El corazón de Señor Peréz romance Capítulo 18

Bita López había sido abofeteada dos veces, aunque la cara ya no estaba hinchada, pero aún tenía una marca roja.

Después de todo ella es una belleza, aún con una marca roja en el rostro, sigue siendo hermosa.

Siendo la mujer número uno en la ciudad del norte, aunque esta no era una afirmación falsa, Bita realmente era hermosa.

-Vinay Pérez, Madre, ella… ha sido echada por su padre. Bita derramaba lagrimas de su hermoso rostro, como si fuera roció en los pétalos de una bella flor, esto conmovía a Vinay Pérez.

Al no haber vuelto a ver aquel ángel, ahora Bita había vuelto a ser, la mujer del que estaba enamorado.

Mi mujer había sido agraviada, ¿Cómo podría tolerarlo?

-¿Qué ha sucedido? ¿Por qué el señor López había echado a su madre?

-¡Todo es su culpa!- Bita señalo a lo lejos a Mauren, manteniendo silencio- -ella comió algo que le hizo daño pero no sabe que es, y me ha echado la culpa.-

-Mi madre me defendió, echándose la culpa, de hecho, mi madre es inocente-

Bita se dejó caer en los brazos de Vinay, y entre sollozos dijo -mi madre solo lo hizo por mí, pero la hemos hecho caer en desgracia.

Vinay se hará cargo de Mauren, para que final admita todo.

¿Y la hija más fea de la familia López? No la esperaba, ella simplemente es fea, ¡con un corazón malévolo!

-Ve, ¡te pido amablemente que vayas! Vinay jalo a Bita hacia dónde estaba Mauren.

Los ojos de Bita estaban rojos por mientras caminaba lentamente detrás de él.

-Viday, olvídalo, ella pronto se comprometerá con tu hermano, no queremos complicar las cosas, cualquier cosa que haya ocasionado este incidente, me preocupa que discutas con tu hermano

-Justo ahora, ¿Cómo es que puedes pensar en los demás?-

Vinay sintió una gran pena en su corazón, su querida Bita era perfecta, lucia hermosa, tenía un corazón cálido, pero él no pensaba claramente, aquella chica de la noche anterior lo había dejado obsesionado.

¿Cómo podría ser tan injusto con Bita?

-Mauren, ¡eres una mujer mala! El se acercó por detrás, tomándola de la mano, jalándola hacia el.

-Quiero que vayas con el señor López y le expliques, que tu comiste algo que te hizo daño, ¡y culpaste a la madre de Bita!

-¿Por qué haría eso? -Mauren aparto de mano, -¿Acaso crees en lo que dice Bita?

-¡Bita no miente!- Vinay seguía culpando a Mauren, enojado dijo, -¿va a ir o no?

-No iré-. Los hombres de la familia López son violentos, únicamente varía el tipo de violencia.

Viday, era del tipo impulsivo, en el pasado nunca no lo había experimentado.

Se dio la vuelta y estaba a punto de irse, pero la parte posterior de su cabeza de repente se adormeció y Vinay agarró su largo cabello.

-¡Suéltame!- Mauren no se espera esto, a plena luz del día, él se atrevió agarrar su mano.

-Quiero que vayas a explicarle al señor López.- Vinay Pérez, la arrastraba del cabello.

Él era Vinay Pérez, estando en la casa de la familia López, no tenía respeto por Jeno López

En cuanto a Mauren, ante sus ojos ella no valía nada, ¡no le importaba si moría!

-¡Suéltame! Vinay, ¡estás loco!, ¡suéltame!

Mauren se resistía, no esperaba que Vinay soltara una bofetada, la golpeo fuertemente en el rostro.

-Por tu culpa golpearon a Bita, ¡esto es lo que te mereces!

Mauren era arrastrada del cabello, además Vinay era hombre grande media aproximante un metro ochenta, haciendo uso de su fuerza, ella era una pequeña chica la cual no podía oponer resistencia.

Al ver que él levanto la mano y estaba a punto de darle una segunda bofetada, Mauren se mordió el labio y le soltó una bofetada

Soltando un fuerte sonido, Vinay fue golpeado, abriendo se mano, d Mauren rápidamente solto su larga cabellera, y huyó.

Si ella no escapa, ¡quedarse significaba una muerte segura!

¡Vinay desprendía un aura asesina!

El joven noble de la familia Pérez, desde que nació hace 20 años nadie se había atrevido a ponerle la mano encima.

Y menos, ¡en la cara!

Entonces, en podía concebir, que Mauren se hubiera atrevido a golpearlo.

Mauren, ¡date por muerta!

A lo lejos se veía venir dos guardaespaldas desde el estacionamiento, Él dijo- tráiganmela, ¡córtenle las manos!

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