de tus metas alcanzadas. Mujer, no finjas delante de mi, he visto miles de personas, sé muy bien lo que pretendes desde la primera vez que te vi

Eric bajó el tono de voz, obviamente estaba enojado por las palabras de Yunuen porque lo que dijo le hizo sentir avergonzado.

—¡Qué ridículo! —suspiró y luego decepcionada continuó— bueno, si de verdad estás seguro de que soy una mentirosa, no tengo nada más que aclarar. Ya has acabado la cena, vete a casa. No permitas que mentirosas como yo le ensucie su grandiosa personalidad.

Fionna estaba segura, daba igual qué hacía, no iba a poder cambiar los pensamientos de Eric. Si fuera así, no quería dar más explicaciones, simplemente vería qué iba a conseguir ella de él.

Se levantó Fionna y fue a su habitación. Se apoyó en la puerta sin fuerza alguna, la impotencia que sentía le tiñó los ojos de rojo.

Ni siquiera sintió esta impotencia y rabia hace cuatro años cuando Deivid afirmó que era una mentirosa. Pero en cambio, ahora ya no podía afrontar con esas sensaciones.

El día siguiente, sorprendentemente, Eric no se había llevado a Lucas. De esta manera, Lucas se quedó a vivir en casa de Fionna sin ninguna otra preocupación.

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