Encuentro cercano romance Capítulo 372

Cuando su hermano Ernesto le preguntó dónde había ido anoche, a Victoria se le borraron los recuerdos.

—Tu vídeo se está difundiendo en Internet. Recuerdo que anoche dijiste que tenías que salir, ¿entonces a dónde diablos fuiste? —Ernesto le enseñó el vídeo, el más popular de Internet en la actualidad.

Victoria se sintió como alcanzada por un rayo al verse desnuda en el vídeo, pero los recuerdos de la noche anterior parecían escapársele por completo.

—Cielos, Ernesto, no recuerdo nada de anoche. Me deben haber incriminado. No me extraña que cuando estaba en el hospital hace un momento, el médico me hablara en un tono raro —Recordó la extraña forma en que el médico la miró.

—Sí. El vídeo se ha difundido en toda Ciudad R, pero no puedo hacer nada. Y lo que es peor, el vídeo aparecerá cuando la gente esté trabajando por Internet —Ernesto fue interrumpido por un empleado, que tenía algo nuevo que informar.

—Sr. Yepes, todos nuestros clientes exigen que se ponga fin a la cooperación con nosotros por motivos de escándalo moral. También se ha difundido el vídeo en el que la Sra. Yepes conducía un coche y chocaba con una persona. ¿Qué debemos hacer? —El personal no pudo hacer otra cosa que informar después de haber recibido tantas llamadas, todas ellas sobre la cancelación de la cooperación con ellos.

Ernesto hizo clic en el vídeo para verlo. Era la señora Yepes la que chocaba con odio contra Gonzalo Sánchez en el vídeo.

Quedaron atrapados. Las maldades que habían hecho sus familias quedaron al descubierto. Si había que cancelar todos los pedidos por ello, su empresa iría a la quiebra. Al pensar en ello, sus manos comenzaron a temblar.

—Ernesto, ¿quién demonios nos está atrapando? Es demasiado astuto. Definitivamente lo arreglaría si supiera quién es — Victoria estaba confundida por la situación actual.

—¿Quién más podría ser? Debe ser Alejandro Hernández. Sabía que su mujer estaba atrapada por nosotros, pero no tiene pruebas, así que lo hizo por venganza y advertencia —Ernesto sabía que era demasiado débil para defenderse.

—No te preocupes. Podemos recurrir a los negocios en el extranjero como alternativa aunque nos perjudiquen en casa. Felipe está a punto de salir de la cárcel. Le pediré que nos ayude —Victoria seguía sobria y con la mente despejada, salvo por haber perdido el recuerdo de la noche anterior.

—Victoria, nuestra empresa puede verse obligada a cerrar antes de que tu Felipe sea liberado. Ahora todos los clientes han cancelado la cooperación con nosotros. Sólo hay que calcular las pérdidas que hemos sufrido —Ernesto no contaba con Felipe, porque si realmente fuera lo suficientemente poderoso como para luchar con Alejandro, no sería metido en la cárcel por éste, y no podía hacer otra cosa que esperar la ayuda de Victoria. Aquellas personas, que habían prometido ayudar a Felipe lo antes posible tras recibir mucho dinero de Victoria, no hicieron ningún cambio. No tenía muchas esperanzas en ello.

—Pero, ¿qué otra cosa puedes hacer? Felipe es el único con el que puedo contar ahora. La verdad es que no podemos hacer nada más que esperar —Victoria no pudo evitar gritar a Ernesto, agotada física y mentalmente.

Ernesto se quedó sin palabras, después de todo no podría estar aquí hoy sin la ayuda de Victoria.

—Bueno, me voy a descansar. Llámame si me necesitas —La vagina de Victoria sangraba y estaba de mal humor.

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