Esposa falsa de Simón romance Capítulo 977

Rafael no entendió por qué Simón lo dijo, y preguntó, -¿he metido la pata de algo, Simón?

Moviendo los labios, Simón pensó por un rato y dijo, -has trabajando conmigo por muchos años, ¿no?

Aunque perdió su memoria del pasado, pudo observar que Rafael había entendido bien todo tipo de sus hábitos, se encontró una colaboración perfecta entre los dos.

Con una mirada o una acción, le entendía a Simón inmediatamente.

-Sin dudas que hemos trabajando por muchos años -Pensaba Simón.

Rafael respondió con la cabeza, -sí, Simón.

-Ya que es la verdad, por las relaciones entre nosotros, tengo que hacer algo por ti -Dijo Simón.

Rafael dijo, -Simón…

-Te doy la oportunidad, si fallas, eso significa que no tiene la habilidad suficiente -Dijo Simón.

Tras las palabras, Simón le hizo un profundo gesto, y salió.

No intentaba meterse en su asunto, pero este mediodía, Xenia volvió a la habitación, y le describió su cuento, cuando Simón estaba comiendo, y luego presentó una expresión de preocupación.

Le reprochó a Xenia que no hacía falta preocuparse por los líos de otras personas.

Xenia le dijo que sabía que eran los problemas de otras personas, pero eran sus amigos, no podía dejarles.

Y luego, Simón supo más detalles sobre ese cuento generalmente.

Tenía egoísmo, porque Rafael trabajaba por él.

Por eso, Simón tenía ganas a buscar una oportunidad para él.

En cuanto al resultado, dependería de las acciones de Rafael.

Rafael miraba al silueta de Simón con los ojos disgustados.

Lo que dijo Simón era lo que pensó Rafael, incluso recordó algo más, Simón también encontró con muchas dificultades en ese asunto.

-¿Por qué aludió a que no soy capaz de deshacerlo ahora? -Pensaba Rafael.

Cuando las personas se pusieron en camino, Rafael se tumbaba en el sofá, y Naomí salió de la habitación.

-¿No vas a cenar en su casa? -al ver a Rafael, Naomí dijo con dudas.

Pensaba que Rafael siempre estaba al lado de Simón, pero esta vez no, y preguntó, -¿no le acompañas a Simón?

Encontró con las miradas de Naomí, Rafael dijo lentamente, -es una reunión familiar, no es apropiada para mí.

-Tienes razón, rechazó su invitación por el mismo razón.

-Es una reunión familiar, discutirián muchas cosas, las personas ajenas estarán muy embarazosas -

-Por eso, es mejor que no vaya -Pensaba Naomí.

Intentaba a buscar algunas cosas para comer, y no sabía que iría a encontrar con Rafael, la aparición de él era una sorpresa, pero estaba un poco embarazosa al mismo tiempo, porque parecía que sus palabras del mediodía le irritó a Rafael.

Rafael no le contestó, y el fenómeno estaba más embarazoso, Naomí dudaba por un rato y luego dijo, -Bueno…no intentaba a decirlo en el mediodía, no te preocupes, diré más cosas buenas por ti ante Xenia, aunque no lo hago, sin dudas que Xenia me hará un favor a hacerlo por ti ante Simón.

-De acuerdo -Rafael contestó, notando su cabeza.

Naomí añadió, -además, antes de devolver el abrigo que me prestó durante el día, lo limpiaré. Muchas gracias.

-Bien -Rafael notaba su cabeza otra vez, su voz estaba muy débil.

Le parecía un poco extraño, hoy Rafael casi no hablaba nada.

-¿Estás enfadado conmigo? -preguntó Naomí.

Rafael levantó sus miradas y le echó un vistazo.

-¿Por qué? -contestó Rafael.

Lo más burlesca era que no podría enfadarse, y lo que podría hacer era que quedarse solo con el ánimo pesado.

-Porque te ignoré, pero no es a propósito, la verdad es que Diego significa mucho para mí, por eso… -Explicó Naomí.

-¿Diego significa mucho para ti? -le interrumpió bruscamente Rafael-, ¿Su importancia implica que es el único?

Naomí quedó en silencio.

No sabía si Diego era el único para ella.

Nadie le había hecho esa pregunta a ella, por eso, cuando fue preguntado por Rafael, no supo cómo contestarle.

Le gustaba Diego, pero no se enamoraba de él secretamente, no había pensado en el futuro, era como buscar su propia perdición, cuando le vio Naomí, siempre se perdió en la búsqueda de la sombra de Diego, nunca prestó atención a sus hechos.

Todo no estaba cubierto por su consideración.

Por lo tanto, no sabía si Diego era el único para ella.

Notando la cabeza, Naomí dijo en voz baja, -no sé si es el único para mí, pero ahora lo que quiero hacer es que esté más cerca de su corazón, y esté con él.

Las demostraciones públicas de afecto tan conmovedor debería penetrar el corazón de Rafael.

Sin embargo, las palabras que existieron en sus oídos eran injuriosas y satíricas.

-Me quedo aquí que no es para escucharlo.

-No, claro que no.

Una voz gritaba en su corazón.

-Va a luchar, Rafael, lucha por una posibilidad para ti mismo. Cuando ese hombre todavía no le ha aceptado, roba a su corazón, hazlo aunque sólo podrás ocupar un rincón en su corazón -La voz seguía gritado en su mente, pero Rafael no movió nada de su cuerpo, sus ojos bajados había escondido todas las emociones fuertes.

Tras un silencio largo en la sala, Naomí se dio cuenta del fenómeno embarazoso repentinamente, y tapó su boca con la mano.

-Dios mío, ¿qué he dicho?

-He desembuchado todos mis deseos sinceros a un hombre, provocó un problema -Pensaba Naomí.

-Bueno, voy a buscar a algo para comer, ¿vas conmigo? -preguntó ella.

En ese momento, Rafael quedaba enojado, si quería rechazarle que era normal. Por lo tanto, Naomí pensaba que no permitiría a su invitación, sin embargo, apenas lo había dicho, Rafael se alzó.

-Vamos, ¿qué comemos? -preguntó Rafael.

-Vamos a ver y luego lo decidiremos -Contestó Naomí.

Naomí volvió a la habitación, y llevó un abrigo. Tenía miedo al invierno frío, llevó un sombrero y una bufanda. Cuando salió, era como una masa redonda.

Sin embargo, estaba ante Rafael, no veía nada vituperable contra sí. Salieron de la casa juntos, Naomí miraba por todos lados.

Al ver su acción, Rafael comprobó el mapa con móvil, y le dijo, -hay un callejón de gastronomía cerca de aquí, ¿quieres ir a ver?

Tras sus palabras, los ojos de Naomí brillaban con anhelo.

-¿Callejón de gastronomía? Muy bien, ¿vamos andando? -preguntó Naomí.

-Bueno, es una trayectoria de distancia de quince minutos, si es demasiado lejos para ti… -Dijo Rafael.

-Claro que no, si podemos encontrar algunas delicias gastronómicas que sólo andamos por quince minutos, lo merecerá -Respondió Naomí.

-Lo que sólo existe en su mente es las comidas, y nada más -Pensaba Rafael.

Cuando los dos llegaron al callejón, Naomí empezó a hacer compras de todo tipo de comidas, en general, quería aprobar lo todo.

Rafael iba en pos de ella, y aparecía una sonrisa en su boca, viendo que Naomí estaba tan alegre como un gorrión.

-Si pudiera estar alegre así para siempre que estaría bien -Pensaba Rafael.

-¡Qué pena! Su sonrisa sólo puede aparecer ahora, cuando volvimos, todo desaparecería absolutamente -Pensaba en esto, Rafael apagó el fuego en su corazón.

-Vamos a comer barbacoa y beber cerveza en esa tienda, ¿cómo lo piensas, Rafael? -preguntó Naomí.

Cuando Rafael estaba profundamente pensativo, Naomí le hizo señales, siguiendo con las miradas de ella, Rafael frunció su entrecejo, y dijo, -¿bebimos cerveza?

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