EL CEO Y LA HUÉRFANA romance Capítulo 24

 La nueva vida de la familia de Luisa en la nueva ciudad les sonreía habían logrado establecerse nuevamente pero el pequeño Ian le había afectado el cambio de domicilio que se empezó a sentir nuevamente mal, se fatigaba muy fácilmente por el trabajo de Luisa tenia servicio médico gratuito pero un poco deficiente.

 Ian tenía que seguir en tratamiento no era grave su condición pero sus revisiones médicas eran periódicas.

 -Marisol mañana llevare a Ian a la clínica es mi día libre, ¿me podrías apoyar cuidando a Uri? –cuestiono Luisa, en eso se acercaba Joaquín y contesto.

-Marisol deberías acompañar a Luisa al médico, no se preocupen por la pequeña Uri yo me encargo de ella.- a las hermanas esa contestación no les tomó por sorpresa ya que el cuidaba muy bien a los niños.

-¿de verdad? me encantaría pasear un rato por la ciudad –chillo Marisol.

- seguro vayan sin problemas Uri y yo nos divertiremos un rato sin ustedes- cargando a Uri en sus brazos comentó -Verdad preciosura tu y yo estaremos mejor lejos de tanto bullicio.- comenzó a reír.

-te agradezco mucho Joaquín- respondió Luisa, pero Marisol puso los ojos en blanco y comento.

-perfecto- con una sonrisa maliciosa, a ver qué opinas después de que te dejemos todo el día con la bebe, Uri era un poco inquieta, y demandaba mucha atención cuando no se encontraba cerca de su hermano.

Al día siguiente salieron muy temprano para llegar a la cita de Ian en la clínica, dentro del consultorio el doctor reviso a Ian, les comento que su afección cardiaca podían controlarla, pero que tal vez en el futuro necesitaría una operación para tener una mejor calidad de vida pero que sería cuestión de ver como evolucionaba.

Al salir de la clínica Luisa estaba muy preocupada por lo que le acababa de decir el doctor, aunque fuera una posibilidad le afligía mucho la situación, Marisol trataba de consolarla diciendo que solo lo había comentado como posibilidad que Ian por el momento se encontraba bien.

Para tratar de animarla le indico que porque no iban al centro comercial para distraerse un poco.

-vamos a almorzar y disfrutar la mañana – comento Marisol

-si vamos tienes razón- llegaron a un local  de comida rápida y decidieron comer en una banca muy cerca. Estaban haciendo planes para ir de compras, Marisol le indicaba que tal vez no podrían comprar nada pero que será divertido probarse ropa.

Cuando terminaron se levantaron tiraron los desechables en un bote de basura de decidieron caminar por el centro comercial, como bien lo dijo Marisol pasaron por varias  tiendas de ropa a probarse mucha ropa, sin comprar nada  lo único que compraron fue un par de playeras para gemelos que encontraron en una tienda de bebes.

Cuando ya se dirigían a la salida de repente Luisa vio un rostro conocido y emocionada se volvió hacia Marisol y grito –el ángel- Marisol se volvió a ella y extrañada le pregunto- de que hablas – a lo que luisa no le contesto y corrió hacia el hombre que le había salvado la vida, ese no era otro que Oscar.

-señor, disculpe ¿puedo hablar con usted?- pregunto cautelosa

-dígame señora en que puedo ayudarla- Oscar que estaba esperando a su esposa terminara con algunas compras se volvió a ella.

-no sé cómo preguntar esto, ¿pero usted no se acuerda de mí? - al ver que la miraba con total extrañeza - nos conocimos en ciudad W y usted me salvo la vida- Oscar por un instante no recordó el echo pero después reacciono y comentó.

-claro la chica embarazada no es así- afirmo con una sonrisa en el rostro, él se había quedado preocupado por esa chica pero no pudo averiguar nada de ella.

Luisa le paso al pequeño Ian a los brazos de Marisol que para entonces se encontraba cerca de ella y abrazo a Oscar, aquello pillo por sorpresa a Oscar y a Marisol.

-disculpe por mi atrevimiento pero usted salvo mi vida y la vida de mis hijos y por eso le estaré eternamente agradecida, temía no recordar su rostro si lo volvía a ver para agradecer todo lo que hizo por mí, no encuentro palabras para expresar lo que siento por usted- expreso llena de agradecimiento. Ahí fue donde Marisol se dio cuanta quien era esa persona y devolviendo a Ian en brazos de su madre también abrazo a Oscar. Ninguno de ellos se dio cuenta que Lola no estaba muy lejos de ellos con una cara de enfado se acercó a ellos.

-disculpen que pasa aquí- llego a cuestionar, Marisol a ver su rostro salto de los brazos de Oscar.

-Lola amor, mira – no termino de hablar porque fue interrumpido por Luisa.

-es usted su esposa encantada de conocerla -Luisa extendió su mano y se presentó- mi nombre es Luisa y déjeme decirle que está casada con un verdadero ángel- en cuanto Lola le dio la mano la chica la abrazo, al tiempo que se separaba de ella salto Marisol y se presentó –y yo soy Marisol - dándole un abrazo – le debo la vida de mis sobrinos y de mi hermana a su esposo- la mujer no comprendía y Oscar solo sonreía de oreja a oreja.

-Lola recuerdas que hace como un año viaje con el Joven a ciudad W, y te comente que me había topado con una jovencita embarazada, ¿es ella?- a la vez que señalaba a Luisa, Lola recordó el hecho de inmediato, ella se sentía orgullosa de la acción de su esposo y de su patrón.

-vaya que pequeño es el mundo- comento Lola.

-señor disculpe, sé que no fue una cantidad pequeña la que usted deposito en aquella clínica y nosotros no somos ricos pero si hubiera alguna forma que nosotros pudiéramos pagarle, solo díganos, y más que el gesto económico el apoyo que recibí de usted fue inmenso - comento Luisa, ella viviría eternamente agradecido con Oscar.

-si es cierto no podemos devolver el dinero porque no contamos con él, pero seremos sus fieles sirvientas si usted lo desea.- agrego Marisol.

A lo que Oscar y Lola se echaron a reír y lola comento.

-pequeñas nosotros tampoco tenemos dinero, no estoy segura de cuanto fue la cantidad depositada en la clínica pero  no creo que podamos darnos semejante gasto.- el comentario dejo desconcertadas a las hermanas, de donde salió el dinero.

Oscar aclaro su garganta y comento- como ya lo comente no me encontraba solo en ese viaje si en efecto yo te lleve a la clínica pero mi Joven patrón fue el que pago los gastos y no creo que deban preocuparse por la paga, él es un hombre generoso y muy rico-

-gracias, usted le salvo la vida a mi hermana no importa que no saliera de su bolsillo el dinero es usted un verdadero ángel -grito Marisol- me encantaría darle las gracias al joven que menciona- Marisol sabía perfectamente la historia y la persona con la que ella hablo era Oscar.

-usted fue el único que me auxilio cuando caí, usted me llevo a la clínica y le aviso a mi hermana, esa acción no cualquiera la hace y menos por un desconocido le debo la vida –agrego Luisa con lágrimas en los ojos.

-calma, calma jovencitas yo solo hice lo que me pareció lo correcto, no podía ver a una persona sufrir y sin hacer nada, no es gran cosa –Oscar nunca se imaginó tal agradecimiento pero se sentía muy feliz, el saber que las personas que ayudo le dieran las gracias.

-no es gran cosa para usted pero para mí fue mi súper héroe, es mi ángel- Luisa no paraba de agradecer.

-bueno y a todo esto, me imagino que este es el caballerito a quien mi esposo le salvo la vida- Lola estaba muy contenta por la forma en que actuaban la jóvenes.

-sí, su nombre es Ian Joaquín, no conocía su nombre si no le hubiera puesto el suyo si no le molesta,  ¿disculpe cómo se llama?- pregunto Luisa dirigiéndose a Oscar

  - mi nombre es Oscar Méndez mucho gusto en conocerlas, es grato saber que un simple gesto tenga tanta importancia para ustedes.-

-gesto ¿está bromeando? le salvo la vida a mi hermana, eso no puede ser un simple gesto. -Contesto Marisol.

-bueno si nos los permiten me encantaría darle las gracias también al hombre caritativo que aporto el dinero ¿si les parece? - agrego Luisa

-mi niña eso no depende de nosotros, solo somos sus trabajadores, lo hemos hecho desde hace poco menos de 10 años –le dijo Lola de forma muy comprensiva.

-entiendo señor Oscar, señora Lola, no sé si sea lo correcto pero me gustaría no perderlos le debo mucho y me encantaría volver a verlos si a ustedes les parece bien- comento de una manera muy tímida  Luisa.

-claro Luisa me encantaría a mí también me cayeron muy bien son unas buenas jovencitas -agrego Oscar.- me encantaría ver crecer a este joven gallardo que me resulta muy familiar su cara-

Estuvieron charlando por un rato más le comentaron que no tenían mucho de haber llegado a la ciudad, intercambiaron números telefónicos y se despidieron muy amablemente.

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