Esposa falsa de Simón romance Capítulo 7

En el hospital.

Frida hizo la fila y sacó un turno. Cuando le tocó, después de que le contó al médico sobre su condición, los ojos del médico se volvieron un poco raros.

-¿Has tenido muchos sueños últimamente?-

Frida le asintió con la cabeza.

-¿Sientes náuseas cuando te cepillas los dientes por la mañana?-

Frida continuó asintiendo con la cabeza.

-¿Tiene micción frecuente de vez en cuando?-

Frida estaba un poco confundida por esta pregunta, después de pensar un rato, asintió de nuevo.

-Pero, ¿esto tiene algo que ver con mi condición?-

El médico la miró con impotencia y continuó preguntando, -¿Cuánto tiempo no ha venido el período menstrual?-

Al escuchar, Frida contó, -Aproximadamente un mes...-

Después de sus palabras, pareció acordarse de algo y su rostro cambió gradualmente.

El médico sonrió y dijo, -¿Has tenido relaciones sexuales recientemente? Presta más atención a tu propia situación. No te voy a recetar medicamento ahora. Saca un nuevo turno y haz una prueba.-

Frida se fue del hospital casi desesperadamente.

No se atrevió a sacar el turno, fue a una farmacia a comprar una prueba de embarazo y cuando regresó a la casa de la familia Freixa, se encerró en el baño.

Después de esperar ansiosamente durante mucho tiempo, cuando ella vio que la varilla de la prueba de embarazo era positiva, su rostro estaba aún peor.

Mirando su vientre plano, todavía no podía creerlo.

Sucedió demasiado repentinamente en ese tiempo. Nunca había experimentado algo como esto. Ella huyó de casa presa del pánico y se vio obligada a casarse de nuevo. Con el corazón roto, dejó el incidente detrás de la cabeza y no tuvo tiempo de tomar anticonceptivos de emergencia.

Ahora, de repente había otra pequeña vida en su panza.

¡No!

Frida cubrió su boca, aún no podía creerlo.

¡No! Ella no pudo estar pánica.

Tal vez fue porque la varilla de la prueba de embarazo no era precisa, todavía tenía que ir al hospital para un chequeo.

Pensando en esto, Frida inmediatamente puso las cosas en el bote de basura, se levantó y salió del baño.

Probablemente debido al embarazo, Frida se sintió muy culpable. Cuando salió, miró a su alrededor por temor a que Simón apareciera de repente.

Afortunadamente, Simón no regresó todo el día.

Por la noche, Frida comenzó a tener miedo nuevamente, después de tomarse el tiempo para ducharse, arrastró su maleta hasta la puerta y esperó, y trajo un silla.

Cuando Simón regresó, la vio somnolienta sentada en la silla junto a la puerta.

No tuvo remedio.

Debido a que el médico no le recetó medicamentos para el resfriado, y Frida estaba preocupada de que estuviera realmente embarazada, por lo que solo bebió un poco de agua caliente durante el día.

Agarró el frío, no tomó medicamentos y no descansó bien, el resfriado naturalmente empeoró.

Simón miró fijamente a su pequeña figura con una pausa.

¿Estaba aquí todo el día?

Aparentemente que no, se cambió la ropa, además se arregló bien. Obviamente había aprovechado del tiempo de que él no estaba, para descansar en la habitación. Y volvió a la puerta antes de que él regresara.

Menos mal ella conocía bien la situación.

-Simón.- Rafael se confundió y le preguntó, -¿Hace falta que...-

-Déjala hacer lo que quiera.-

-Vale.-

Rafael empujó la silla de ruedas de Simón y entraron en casa. Cuando abrieron la puerta, el sonido le asustó a Frida, ella se despertó.

¡Qué pesada estaba su cabeza!

Quería dormir...

Frida arqueó las cejas, luego se levantó y bajó las escaleras.

Fue a la cocina y se sirvió una taza de agua caliente, después de beber unos sorbos empezó a sentir náuseas nuevamente, se asustó tanto que dejó la taza y salió de la cocina.

-Siempre he creído en tus habilidades, así que te encargo de este asunto, me quedo muy tranquilo.-

-Sí, abuelo.-

Cuando Frida salió de la cocina, se encontró con Leonardo y Óliver que estaban hablando.

Las miradas de los dos se convergieron, y la mirada de Leonardo se volvió severa. -¿Liliana?

Frida se paró recto inconscientemente y asintió con miedo.

-Si no estás cuidando a Simón en la habitación, ¿qué haces aquí abajo?-

-Uh...- Los labios rojos de Frida se abrieron. Antes de responder, escuchó a Óliver decir por ella, -Hablando de esto, un sirviente me dijo antes que pareció que mi cuñada dormía en la puerta anoche. Ahora se ve con una cara pálida, ¿está con resfriado?-

-¿Qué?- La expresión de Leonardo cambió. -¿Ella dormía en la puerta? ¿Qué pasó?-

La cabeza de Frida quedó en blanco y ella se mordió el labio inferior.

Se acabó.

¿Por qué Óliver le dijo al abuelo sobre este asunto? Si Simón fuera reprendido por el abuelo, ¿se sentiría tan avergonzado de confesar la verdadera identidad de ella?

Al pensar en eso, Frida apresuradamente agitó sus manos y explicó, -Abuelo, no pasó nada. Anoche estaba tan agotada yo, y me desmayé en la puerta. Nadie me vio, pero entré en mi habitación cuando me desperté.-

Aunque los ojos del abuelo estaban turbios, eran feroces y parecían poder comprender la mente de otros.

Después de un rato, Leonardo suspiró y dijo, -Hija mía, no necesitas hablar por él. Soy su abuelo, y sé perfectamente cómo es el carácter de Simón. De hecho, no fue justo que te casaste con él.-

Al escuchar esto, Frida levantó la cabeza sintiendo tan halagada.

Ella pensó que el abuelo era muy estricto y no era accesible facílmente, pero no esperaba que él pensara por ella.

-Vamos, te acompañaré a ver a Simón.-

Después de hablar, Leonardo subió las escaleras con su bastón, la expresión de Frida cambió ligeramente y rápidamente siguió, -¡Abuelo, no!-

Al escuchar, Leonardo hizo una pequeña pausa. -¿No? ¿Quieres dormir afuera y dejar que los sirvientes se burlen de tí?

Óliver también lo alcanzó, -Sí, sin mencionar que los sirvientes se te burlan, y no puedes dormir en la puerta siempre, tu cuerpo no podrá soportarlo.-

Frida se mordió el labio inferior y negó con la cabeza. -Estoy realmente bien. De verdad me desmayé involuntariamente anoche. Volveré esta noche. Por favor, no te preocupes por nuestra relación. Ya me casé con él, lo voy a cuidar bien.-

Al escuchar eso, Leonardo se quedó en silencio durante mucho tiempo, pero finalmente dejó de decir nada, se volvió y se fue.

Después de que se fue, Óliver la miró impotentemente.

-Cuñada, ¿para qué sufres?-

Frida le echó un vistazo. –Estoy bien.-

Después de decir eso, se fue y subió por las escaleras.

Aunque Simón tenía problemas en las piernas, era guapo en apariencia, era eficiente en cuanto a tratar los asuntos, por lo que incluso él tenía que andar en una silla de ruedas, la gente admiraba sus métodos.

Pero nunca había habido ninguna mujer a su alrededor. Esta vez, Leonardo organizó a la fuerza una boda para él. Ni siquiera Simón se presentó. Por lo tanto, los sirvientes de la familia Freixa sabían tácitamente que su esposa no estaba apreciada. Lógicamente la criticaban atrás de su espalda.

Cuando subió por las escaleras, pasó por unos sirvientes.

Uno de ellos la chocó contra su hombro maliciosamente, empújandola hacia atrás unos pasos. Con suerte sostuvo la barandilla para estabilizar su cuerpo.

-Tú…-

-Lo siento, señora Frida, no la vi. La miré desde la distancia, pensé que era una sirviente. Disculpe, ¿necesita que le ayude?-

A pesar de que dijo eso, el gesto arrogante de la sirviente no tenía la intención de dar un paso adelante para ayudarla en absoluto.

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