Carta Voladora Romance romance Capítulo 17

Mientras tanto, en la Mansión de los Sainz.

Julio se quedó mirando la noticia que era tendencia y frunció el ceño con fuerza.

Félix se puso a su lado con recelo:

—Señor Sainz, yo no he hecho esto. Alguien debe haberlo difundido a propósito. ¿Necesita que consiga que alguien lo retire de internet?

—No hace falta —Julio frunció los labios con sentimientos encontrados en sus ojos:

—Debe haber sido hecho por alguien de la familia Semprún.

Félix lo consiguió.

La familia Semprún expuso deliberadamente el vídeo para aplastar a Octavia. Si Julio la ayudaba, la familia Semprún no estaría contenta. El Sr. Sainz no quería ofender a su futuro suegro por culpa de Octavia.

—Entonces este asunto...

—No te preocupes —Julio apagó su teléfono, levantó la vista y preguntó:

—¿Ha llegado ya el Corazón Azul?

Félix asintió:

—Llegó ayer. Hice grabar el nombre de la señorita Semprún como me dijiste.

—Bueno, ya puedes irte.

Julio bajó la mirada y se apretó las sienes, y la cabeza le dolió aún más cuando vio el certificado de divorcio dentro de la papelera.

...

El Grupo Tridente era muy conocido en Ciudad Olkmore. Cuando la familia Semprún celebraba una fiesta para su hija, los invitados eran en su mayoría de clase alta, así que, naturalmente, había algunas personas que querían subir a la escalera para echar un vistazo a Sara.

Arturo y su mujer se pasean entre la multitud con una sonrisa en la cara.

Era un hombre elegante, de mediana edad y con barba, y su esposa era la típica mujer de la nobleza.

El sonido de un piano comenzó a sonar lentamente.

Ante la mirada del público, Sara, vestida con un vestido verde, se sentaba con gracia y tranquilidad al piano. Era ella la que tocaba, como un hermoso nado que había atraído la atención de todos.

Después de la canción, Julio salió del público y tomó la mano de Sara. Los dos parecían una pareja perfecta.

Arturo dijo con sonrisa:

—Gracias a todos por acompañarnos hoy. Además de celebrar la recuperación de mi hija, hoy tengo otro gran anuncio que hacer.

Sus ojos recorrieron la multitud y finalmente se centraron en Julio:

—Julio Sainz, el presidente del Grupo Sainz, será mi yerno.

Cuando terminó, el público rugió.

Todo el mundo conocía el divorcio del Sr. Sainz y ahora era el yerno de la familia Semprún.

Y cuando pensaron en el vídeo que apareció ayer en las noticias, la gente no pudo evitar suspirar.

¿Qué significa una pareja perfecta en términos de estatus social y económico?

Julio era un hombre apuesto y elegante, y Sara, grácil y desenvuelta. Se veían muy bien juntos.

Sacó una caja dorada, la abrió y se arrodilló ante Sara.

No hacía falta decir que iba a proponerle matrimonio.

Sara se sorprendió y se tapó la boca con incredulidad.

En ese momento, Julio habló:

—Sara, va a...

De repente, una risa inoportuna interrumpió a Julio.

—Lo siento mucho, chicos. Llego tarde.

La voz...

La mirada de Julio se volvió insondable en el momento en que giró la cabeza para mirar.

Octavia, que iba vestida de forma sexy, entró lentamente en la sala, seguida por Iker y Alexander.

La gente se sorprendió al verla.

Todos los presentes sabían que era la ex mujer de Julio.

Sin embargo, ella apareció en este momento ...

Al ver que la propuesta de su hijo se veía perturbada, Giuliana saltó de repente y señaló a Octavia, espetándole:

—¿Quién te ha dejado entrar? ¡Sal de ahí!

Iker habló con los brazos cruzados:

—Estamos aquí para la fiesta de la señorita Semprún.

—Nosotros...

Arturo detuvo a Giuliana, que estaba a punto de hablar, y miró a Octavia.

Ya había pasado la edad de ser impulsivo, pero la sonrisa en su rostro era notablemente más ligera.

—No te he enviado una invitación, pero eres bienvenido aquí. La familia Semprún te da la bienvenida.

—¿Ella es la causante del accidente de coche de mi hija?

La primera vez que la señora Semprún vio a Octavia, le pareció que aquella persona le producía una sensación extraña, pero no podía saber qué era lo extraño.

Entonces recordó que se trataba de la persona que casi había matado a Sara.

La cara de la señora Semprún se puso completamente lívida y no pudo mantener la compostura:

—Señorita Carballo, todavía no he ajustado mis cuentas con usted de hace seis años. ¿Cómo se atreve a presentarse en mi casa?

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