Matrimonio de primera romance Capítulo 1121

Yadira se dio la vuelta y preguntó a Delfino: —¿Tu amigo?

Después de salir ella, el joven no habló con Delfino. Pero antes estuvieron hablando de algo.

De todos modos, el ambiente entre Delfino y el hombre era amistoso.

Delfino caminó detrás de Yadira y la hizo girar con la silla de ruedas, diciendo: —Andrés López, el tercer hijo de la familia López.

—¿La familia López que mencionaste antes? —Antes de venir a la Ciudad J, Delfino le había hablado de la familia López, que era la más rica y famosa de la Ciudad J.

—Sí—. Parecía que Delfino recordaba algo y dijo: —Si lo vuelves a ver, aléjate de él.

Yadira parecía sorprendida: —¿Por qué?

Delfino parecía no tener miedo de Andrés. ¿Por qué le dijo que se alejara?

—Su esposa lo dejó. Por esto, él provoca gran sensación en toda la ciudad y en los López—. Dijo Delfino con tono tranquilo, pero si se le escuchaba con atención, se regodeaba.

—Suena como una persona fuerte—. Entonces, dijo: —Su mujer le dejó. ¿Por qué estás tan feliz?

Delfino no dijo nada hasta que estuvieron cerca del restaurante: —Nunca tiene buenas palabras de su boca. Es el karma.

Yadira movió la comisura de la boca: —¿Y de tu boca?

—¿Yo? —Delfino se inclinó y miró de reojo a Yadira: —En mi boca, siempre hay dulces palabras. Pruébala si no me lo crees.

Yadira se sintió un poco avergonzada, así que le dio una palmadita en la cabeza: —Está serio.

Luego, Delfino besó la cara de ella antes de llevarla al restaurante.

***

Después del desayuno, Yadira pensó que Delfino iba a salir.

Pero al volver a la habitación, Delfino encontró una película y dijo entusiasmado: —¿Quieres ver una película?

—¿No vienes aquí por algo importante? ¿Por qué siempre te quedas conmigo en el hotel?

—Con el largo vuelo de ayer, ahora necesitas un buen descanso—. Delfino la estrechó entre sus brazos y planeó ver una película con ella.

Yadira le dio un codazo: —Ya he descansado bastante por la noche. Ahora puedo salir.

Ayer se sintió cansada, pero una noche de descanso fue suficiente. No estaba tan débil.

Delfino dijo con cara seria: —Ven aquí.

Lo dijo en un tono autoritario.

Yadira sabía que estaba preocupado por ella misma y no quería discutir con él por algo tan trivial. Pero no quería interferir en sus asuntos.

Se acurrucó en los brazos de Delfino e intentó persuadirlo: —Delfino, escúchame....

—No hables. Sólo mira la película—. Delfino le tapó suavemente la boca indicándole que no hablara.

Yadira sólo estaba obligada a ver toda la película en sus brazos.

Xulio tampoco acudió a Delfino. Era por eso que Yadira supo que esto era el plan de Delfino.

Al despertar por la tarde, Yadira fue al baño a lavarse la cara. Antes de terminar, sintió que alguien la miraba fijamente.

Al darse la vuelta, descubrió que Delfino estaba apoyado en la puerta y la observaba.

Delfino se le acercó y le tocó el pelo mojado: —Ven conmigo a un sitio esta noche.

Los ojos de Yadira brillaron: —Claro, ¿a dónde vamos?

Por fin iba a hacer algo importante.

Al ver su cara llena de alegría, Delfino sonrió: —Al Palacio Esmeralda. Hay un banquete esta noche.

Yadira frunció el ceño: —No he traído ropaje.

—No te preocupes. Lo he arreglado todo—. Delfino le dio un golpecito en la frente.

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