Héroe Retrasado romance Capítulo 3

Lin Yuzhen sintió que la cabeza le acababa de explotar.

Miró anonadada a Jiang Ning. Nunca esperó que él golpeara a alguien por ella. Y era Lin Feng a quien había golpeado. ¡El nieto mayor de los Lin! ¿Sólo porque era su esposa?-

-¡Tú lo pediste!

Lin Feng se levantó y tiró un puñetazo hacia Jiang Ning. Nadie nunca se había atrevido a golpearlo, y lo peor es que era el esposo de Lin Yuzhen, un inútil que era un yerno adoptado.

¡CRACK!

Su puño apenas había pasado frente a Jiang Ning cuando él lo tomó con una mano. Jiang Ning usó algo de fuerza y lo siguiente que Lin Feng oyó fue un fuerte chasquido en su muñeca.

—¡AAAAH!

¡Estaba rota!

Lin Feng aulló de dolor.

-Ella es mi esposa. De ahora en adelante, nadie va a abusar de ella.

Sólo después de decir esto, Jiang Ning soltó la mano y luego se llevó a Lin Yuzhen, que estaba completamente aturdida.

-¡Te voy a matar! ¡TE VOY A MATAR!

Lin Feng se tomó la muñeca, el dolor lo estaba matando. Nunca esperó que esa basura que su propia familia había encontrado para yerno se atreviera a golpearlo.

Lin Yuzhen estaba acabada. Toda su familia estaba acabada.

Lin Feng corrió de vuelta al hotel y ni se preocupó por su lesión. Lin Qiang seguía en el salón, hablando con unos socios.

-¡Papá! ¡Papá!

Lin Feng llegó y Lin Qiang frunció el ceño al ver interrumpida su conversación.

-Hablaremos en otra ocasión, ya que tu hijo tiene asuntos que discutir contigo.

Los invitados se levantaron y se fueron. Lin Qiang gruñó y resopló:

-¡Qué desastre! ¿Qué sucede?

—Papá, alguien me golpeó.

Lin Feng apretó los dientes.

—Mira mi mano, ¡está rota!

-¿Quién hizo esto?

Lin Qiang se paró de inmediato. Ni siquiera él podía golpear a su querido hijo. ¿Quién podría ser tan salvaje?

—¡Jiang Ning! —Lin Feng seguía apretando los dientes-. El esposo de Lin Yuzhen que acaba de llegar a la familia.

Acababan de darle a Jiang Ning un nuevo comienzo. Ni pensar que no estuviera agradecido por eso, se había atrevido a golpear a Lin Feng. No era más que un vagabundo, una basura inservible, ¡y se estaba rebelando! Lin Qiang estaba furioso.

-¿Ese inútil que adoptamos como yerno?

Según lo que sabían, Jiang Ning era un indigente y no tenía esperanzas. Incluso tenía episodios de demencia, así que quizás fue asunto de su enfermedad mental.

—Lin Yuzhen le dijo que me golpeara y él lo hizo. ¡Me dio en la mano tan fuerte que se rompió!

Los ojos de Lin Feng estaban rojos de ira. ¿Cuándo había sufrido así en su vida? Lin Qiang frunció el ceño.

-Ese tipo está enfermo, tal vez tuvo una rabieta.

De inmediato ordenó que trajeran un doctor para la herida

de Lin Feng.

-No provoques a gente loca como él. Pero esa Lin Yuzhen en verdad hizo que Jiang Ning te golpeara. ¡Hmm! No la dejaré ir así.

-Papá, ¡expúlsala de la familia!

Era una buena excusa para hacerlo. Si Lin Xiao se enteraba de esto, Lin Yuzhen y su familia definitivamente tendrían que irse. ¿De dónde sacaron las agallas para golpear al nieto mayor de los Lin?

-En este momento, Lin Yuzhen está a cargo de un proyecto y está en una etapa muy importante. Estamos por firmar el contrato. Si la echamos ahora, podría afectar al proyecto.

Lin Yuzhen era muy buena en su trabajo. Había tomado varios proyectos en apenas dos años. Pero era precisamente eso por lo que Lin Qiang y sus hijos estaban tan preocupados. Temían que Lin Yuzhen ganara terreno en la compañía y se convirtiera en una amenaza para ellos.

-Papá, si el proyecto está casi listo para arrancar, no importa quién haga firmar el contrato. Si soy yo quien se encarga de firmar estos proyectos grandes, el abuelo me tendrá en mayor estima -continuó Lin Feng con agresividad-. ¡Expúlsala! ¡Esa familia de sanguijuelas puede ir a morirse!

Mientras tanto, Jiang Ning se fue a casa con Lin Yuzhen. Ella siguió aturdida en el camino. Nunca creyó que Jiang Ning golpearía a alguien por ella. Cuando volvió a la realidad, comenzó a preocuparse. Seguro que el ataque de Jiang Ning habría ofendido a Lin Feng. Conociendo el carácter de ese idiota, en definitiva se vengaría de Jiang Ning.

¡Din, don!

Tocó el timbre y, después de un rato, Lin Wen abrió la puerta y miró a Lin Yuzhen con los ojos llenos de culpa.

-Yuzhen, volviste.

Lin Wen vio a Jiang Ning detrás de ella y bajó la mirada. No dijo nada, sólo asintió con la cabeza.

—Pasa... pasa.

-¡NO ENTRES!

Jiang Ning no había puesto un pie adentro cuando Sumei llegó volando, su cara aún estaba manchada de lágrimas.

-¡Vete! ¡FUERA DE AQUÍ! Por tu culpa Yuzhen va a ser el hazmerreír de Donghai. ¡La arruinaste! Vete. ¡YA!

Sumei gritaba llorando. No estaba dispuesta a dejar que Jiang Ning se integrara a la familia. Si Jiang Ning fuera un hombre excepcional, quizás podría aceptarlo. ¿Pero qué? Jiang Ning era diez años mayor que Lin Yuzhen, no había logrado nada y era indigente. Este hombre era más desgraciado que lo que ella podía soportar.

Jiang Ning no dijo nada y se giró para irse pero, de repente, Lin Yuzhen lo tomó de la mano.

-Mamá, déjalo pasar.

Si dejaba que Jiang Ning se fuera ahora, Lín Feng encontraría a alguien que lo matara. Había golpeado a alguien por el bien de ella, así que Lin Yuzhen no podía dejarlo así.

—Yuzhen, él...

—Él es mi esposo ahora.

Lin Yuzhen se mordió los labios. La palabra «esposo» le era tan extraña. Parecía que le apuñalaba el corazón con agujas.

A Sumei le temblaron los labios mientras movía la cabeza con desesperación.

—Yo no quiero tener nada que ver con esto.

Corrió de vuelta a su habitación y azotó la puerta.

-Pasa- le dijo Lin Yuzhen.

Jiang Ning asintió y entró a esa casa que no se consideraría grande. Los Lin era una familia de cierta riqueza, pero la casa de Lin Yuzhen era incluso más pequeña que el promedio.

-Ven conmigo.

Lin Yuzhen temía que Zumel lo echara de nuevo, así que lo llevó a su propio cuarto. No era grande pero estaba muy bien arreglado y ordenado. Sacó una alfombra y un tapete del armario y los colocó en el suelo. Su voz sonaba un poco cansada cuando dijo: «Será mejor que no salgas por ahora. Lin Feng no te dejará ir. Quédate en mi casa primero, no se atrevería a tocarte aquí».

Lin Yuzhen miró a Jiang Ning. Era difícil imaginarse que de la nada tenía un esposo.

-A partir de ahora, tú dormirás en el suelo y yo dormiré en la cama. Tú harás tu vida y yo la mía, ¿de acuerdo?

Jiang Ning no dijo nada, sólo asintió. Sabía que Lin Yuzhen seguramente no podía recordarlo ni podría enamorarse de él. Quizás incluso lo odiaba porque de pronto se había convertido en su esposo.

Pero muy adentro, ella seguía siendo una buena persona. Temía que Lin Feng lo hiriera, así que, aunque se sintiera incómoda, ella quería que se quedara para protegerlo. Esta mujer todavía era tan buena incluso después de haber crecido.

Jiang Ning empezó a preguntarse si debía sacar la envoltura de dulce, pero tras pensarlo bien, decidió que no. Los dos permanecieron en silencio y el ambiente se volvió algo incómodo. De repente, el teléfono de Lin Yuzhen empezó a sonar. Se puso más blanca que un muerto.

-Lin Yuzhen, de ahora en adelante no tienes que presentarte a trabajar con el Grupo Lin. -La llamada era de Lin Feng, quien decía con arrogancia-: ¡Hmmf! Mi papá te ha despedido. Tu familia puede morirse de hambre lentamente.

Con eso, Lin Feng azotó el teléfono.

A Lin Yuzhen le tomó un largo rato reaccionar. ¿La habían despedido porque le pidió a Jiang Ning que golpeara a Lin Feng? Desde que era niña, ese idiota la había tratado tan mal pero nunca recibió ningún castigo por ello.

Lin Yuzhen sintió ganas de llorar por este tratamiento tan injusto. Jiang Ning frunció el ceño en cuanto vio esto. Ese Lin Feng, ¿estaba buscando la muerte?

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