Receta para robarle el corazón al Dr. Farel romance Capítulo 677

—Cof, cof——

Amanda casi escupe la sopa que tenía en la boca.

Se cubrió la boca con la mano y tosió varias veces, sus mejillas tiñéndose de un rojo intenso.

—Oye, tío Farel, ¿qué estás insinuando con esas palabras tan fuera de línea? Yo no estoy enamorada de él...—

—Oh—, dijo Farel mientras servía sopa a Evrie, sin cambiar su expresión. —¿Te pregunté si estabas enamorada de él?—

Amanda se dio cuenta de que su tío Farel la había atrapado en su juego de palabras.

Había confesado sin querer.

Negó con los dientes apretados, —No hay nada entre él y yo, de verdad, Farel... no me tomes del pelo, me asusta esa mirada que tienes.—

Farel puso el plato de sopa frente a Evrie y no dijo nada.

Pero la presión silenciosa que emanaba de sus ojos la llevó a recordar el miedo que sentía de pequeña cuando estaba bajo su autoridad.

Si él quisiera averiguar algo, sin duda lo haría en cuestión de minutos.

Pero antes de eso, le estaba dando la oportunidad a ella.

Amanda dejó los cubiertos y finalmente habló.

—Admito que él es guapo, agradable a la vista y hasta doma tigres, pero... ¿qué derecho tengo para gustarme a alguien así?—

—Con esta salud tan incierta que tengo, ¿no sería solo un estorbo para cualquiera? No me atrevo...—

Mientras hablaba, bajó las pestañas, ocultando la tristeza en sus ojos.

Su voz sonaba apagada, —Así que tranquilo, tío, tengo la cabeza bien puesta. Puedo divertirme, pero nunca me llevaría los sentimientos de alguien más.—

Farel se quedó callado un par de segundos antes de mirarla con el ceño fruncido, —Lo que tienes no es incurable, solo es una enfermedad crónica. Toma tus medicamentos a tiempo, compórtate y no te montes tantas películas.—

Amanda torció la boca y murmuró en voz baja, —Ustedes solo me engañan, yo lo sé todo, no soy una niña de tres años...—

Al siguiente segundo, Evrie le pasó un pedazo de carne, —Come bien, necesitas proteínas para fortalecer tu sistema inmunológico. Farel hizo esto especialmente para ti, incluso hay remedios caseros en la sopa.—

Los ojos de Amanda se iluminaron, recuperando su aspecto soleado.

—¡Gracias, Evrie!—

—¿Y a tu tío?—

—Gracias, tío Farel...—

Farel desvió la mirada, su tono era indiferente.

—Come bien y no seas delicada con la comida.— Se detuvo un momento y añadió, —Mantente alejada de ese Valerio, siempre anda alardeando y podría llevarte por mal camino.—

Amanda asintió repetidamente.

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